Cúa, agosto de 1998. Venezuela..
Tenía alrededor de 17 años, en ese entonces vivía en el lecunberrí, una urbanización de Cúa estado miranda. Lo que puedo recordar de ese tiempo es que salía con mis primos y unos amigos del sector, aun viaje de para las playas del litoral en barlovento. Nos encontrábamos muy emocionado, alistando las mochilas y empacando las carpas. De esta manera, preparábamos todo para el viaje.
Álvaro José no podía dejar sus botellas de licor, acostumbraba a llenar cajas y siempre decía.
- ¡Es mejor que falten las mujeres y no el licor porque siempre tengo a mi lado mi mano! Jajaja
José Eugenio, no podía dejar sus revistas de béisbol y playboy al igual que sus cigarrillos. Los hermanos Villalobos eran un desastre siempre compitiendo entre ellos y molestándose uno al otro. Por otra parte, yo en lo único que pensaba en ese momento es que “ser joven es hacer cosas equivocadas”.
Listo y emocionados nos embarca en una vieja camioneta, una Chevrolet van, tomamos carretera hasta subir por Santa teresa y llegar Higuerote. Ahí en ese lugar nos encontramos con otros grupos de jóvenes campista y aventureros. Entre ellos avían jóvenes de todas partes, entre ellos un grupo de cinco chicas provenientes de caracas, se podría saber solo al escuchar su asentó. Desayunamos en ese lugar y al voltear ya las chicas se habían marchado. Continuamos con nuestro viaje hasta llegar a las playas de Barlovento para nuestra sorpresa vimos a las misma chicas surfeando.
Nos instalamos, armamos nuestras carpas y salimos a surfear las olas. Nos miramos unos a los otros y salimos corriendo. Entonces me introduje en el amar, braseando sobre tabla y sumergiéndome sobre cada ola hasta llegar a la zona más distal de la playa. He me ahí, sentado sobre la tabla en la inmensidad del Mar Caribe con la puesta del sol de frente y viendo surfear a la chica más bella sobre una tabla sus movimientos de caderas que solo eran igualados por la fuerza del océano. Su piel bronceada por el sol y su actitud definida por la gracia de sus movimientos, “toda la fuerza G en el resplandor de una chica”.
Cae el crepúsculo, los grupos se ajuntan y se re una gran hoguera en el cual todos danzamos alrededor de ella al ritmo del tambor. Álvaro, José Eugenio se encuentran tomando y charlando, Leopoldo y Leonardo se encuentran impresionando a las chicas con sus musculatura. Las chicas que avía visto en aquel restaurante en higuerote y esa tarde en la playa se acercaban a la reunión. En ese momento me presente ante ellas.
- Hola me llamo juan, ellos mis amigos José, Álvaro Leonardo y aquel es Leopoldo.
- Nosotras somos Catrina, Sara, Patricia, xiochita y yo soy Sandra. Vinimos de Caracas a pasar las vacaciones y ustedes.
- Somos de los Valles del Tuy. También vinimos a pasar las vacaciones.
En ese momento los muchachos comenzaron hablar con las chicas y conversaban sobre lo que hacían y que estudiaban y lo que querían hacer para su futuro. Un grupo de soñadores las chicas hablaban de paz y arte y los chicos sobre lo grande que querían ser. Creo que eso no cambia a cualquier edad no. Mientras tanto yo solo quería bailar con Sandra y bailamos. Los chicos comenzaron a beber y compartir, la luna estaba hermosa a plenitud una noche tan clara como la mañana. Sandra y yo salimos a caminar por la playa, eran las 2:00 Am de la madrugada, nos tomamos de las manos y sonriendo. De pronto ella sale corriendo y me dice: ¡atrápame!.
Salí corriendo detrás de ella por toda la playa, se ocultó de tras de cocotero, mientras se ría, yo caía en la arena. Corrió hacia la playa, y yo detrás, se introdujo en el agua. Finalmente la atrape y las tome de sus caderas mientras nos miramos a los ojos, sin pensarlo la besa en los labios y la empuje hacia mi cuerpo mientras la tomaba con mi mano por el cuello sentí sus labio húmedos y suaves. Acaricie su cabello y le dije:
- Besarte es lo más bello que he hecho.
- Que lindo-dijo ella-.
- Tienes una luz de gran belleza y no puedo dejar de mirarla y venerarla.
- Gracias juan, es muy bello lo que dices.
- Solo es comparada con la gracia de tus labios.
