Mi cuerpo se encontraba invadido desde que se había coordinado este primer encuentro después de que nos conocimos. Un sinfín de emociones distintas, todas juntas en una especie de coctel tipo molotov (ansiedad, nervios, alegría, hasta algo de susto por dar este paso), recorrían desde la punta de mi cabeza hasta los dedos de mis pies. En algunos momentos era necesario el tener que controlarme conscientemente y no temblar de la emoción, ya que ni por un instante se apartaba de mi mente el día S (como había decidió nombrarlo) ni lo que ese encuentro representaba para mí.
Llegué a una casa como cualquier otra por fuera, donde fui recibido por una cara muy amable con una muy cálida bienvenida por parte de la anfitriona de aquel sitio que se convertiría en un lugar cómplice de mis fantasías y anhelos bedesemeros. Tuve el privilegio de que me recibiera personalmente y entablar una agradable conversación en un ambiente cómodo, de confianza ayudando a apaciguar levemente el coctel de emociones que me invadía momentos antes. Una propuesta para tener un detalle con mi Ama fue mi primera instrucción que podría considerar formal en este camino de exploración por este mundillo de erotismo gourmet que esteba iniciando, propuesta que acepte gustosamente con la firme intención de que le agradara a mi Ama (no me refiero a ella de esta forma porque considere tener posesión sobre ella, sino al contrario por considerarme como pertenencia suya) y poder complacerla.
Al verla llegar, tuve la oportunidad de contemplarla y posteriormente dirigirme para poder saludarla de la forma que tanto había deseado, reproducido una y otra vez en mi mente y siguiendo el protocolo: Besando cada uno de sus pies calzados. Ella, mi Ama, gentilmente me ordeno ponerme de pie y se dirigió a saludar y a prepararse para lo que se venía. Yo quede feliz por lo que había podido hacer, lograr y vivir con ese pequeño gesto: empezar a demostrarle mi actitud y disposición ampliamente profesada con hechos. Cuando ella salió nuevamente, me ordenó seguirla e ingresamos a una habitación, lo cual me hizo sentir muy cómodo por la sensación de privacidad. El que considerara mi timidez propiciando un ambiente de confianza y comodidad me ayudaron a terminar de prepararme y disponerme más fácilmente para la sesión que recién iniciaba.
Las prácticas de la sesión iniciaron con una muestra de sumisión y humillación que disfruté mucho, ya que eran una muestra clara de la entrega que hace bastante tiempo anhelaba brindar a la persona mas adecuada: las posiciones de sumisión. Esto, gracias a la disposición que sentía me brotaba a flor de piel para estar a los pies de mi Ama. Luego, un pequeñísimo preludio de uno de sus más grandes gustos junto al Bondage, el Spank. 2 fustazos fueron sentidos por mi cuerpo anunciando lo que se vendría después. Posterior a ello continuo con una atadura elaborada de la forma más delicada y a la vez firme posible a pesar de lo largo de la cuerda, yo de rodillas tan solo me abandonaba a ella mientras las cuerdas vestían mi cuerpo acorde con sus instrucciones, imaginación y recursos disponibles en un arnés de pecho, y las manos atadas cruzadas a la espalda, me sentía súper cómodo, tranquilo, confiado completamente a mi Ama.
Después pude sentir el placer de la restricción sensorial: una mordaza de bola atenuaría cualquier quejido, era un placer deseado hace mucho tiempo la verdad, casi al instante me fue colocada una máscara con la cual mi vista estaba restringida, pero me ofrecía una sensación de seguridad nueva para mí, la cual me serviría más adelante en la sesión para vencer un reto que tenía. Para entonces ya sentía trascender más allá de mi cuerpo sin perder la concentración y la entrega a mi Ama, una sensación nueva y muy excitante.
Luego llego el pago cierta deuda pendiente de alguna conversación anterior, empecé a sentir uno a uno los fustazos sobre mis nalgas concentrándome en las sensaciones, dolor y placer… placer de poderme entregara mi Ama y ella dispusiera de la mejor manera de dicha entrega para su complacencia. Sentí que usó la fusta, el paddle, incluso la cuerda sobrante sobre mi espalda y las plantas de mis pies, me concentraba en recibir y tratar de soportar el castigo para su placer y para tratar de ofrecer el pago de la deuda pendiente a mi Ama.
