La mejor sumisa…, para mi

Este es mi último mensaje, después no te llegará ninguno más así que, espero no hayas borrado los anteriores. Porque después solo tendrás recuerdos que, con el tiempo, se irán volviendo más y más borrosos. Y querrás revivir nuestras sesiones, juegos y la pasión que los envolvía. Si doy este paso es por tu bien, porque ahora, después de tantas citas y vivencias ha llegado el momento de cruzar el umbral, esa línea invisible que una puerta delimita. Entras o sales, pero no te permite quedarte allí, en tierra de nadie, en el limbo de una eterna comodidad.No espero que lo entiendas pero ha llegado el momento y tengo dudas que aceptes ser mi sumisa; una sumisa de verdad. La compañera que espera dispuesta la llegada de su Amo para agasajarlo, desnudarlo, bañarlo y mimarlo. Todo esto no se suele hacer en nuestras sesiones y, sin embargo, es habitual en una relación 24/7. Es por tu bien que ya he tomado la decisión. No te veo como una pe-rra obediente ni en el papel de pu-ta; aunque me complacería que lo fueras. Verte pute-ar me excitaría y te amaría aún más. Hoy he decidido darte la noticia. Para que prolongar más mi tormento. Lo he pasado bien contigo y, me consta, tú conmigo. Pero ahora no se trata de tragar mi sali-va o mi se-men, se trata de tragar el de muchos hombres a la vez; un bu-kake en toda regla. El de prestar tu cuerpo al desafuero de una fusta recta y dura para que aleccione las carnes de tus nalgas, pechos y muslos. Hoy es el día que debo comunicarte que el BDSM light que hemos practicado era una ilusión. Hoy debía enseñarte como se disciplina una yegua. Con bocado y silla. Como se torturan de verdad los pezo-nes, el cli-toris y el a-no. Y después como se atiende a la sumisa convenientemente. Y para eso se ha de vivir con ella o ella conmigo. Hoy es el día en el que derri-bo tu castillo de naipes y te muestro la realidad… y la realidad es que debe gustarte ser humi-llada, a solas o en público. Vestir como yo te diga y actuar como yo te indique, sin salir del guión. Debe gustarte exhibir tu cuerpo y hacer en la vía pública todo aquello que te han dicho, desde tu infancia, que no se debía hacer. “Oh, Di-os mío, con el potencial que tienes”.Debe gustarte ser in-sultada, mea-da y escupí-da por una multitud sin inmutarte. Ser folla-da por todos tus agu-jeros y disfrutar con ello. Pa-jear cientos de po-llas y beberte toda su le-che. Y cuando te llamen pu-ta, zo-rra, pe-rra, ra-mera, gu-arra o cer-da, deben parecerte los mayores elogios que te pueden dedicar. He soñado tanto tiempo con tener una sumisa así que no puedo disfrazarlo por más tiempo. Hoy te escribo este mensaje. Mi último mensaje. Porque no soy capaz de mirarte a la cara y pedirte que te transformes en sumisa... de verdad, para mi.

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