Hola, Soy un chico muy sexual desde joven, he experimentado muchas experiencias y fantasias que he tenido y siempre me llenan y me llaman a buscar más.
Yo tenia a mi pareja con la gozaba y compartí cada momento, asistíamos a clubes y a orgías en donde disfrutábamos al máximo.
Un día en donde habíamos quedado con amigos y algunas parejas nuevas, estábamos todos en la habitación y mi chica comenzó a morrearse con otra chica nueva, estábamos todos muy cachondos y su chico se empezó a pajear viendo la escena. En ese momento me dieron ganas de cogerle la polla a el y que él me la cogiera a mí, así que le pregunté si podía tocársela para saber cómo se siente al pajear un rabo de otro.
Me dijo que sí, y que él también quería probar, así que empezamos a cascárnosla el uno al otro. Fue una sensación genial. Era la primera vez que un chico me masturbó, y además le estaba masturbando yo a él. En seguida me entraron ganas de correrme, así que cogí mi polla y eché todo el semen en el suelo, el siguió pajeándose solo hasta acabar. Comentamos que había estado bien, y yo le dije que no pensara que soy gay por haber hecho eso, y que yo no creía que él lo fuera. Nos secamos y después nos unimos a las chicas y follamos toda la tarde.
Por la noche mi chica me dijo que si me había gustado pajear otra polla a lo que respondi que si, que se habia sentido bien y ella me dijo que me ayudaría a explorar hasta donde podia llegar.
Así siguió esto hasta que en una ocasión caminando por el centro ella iba ya super caliente por los comentarios que nos hacíamos y me convenció a pasar a un Sexshop de esos que tiene Glory-Hole.
Nos pusimos cómodos en la cabina dejando abiertas las dos trampillas que había a cada lado de la Cabina y nos dispusimos a ver una peli, no pasaron cinco minutos cuando desde uno de los agujeros asomo una polla bastante considerable, mi chica la miro durante un breve espacio de tiempo y arrodillándose ante ella comenzó a saborearla, después de unos buenos chupetones me cogió la mano y me animo a cascarla un rato, después me dio un beso muy pasional y me dijo “es tu turno” me tomo por la cabeza y me fue inclinando hacia la polla del chico que era un completo desconocido. Por fin me había atrevido a dar el paso y estaba saboreando una polla de la que no conocía su dueño.
Después de varias mamadas y pajas el chico se corrió y se fue esa polla que nunca volveríamos a ver. Nos pusimos a follar como nunca en la cabina y ella no dejaba de repetir lo mucho que le ponía que tuviera yo una polla en mi boca.
Unos meses después llego el tiempo en que por varias razones nos teníamos que separar y me dijo que tenia una noche especial para mi.
Por la noche llegue a su piso y tenia una cama de masajes lista con velas encendidas y una nota que decía “Desnúdate y ponte cómodo” no tarde mucho en obedecer las ordenes y estaba yo listo boca abajo en esa cama de masajes.
Escuche a mi chica acercarse, levantó la cabeza y no podía creer lo que vi. Mi chica estaba completamente desnuda, ataviada sólo con un strap-on de cuero rematado por un gran pene. Sin mas, cogió mi pene, que estaba boca arriba, mi pene ya estaba a media hasta y se lo introdujo completamente en la boca. Tras dos o tres chupadas, empezó a juguetear con la lengua, recorriendo el tronco del pene y poco a poco, bajando primero a los huevos y finalmente al culo.
Me abrió completamente sus piernas, poniéndome completamente a su merced, que con la lengua iba recorriendo todo el agujero mientras iba forzando la entrada con los dedos. Así estuvo unos minutos hasta que dijo "Creo que ya estás listo para mí".
Se incorporó y con mucha sensualidad empezó a poner crema lubricante en el gran pene negro, que apuntaba directo mi culo. Poco a poco, con las dos manos, fue colocándome el pene entre las nalgas y frotando la punta con su agujero, que a cada roce vibraba esperando la tan ansiada penetración. Poco a poco, con mucha dulzura aquél gran pene fue entrando en mis entrañas. La molestia inicial fue dando paso a oleadas de placer prostático y al cabo de poco estaba completamente erecto disfrutando de aquél tronco que iba entrando y saliendo de mi culo.
De pronto, se oyó un click y aquél pene empezó a vibrar. Y allí empezó un metesaca cada vez más enérgico. La cara de vicio y placer de los dos, que se miraban con deseo y placer aumentó cuando ella cogio mi pene y empezó a masturbarme frenéticamente.
Me voy a correr le dije. A lo que ella reaccionó aumentando la intensidad de su masturbación.
Cuando el primer chorro de leche recorrió mi pecho y los dos nos corrimos en un alarido.Esa fue nuestra gran despedida.
Ahora estoy buscando una nueva pareja para seguir explorando fantasias que cumplir, sigo pensando que no hay nada mejor que una chica ardiente y una vagina humeda viendo como la penetra mi pene o una buena corrida de una chica en mi boca pero ahora no descarto algunas experiencias curiosas con chicos.
