Son las 11:30 de la noche, un domingo como cualquier otro; estoy en casa en el salón y solo se viene a mi mente una imagen, una imagen de una mujer con sus ojos vendados, su mordaza puesta y su ropa interior de látex, ella cuelga del techo como un fénix emergiendo de un volcán a punto de erupción. Si te fijas con detalle, en sus piernas se ven como cortos caminos creados por humedad "gotas", gotas que se originan en lo más alto y céntrico de sus piernas, su vagina cubierta por el látex dificulta y este esparce sus flujos a los costados cayendo por sus muslos en dirección al suelo. la imagen es estrepitosamente bella... Unos segundo después puedes ver a su compañera, que con una máscara de látex que cubre su rostro, se va acercando a ella, llevando en su mano izquierda una vela de cera roja aromatizada, la cual se ve, lleva varios minutos encendida porque lleva mucha cera derretida bajo la llama y en la derecha, haciendo círculos, lleva un látigo de 7 puntas. En el fondo la conozco, pero no sé inmediatamente con quien es.
Sentado frente a esta mujer atada y su compañera, estoy yo en un sofá observando la escena, la enmascarada me mira y sonriendo con aires de perversión se posiciona al costado de su víctima, pasando por detrás de esta y dejando caer algo de la cera derretida en el inicio de su cadera, una vez al costado, inicia a dejar caer gota a gota, la cera que está derretida en la vela que lleva en su mano, por la espalda de su encantadora compañera, a lo que esta responde con gemidos apenas audibles por su mordaza, los ojos en blanco de la mezcla excitante que da el placer y el dolor, que se evidencia junto con su cara descompuesta de las refinadas formas que se mantienen en sociedad, dejando al descubierto su verdadera naturaleza, su verdadero rostro de placer y sensualidad... una cara de entrega total.
Sin tener ya más cera que depositar en el cuerpo de su víctima, nuestra enmascarada se posiciona justo detrás, pasando sus manos sobre los glúteos de su bella sumisa, palpando centímetro a centímetro las zonas más íntimas de su cadera, como cerciorándose de que la humedad se mantenga como un flujo de pequeño caudal constante, gota a gota. retirándose de unos pasos atrás levanta en forma decidida su mano derecha con el látigo en ella, y sin dudar lo dirige de forma decidida, de tal manera que las puntas golpean la piel de los glúteos desprotegidos de compañera... a lo que esta responde con quejidos más duros que antes y unas lágrimas que se desploman de sus ojos y su rostro con un gesto de placer infinito, cada lágrima que arroja acompañada de su rostro, retratan una especie de alegría y gloria, como gritando un "Por fin, Sí...¡¡¡¡"... su saliva cae a cántaros de la mordaza y ella intenta decir algo, pero no se le entiende... mientras su verdugo(a) no para de azotarle las nalgas repetidamente sin parar, mi miembro esta como una roca, erguido frente a estas dos diosas (verdugo y víctima) y de vez en cuando la mirada de nuestra torturada se posiciona con morbo en mi miembro, su mirada de deseo perturba mi mente y solo pienso en cómo podría usarla para degradarla aún más, sin rencor, pero sin compasión, solo por placer!
Al cabo de unos pocos minutos cesa el sonido del coche del látigo con la piel de la castigada; y veo de reojo a la enmascarada sobando de forma furiosa su entrepierna con el mango del látigo, mientras con la otra soba sus pechos, es en ese momento caigo en cuenta de quién es...
DISFRUTAR Y DIVERTIRME, SIN LLIMITE Y SIN COMPLEJOS; AMISTADES PARA DISFRUTAR DE LA VIDA SIN MAS ATADURAS NI LIMITES QUE LA IMAGINACION
