Nuestro primer Trio! la suerte del principiante

Hola soy primerizo en esto espero no desentonar.


Esto sucedió, hace cerca de 5 años, somos un matrimonio común y corriente con ganas de experimentar en la cosa sexual, mi señora es una mujer guapísima, tiene todo en su lugar, más de lo que merezco, yo un tipo normal, con algo de panza, nada fuera de lo común, a excepción de eso… el sentido del humor, una personalidad que parece gustar a las mujeres.
Tenemos una amiga de muuuchos años con quien siempre hemos compartido fiestas, comidas, vacaciones, viajes cortos de fin de semana, carretes de todo tipo. En ese entonces ella estaba soltera y nosotros sin hijos así que podíamos pasar mucho tiempo juntos.
Para no latear o aburrir les cuento que en ese entonces mientras mantenía relaciones sexuales con mi señora fantaseábamos con un tercero o tercera, pero como todos topábamos en quien podía ser, hasta que una noche le pregunte por nuestra amiga, a la cual le llamaremos Alejandra. Mi señora no lo pensó dos veces y acepto, solo faltaba saber si Ale, estaba de acuerdo en esto, pero por como la conocíamos, no había muchas dudas, solo faltaba ver como plantearlo y hacerlo.
Con los días y las conversas que manteníamos los tres algo salió al ruedo, siempre viendo esto como algo muy privado y como experiencias que podemos vivir cuando hay mucha confianza.
Un viernes por la noche, salimos una vez más los tres a comer y tomar unos tragos, la conversa no fue nada especial, hasta que luego de estar bien prendidos, se nos ocurrió ir a bailar, cosa que no me mata, pero verlas a ellas jugando en la pista, calentando a todos quienes las ven me prende mucho. Esta vez no fue diferente, ellas bailan muy pegadas rozando sus pechugas y haciendo ademanes de besarse sin hacerlo, como las conozco, se que con tanto juego ellas se excitan mucho, más que de lo que lo hacen quienes observamos, se que sus pezones bajo el sostén deben de estar a tope, al igual que la humedad en sus conchas, con la ropa interior muy mojada de todo lo que se han toreado, rozado, tocado y contorneado. Cuando están en eso, juegan con los espectadores, sabiendo que yo las cuido a distancia viendo si algún jote las molesta aparezco a bailar con mis mujeres. Cosa que debo de hacer a lo menos unas cuatro a cinco veces por noche.
Como era de esperar seguimos tomando durante toda la noche y el alcohol hizo su trabajo de alegrarlas y desinhibirlas algo más de la cuenta ya que hasta piquitos se dieron en medio de la pista de baile, y obviamente, a mí también cuando las salvaba de los desagradables de siempre.
Cuando se está pasando bien el tiempo pasa volando y no quieres que termine la velada, así que cuando prendieron las luces sugerí seguir la fiesta en nuestra casa, era algo normal. Al llegar ellas como divas se sentaron en el living muy cerca una de la otra, como si fueran a copuchar algo que yo no debía oír. Mientras lo hacían yo preparé los tragos, muy fuertes como de costumbre, y les llevé uno a cada una. Mientras ellas conversaban, aproveché de sentarme al medio de ellas, pero en el suelo mirándolas, quedando con sus pies a mi alcance. Me ocupando de ellos, haciendo masajes a cada una de ellas, sin emitir palabra de mi parte seguí masajeando sus pies, muslos indistintamente. Con dedicación de mi parte un rato a una y luego a la otra, ellas seguían batiendo la lengua conversando como si yo no existiera. Fue ahí cuando las vi con otros ojos, con ojos de lujuria, de placer, de deseo. Siempre en silencio avance mis manos por sus muslos, hasta que llegue a la unión de sus piernas, esa comisura que se forma que es el centro del placer de muchos. Comencé haciendo unos pequeños toques como que no quiere la cosa y me volvía a los muslos, ellas como si nada pasara. Visto esto seguí osadamente dejando unos momentos más la palma de mis manos en su monte de venus, siempre por sobre el pantalón, y como era de esperar cero reacciones, esto me motivó a seguir más y más ahora “sobando”, masajeando el barrio. Mi ego me jugaba a favor, como no me pescaban y seguían sin siquiera mirarme, me hice de valor y de frentón frote sus labios y la zona del clítoris por sobre el pantalón, seguían sin darme pelotas, pero fueron sus actos los que me validaron. Simultáneamente ellas sin decir nada separaron sus piernas para dejarme el área libre para seguir haciendo mi abnegada labor, la de darles placer.
Así estuve un par de minutos, donde ellas seguían conversando, haciendo como si estuvieran solas y no pasara nada más en el mundo, pero sus cuerpos con algunos movimientos y sus cada vez más cercanos cuerpos entre ellas me decían que iba bien. Hasta que, en un momento sin sacar mis manos de sus cucas, me miraron al unísono y me preguntaron, ¿Qué haces?
Yo. Nada, masajes…
Ellas. Y xq?...
Yo. Si no les gusta, paro... (todo esto mirándome a los ojos mientras seguía estimulándolas)
Ellas. No, no hay problemas, sigue
Con ese quiebre ellas se miraron y sin más se acercaron como ya lo habían hecho muchas otras veces, pero a diferencia de las anteriores no se dieron un piquito, si no, un beso en toda ley, con sus lenguas jugando, besando con avidez, con deseo, con lujuria, pero a la vez con una ternura pocas veces vista.
Era su primera vez besando a otra mujer y yo era el actor invitado, no me lo podía creer, que mierda hago sin cagarla, y no supe que hacer, gracias a Dios, ya que ellas avanzaron solas mientras yo no cesaba de hacer mi parte.
Qué imagen más linda, más estética, más caliente.
Es todo por el primer relato, continuará. Espero sus comentarios

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