Fui su regalo de cumpleaños - Final

Su respiración agitada, unos suaves gemidos, mis dedos mojados entre sus piernas y su pelvis que tiene ritmo propio, me indican que es el momento, me termino de desnudar y me pongo entre sus piernas, con el torso recto y sacando algo de pecho para pavonearme un poco ante sus ojos, tomó mi miembro y juego un poco sobre su pelvis antes de penetrarla. Hago una entrada lenta, ella está muy húmeda, pero el camino es deliciosamente apretado, lo que hizo maravillosa la penetración. La sensación de ir abriendo camino entre sus entrañas fue genial. Estuvimos en eso, largo rato, el sudor comenzó a bañarnos y su piel blanca se volvió brillante.


Cuando acabamos, me dí un instante para descorchar el espumante. Llevé la botella a la cama y bebimos directamente de ella. Tome una buena cantidad que mantuve en mi boca y compartimos a través de un beso, derrame un poco sobre su frente y la lamí desde su cara. Terminé de desnudarla quitándole el sostén y quedó vestida sólo con la gatita que colgaba de su cuello. Aprovechando una canción lenta, le tomé la mano invitándola a bailar ese lento completamente desnudos, sintiendo el roce suave de su piel sobre la mía. La excitación rápidamente se hizo presente y volvimos al lecho a desordenar las sábanas por un buen rato. Su pelo ahora estaba empapado en sudor, como si se hubiese dado un ducha y mi frente goteaba sobre ella.


Esta vez, cuando acabamos, Michi fue por una toalla, de verdad estábamos empapados en pasión. Nos sentamos en la cama, frente a frente uno entre las piernas del otro y bebimos el resto del espumante entre juegos e intercambios de boca a boca. En un instante me instó a recostarme y comenzó a jugar con mi miembro hasta llevarlo a su boca, donde me brindó una mamada deliciosa, sus labios y su lengua jugaban con maestría entre mis piernas.


Tras este episodio maravilloso, fui por un trozo de pastel que también compartimos en la cama, embetuné su nariz y mejillas con la cobertura de crema y mordida a mordida acabamos el trozo y comenzamos a besarnos nuevamente. Suavemente fui llevando sus brazos a su espalda. La recosté de esta forma y comencé a darle una infinidad de pequeños y rápidos besitos por todas partes de su cara y cuello. Reía y gritaba "Monstruo de los besos". Le ofrecí conocer a Pinocho, una extensión de pene, para que disfrutase montándome cual amazona. Aceptó de inmediato, y volvimos a la cama donde estuve otro rato sirviendo de obediente cabalgadura, mientras sus pechos se columpiaban libres y hermosos frente a mi.


Nos serví un poco de agua mineral, para recuperar la hidratación, nos quedamos tendidos un rato mirándonos y acariciándonos hasta que volví a la carga, atravesados en la cama su cabeza casi al borde y con cada embestida avanzaba más hacia el vacío, pronto su cabeza colgaba y luego su hombros, mis embestidas seguían y seguían hasta que para no caer, nos detuvimos.


Un poco más de agua y continuamos, tome sus piernas entre mis brazos y la penetré nuevamente, esta vez fue más largo e intenso hasta que con Michi tuvimos el mejor y más intenso orgasmo. Apenas habíamos acabado, sonó el citófono para indicarnos que habíamos excedido nuestras 5 horas. Nos miramos con un poco de incredulidad, ¿Qué había pasado con todo nuestro tiempo?, ¿Cómo se nos fue tan rápido?. Con un dejo de resignación nos metimos a la ducha y nos lavamos el pelo mutuamente, nos secamos, vestimos y la fui a dejar, tenía que prepararse para su aquelarre.


Por la noche recibí un mensaje diciendo "Gracias x compartir conmigo hoy... Hiciste mi día muy especial besos turquito rico!!", a lo que conteste, que no había nada que agradecer porque lo habíamos pasado fantástico juntos. La réplica no se hizo esperar, recibí un nuevo mensaje de Michi diciendo: "Fuiste mi regalo favorito... Te dejo un beso de buenas noches ".

• Add Comment
• View Blog