Ella me sonrió y la tome por sus muslos bien torneados. La levante y la saque del agua llevándola hacia la playa y recostándola sobre la arena, besando su mejillas y deslizando mis labios lentamente por su cuello, mientras mis manos desnudaban sus hombros y su ropa caían en la arena, sus pechos duro y firmes aceleraron mi corazón. Me detuve y los admiraba, firmes, bellos y rosados. Deslice mis manos por sus caderas lentamente mientras acariciaba su abdomen, y veían como sus pezones se erectan y su piel se ponía de gallina. Al mismo tiempo que su mirada me excitaba.
Sus manos comenzaron a desnudar mi cuerpo, las mías acariciaban sus pechos en forma circular. Mientras mis pulgares frotaban con la yema de los dedos el pico de sus pezones. Baje lentamente mis manos hasta su entre piernas y comencé acariciarla mientras ella desabrochaba mi short y se inclinaba suavemente hacia mí, me puse de pie, saco mi pene y comenzó a frotarlo mientras la tome de sus cabello y la sujete fuertemente. Al mismo tiempo, que su lengua humedad se deslizaba por mis testículos mientras me masturbaba.
Sandra comenzó a mordisquear mi escroto, y pasaba la punta de su lengua por mi frenillo chupando mi glande y se lo introducía lentamente poco a poco hasta llegar atrás.
- Que rico, me gusta mucho como mamas Sandra.
- Mmmm, si y eso que solo es el comienzo papi.
Dios comenzó a metérselo todo a la boca uno y otras muy rápido, mis piernas temblaban y mi abdomen se contraían mi cuerpo no podía soportar tanta tensión y la jale rápidamente por el cabello y la despegue de mi miembro mientras ella me miraba a los ojos y se reía sínicamente.
- Ahora te toca.
Baje sus short abrí sus piernas y me incline ante ella, pase mi lengua suavemente por medio de sus entre piernas, entre el borde de sus labios vaginales. Al mismo tiempo que deslizaba mis dedos por medio de su vagina sin penetrarla, frotando su clítoris de un lado al otro con mi pulgar. Mientras ella posaba, su pierna derecha sobre mi hombro y yo deslizaba mi lengua de arriba abajo por medio de sus labios vaginales separándolos con la punta de mí lengua uno del otro. Al mismo tiempo que deslizaba mis dos dedos dentro de ella muy suavemente y moviéndolos muy rápido de un lado al otro y abriéndolos en forma de tijera y enroscándolo, sacándolos muy despacio, en cada salida mientras su vagina se humedece y sus fluidos vaginales se escurren entre mis dedos, derramándose, por sus muslo mientras mis labios mordisquean su clítoris moviendo lo que sobre sale entre mis dientes con la punta de mi lengua. Ella se excita y me dice:
- Dios se siente rico.
- Dios me tienes babosita, sigue, sigue.
- Quiero que me lo metas, que me duela bebe.
Su cuerpo se contornea y su cabeza se tira hacia atrás mientras sus piernas tiemblan y cierra sus muslos cada vez que mis labios se deslizaban entre sus labios vaginales.
La tome entre mis brazos e incline su cuerpo contra un cocotero mientras abría sus piernas, le limpie las nalgas de la arena, tan suave como la seda. Saque mi pene lentamente de mi short, me observaba, tan erecto y su espalda tan firme al igual que sus glúteos. La tome por el cabello jalándola mientras pelaba mi pene con la otra mano y se lo introduje lentamente mientras ella cerraba los ojos y mi boca se posaba en sus hombres mientras mi pelvis se movía, empujándoselo lentamente, una y otras vez. Cada vez más y más fuerte, estrujándole los pechos y haciendo que sus rodillas se doblen cada vez que la tomo por los hombros y se lo empujo todo con fuerza…
Su cuerpo sudaba como lluvia de verano. El sudor cae por sus hombros lentamente bajando por su espalda hasta llegar a su coxis y morir en mi pelvis escurriéndose por mis entre piernas, mientras sus fluidos vaginales bajan como garganta de agua en plena sequía cayendo sobre los granos de arena. Mientras yo lo sacaba rápidamente y acababa sobre su espalda baja echando toda mi leche cálida y caliente sobre su piel.
Luego nos abrazamos y besamos nos sonreímos uno al otro sin dejar de mirarnos fijamente a los ojos, comenzamos a vestirnos y nos sentamos de frente al mar entre lazados y nos quedamos dormidos uno sobre del otro hasta el amanecer y sentir el calor de su cuerpo junto al mío. Los rayos del sol saliendo y el sonido del mar y a mi lado la mujer más hermosa del planta.
I'm 38 years old, living in the Wanapa region.
I'm interested in meeting a woman or a couple aged between 18 and 49.