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Así empezó todo. Por eso quiero probar

10:43 pm Wednesday, 19th May, 2021

Navidad de hace un par de años
Era la típica comida de Navidad donde nos volvemos a juntar los amigos de toda la vida.
Algunos viven fuera y otros, por cualquier motivo, no sueles verlos tan a menudo.
Nos conocemos todos desde los 14-16 años y muchas de las parejas han sido primero novios o novias de otros del mismo grupo lo cual nunca ha sido ningún problema.
Ese año decidimos hacer comida en lugar de cena.
La noche se nos hace demasiado larga y al día siguiente no somos los mismos.
Así que quedamos a tomar unos vinos y luego fuimos a un restaurante. Era un menú cerrado y luego había música en directo, lo que nos permitía comer y tomar copas en el mismo sitio.
La verdad es que todos teníamos muchas ganas de volver a vernos. Como ya he comentado, algunos de nosotros viven fuera y no es fácil coincidir.
Todo era perfecto para que fuera un gran día: las fechas, volver a juntarnos, comida y música en el mismo sitio...
Y así fue; un gran día. Más de lo que yo esperaba, la verdad.
Terminada la comida nos levantaron de la mesa porque empezaba la música en directo.
La verdad es que fue mucho mejor porque, durante la comida, estás sentado y al final solo puedes hablar con los que tienes justo delante. Una vez te levantas ya se rompe esa restricción y aprovechas para hablar con todos.
Buena música, buena excusa para juntarnos y muchas ganas de vernos. Todo era perfecto. Y así fue.
La tarde se fue alargando y ya se hizo casi la hora de cenar. Como habíamos empezado a las doce de la mañana tomando cervezas y vinos todo el mundo iba "animado" (o más, la verdad). Muchos se retiraron, entre ellos mi mujer, y, al final solo nos quedamos tres de nosotros: una pareja y yo.
Coincidía que ella había sido mi novia de joven, a eso de los 16.
La verdad es que todavía no se porque no nos terminamos casando. Pero la vida tiene esas cosas.
Al final ella terminó con mi amigo y ambos forman una pareja estupenda.
Cuando nos quedamos los tres solos decidimos ir a picotear algo antes de irnos a casa. Habían sido muchas horas ya y también muchas copas. Algo de comer nos vendría muy bien.
Justo al lado de dónde estábamos hay una tasca así que para allí nos fuimos los tres.
Mi amigo, la verdad, es que andaba ya perjudicado por el tema de las copas. Ella ya se lo quería llevar a casa pero entendió que, si comía algo antes de acostarse, sería mucho mejor, así que accedió a que fuéramos a picotear algo.
Ya sin música y con el ambiente un poco más tranquilo, empezamos a hablar. Empezamos, como siempre, hablando de los que no estaban en ese momento; que si tal ha engordado, que si aquella está muy guapa, etc
No tardó mucho tiempo en salir "lo de ella conmigo". La verdad es que fue muy gracioso.
Mi amigo, con la confianza que dan los muchos años que nos conocemos y aquello de las copas, en un momento se confiesa y dice: "pues ella siempre ha dicho que nosotros dos siempre hemos sido los hombres de su vida"
- Pues está claro, vamos a ver cómo lo hacemos y nos casamos los tres, digo yo
Los tres nos empezamos a reír.
Terminamos la cena y decidimos irnos a casa.
Su casa está de camino a la mía más o menos así que decidí acompañarlos y así podíamos seguir hablando.
Llegados a la puerta de su casa ella me dice; "anda, ayúdame a subir al golfo de tu amigo y, si quieres, te tomas la última".
Y así fue.
Entramos en su casa y ella dijo; "anda, aguántame un momento a mi marido que voy a cambiarme. Ya sabes dónde está la nevera"
Ella se fue al dormitorio, mi amigo al sofá y yo a la cocina.