Acto seguido llegaron unas pinzas plásticas, les tengo más que respeto, podría decir que pánico por experiencias previas con ellas, no muy buenas. Sin embargo, estaba dispuesto a probarme ante ella, quien me pidió que las aguantara lo más que pudiera, segundos o minutos; no sé cuanto tiempo transcurrió realmente, para mí fue más que eterno. Cuando las retiró, de inmediato sentí la carga de dolor (cuando la sangre puede irrigar de nuevo los tejidos presionados), pero fue solo un momento seguido por placer después de eso. A continuación, y sin descanso alguno noté que el calor de la cera cayó sobre mi espalda, Sentía delicioso: Un pequeño dolor, pero me gustó más de lo que imaginé y para mi sorpresa lo pude soportar mejor de lo pensado. Posteriormente a mi Ama se le ocurrió una gran idea: me dio a beber zumo de limón a través de la mordaza, lo cual sentí deliciosamente humillante y el ácido afortunadamente no me hizo mella, la mordaza fue reemplazada por el limón exprimido, el cual acepté sin reparo alguno.
Luego llegó un reto de su parte: el desplazamiento a gatas, atado con el limón en la boca y con la máscara puesta (algo que me ayudó muchísimo a cumplir esa orden sin problema de pena). Bajo su cuidado, su guía y uno que otro suave fustazo pude cumplir con esa orden sorprendiéndome de nuevo (por sobrepasar cualquier pena por mi entrega a Ud. y poderla complacer) y fui llevado al patio donde estuve a punto de ser confinado en la jaula (imagine que así sería pero estoy seguro que habrán otras oportunidades para eso). Me retiró la máscara y el limón y acto seguido tomo un poco de agua y procedió a darme una ducha con agua fría para probar mi tolerancia al frio, He de decir que lo sentí como un baño delicioso.
Así, mojado pero en éxtasis se me ordenó tratar de escaparme de mis ataduras. Confieso que el forcejar con las ataduras es algo que me excita sobre manera y al ser inicialmente un practicante del selfbondage he tenido oportunidad de aplicarlo en algunas oportunidades. Ese día, para sorpresa y deleite de mi Ama, descubrí que soy mejor escapista de lo que yo mismo creía, librándome de mis ataduras con una sonrisa interior de oreja a oreja. En ese momento tan solo sentía y sigo sintiendo plenitud. Una vez terminada mi escena de escapismo recibí lo que considero un premio de parte de mi Ama: una bebida aromática caliente en una pequeña bandeja para ser tomada como un buen perrito, en ese momento disfruté de esa bebida suministrada de esa forma como el mejor elixir ya que venía de sus manos.
En esta sesión faltaba una última gran escena que incluyó el uso de un súper practico diferencial, con el cual termine atado con los brazos sobre mi cabeza y completamente estirado hasta quedar en la punta de mis pies (casi colgado), ¡no me lo podía creer! Que estado de indefensión tan espectacular, no me podía mover casi nada y más que expuesto mi Ama dispuso de su sumiso a su sabio parecer y para su completo placer. De nuevo sentí sobre mi cuerpo la descarga de la fusta, el paddle, la raqueta, y el flogger; también unos suaves fustazos en mi pecho que me hicieron sufrir (y gozar) un poco más. Luego de unos cuantos minutos de tan espectacular suplicio fue necesario de mi parte pedir piedad a mi Ama para detenerlo ante una ráfaga de azotes de su parte, creo que ese era su objetivo, gozar haciéndome suplicarle. Se tomó su tiempo para pensar en mi suplica y finalmente con cierta sonrisa pícara decidió "apiadarse" de su sumiso. Yo, fui liberado de ese suplicio final cansado físicamente pero espiritualmente muy lleno, el sentimiento de plenitud estaba por los aires en ese momento de la sesión.
Después de recoger las cosas y ponerme presentable para estar ante mi Ama, hablamos largo rato sobre lo acontecido en ese especial día. Mi sentimiento de satisfacción no se podía ocultar, era manifiesto a tal punto que casi todo el tiempo se me dibujaba una gran sonrisa en mi rostro. De mi parte, cualquier tipo de expectativa que hubiese podido hacerme con antelación a esta primera gran sesión, fue completamente superara, desbordada creería yo. Ella, mi Ama, también se encontraba muy complacida por como había transcurrido este primer encuentro y ya podía notar que su muy creativa mente empezaba a "eculubrar" nuevos planes para posteriores momentos.
Para finalizar, la sesión termino al momento de salir cuando pude despedirme adecuadamente en muestra de mi sumisión y disposición a continuar con este proceso bajo su domino besando los hermosos pies calzados de mi Ama. Inmediatamente emprendí mi camino anhelando desde ese momento nuestro siguiente encuentro, mientras mi mente evocaba y reproducía cada uno de los momentos recientemente vividos y cuyas sensaciones en mi piel estaban aún presentes; y lo seguirían estando durante varios días ya que, con cada roce, con cada movimiento, nuevamente recorrían mi cuerpo, transportándome mentalmente a esos momentos, a ese tiempo que solo fue de los 2 y pude estar a su servicio, sintiéndome completamente PLENO, evocándome todo lo vivido y grabando estos recuerdos para siempre en mi corazón y en mi mente.
Switch Explorando este mundillo de Erotismo Gourmet que considero es el BDSM