Una cerveza y algo de fiambre para rematar el día era perfecto.
Algunos minutos más tarde ella entró en la cocina. Siempre ha sido muy guapa y con un gran cuerpo, pero verla allí, con uno de esos pijamas súper ajustado, marcado todo su cuerpo, la verdad es que fue tremendo.
- "Ale, ayúdame a meter a tu amigo en la cama que se ha quedado frito en el sofá y ahora no hay forma de que lo haga él solo"
- Claro, digo yo
Nos volvemos al salón y ella empieza a despertarlo.
- Venga, vamos a la cama que mañana me lo agradecerás, dice ella
- Déjame, anda. Me quedo aquí en el sofá.
- Por lo menos cámbiate que esa ropa huele fatal ya.
- Qué pereza, dice él
- Venga te traigo el pijama
Así que se fue a la habitación y salió con su pijama.
- Venga, ayúdame que éste no puede solo.
- Pues claro, digo yo
Ella le quitó los zapatos y los calcetines y me dijo; "anda, ponlo de pie y aguántalo mientras le pongo el pantalón del pijama".
Así lo hicimos
Ella le desabrochó el cinturón y los botones del pantalón. Empezó a bajarle los pantalones y, sin más, empezó a morirse de la risa.
- Mira a tu amigo (yo lo estaba sujetando por atrás). Borracho y empalmado. No tiene igual
Nos empezamos a reír que creíamos que nos iba a dar algo.
- Ay!, dice él, es que no puedo evitarlo
- No tienes solución, dice ella.
Así que allí estábamos los tres; ella con un pijama que dibujaba perfectamente su perfecto cuerpo, mi amigo desnudo y "armado" y yo en el medio de todo aquello.
- ¿A que nunca te hubieras imaginado que algún día estaríamos los tres así?, le pregunta mi amigo a ella
- jajajaja, pues no. La verdad
- Seguro que ya ni te acuerdas de cómo es él.
- Jajajaja. Es que hace muchos años de eso. Y tampoco hicimos gran cosa, la verdad, dice ella.
- Pues eso tiene solución, dice mi amigo
Yo, la verdad, es que estaba sin palabras.
Sin saber cómo lo hizo, mi amigo se pudo detrás mío y le dice a ella: "venga, vamos a ver si nos parecemos tanto"
- Pues a ver, dijo ella.
Se sentó en el sofá delante nuestro y, mi amigo, desde atrás, empezó a quitarme la camisa.
- Jajajaja. Nunca te lo hubieras imaginado, le dice a ella.
Sin camisa yo, mi amigo solo con los calzoncillos y detrás mío, empieza acariciarme.
- Ufff, dice ella
La situación no podía ser más excitante
- Sigue, le pide ella
Así que él me desabrocha el cinturón y me empieza a bajar los pantalones.
Solo con los calzoncillos yo no podía disimular mi excitación. Era imposible.
- Ha llegado la hora de la verdad, dijo él. A ver si somos tan parecidos.
Y me bajó los calzoncillos
Allí estaba yo. Desnudo. Delante de una mujer tremenda que tampoco podía disimular su excitación. Con mi amigo detrás mío acariciándome delante de su mujer.
- Pues la verdad es que sí que nos parecemos, dijo riéndose.
Y se bajó los calzoncillos.
- ¿Verdad cariño?, le preguntó.
- Madre mía, dijo ella
La verdad es que mi amigo tiene un cuerpo perfecto. Es muy deportista y se cuida mucho. Y "nuestras cosas", la verdad es como si fueran una copia.
Sin más, se volvió a poner detrás mío y volvió a empezar a acariciarme
- No puedo más dijo ella. Y empezó a tocarse todo el cuerpo.
Y mi amigo fue bajando la mano hasta llegar.
Y, tal cual, dijo; pues ahora voy a hacer que termines delante de ella.
Madre mía.
Nunca me había pasado nada igual.
Y pasó lo que tenía que pasar: allí terminé. Delante de ella
Fue tremendo
Nos despedimos dándonos un beso a tres lenguas y prometiendo que nadie lo sabría.


Por desgracia luego llegó lo del COVID y no hemos vuelto a coincidir
Pero los tres sabemos que algún día seguiremos.










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