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Fui su regalo de cumpleaños - Parte 1

3:58 pm Wednesday, 4th November, 2020

Durante el encierro por el COVID19, comencé a mensajearme a través de la página con una mujer, con la que nos encontramos mutuamente interesantes. Separada, con un hijo de 19 que vive con ella. Una chica que gusta de jugar y fantasear, al igual que yo, apañadora y tierna.



Cuando pregunté por su nombre real, me dijo: "No te haré la tarea fácil... Tú tendrás que adivinar o mejor bautizar... lo q has visto de mí, por las cosas q te provocó... ¿Cómo crees que deberías llamarme?". A lo que contesté: "Si tuviese que nombrarte, te apodaría: "Michi", como a una gatita juguetona y regalona que gusta de ser acariciada, pero a la vez, con la condición de gata, que te hace veleidosa y escurridiza". Ella contestó "Totalmente identificada... Genial!! Puedo ser dulce y adorable pero también una fiera...".

Le regresé el desafío, tendrás que apodarme, le dije: "Tu apodo será "Turco" tu copiosa barba, tu actitud varonil, el misterio, me hacen imaginarte así, también por la fama de buenos amantes que ellos tienen...". Desde ese día somos Michi preciosa y Turquito rico.

Cuando por fin estuvimos libres de la cuarentena, logramos conocernos y tras algunos encuentros que resultaron increíblemente interesantes, en los que seguimos descubriendo puntos de sintonía y cultivando muestra complicidad, llegó la fecha de su cumpleaños.

En una de nuestras conversaciones, Michi me planteó que se aproximaba su cumpleaños 43 y que le gustaría que pudiésemos celebrarlo juntos. Su idea, que yo fuese su regalo. Halagado por tal petición, arregle poder contar con la mañana y parte de la tarde libres para el día de su onomástico. Ella estuvo feliz de que pudiésemos encontrarnos y acordamos reunirnos a las 10:00, en el mismo lugar de siempre, una estación de servicio cerca de donde vive.

Como soy chapado a la antigua y me enseñaron que a un cumpleaños siempre debes llegar con un regalo, comencé a pensar en que podría resultar apropiado. Me decidí por un colgante de plata con una gatita y su cadena. Resuelto el tema del regalo, me pareció necesario preparar la puesta en escena. Una botella de espumante, pastelito, velas y un par de versiones del cumpleaños a ritmo de Jazz. Siguiente paso, ¿Cómo luciría ese día?. Opte por una camisa de manga larga en un tono entre anaranjado y rosa con detalles en celeste, pantalones negros, zapatos de vestir, calcetines y ropa interior negros y anteojos obscuros con tinte azulado. Recorte de pelo uñas y barba, gel de ducha perfumado y perfume en combinación, si iba a ser el regalo, debía ser el mejor regalo posible.

Tras mensajearnos durante una semana antes del evento, por fin llegó el día del compromiso. Con todo preparado, llegué puntual al lugar de encuentro y le avisé que había arribado, me contestó con un escueto "Voy". Tras unos minutos la ví acercarse, en cuanto me vio pude inferir su sonrisa bajo la mascarilla, por como se entrecerraron sus ojos. Caminé para encontrarla y nos dimos un abrazo que no respeto en nada la distancia segura. Le abrí la puerta para abordar el vehículo y apenas subí, se quitó la mascarilla y nos dimos un gran beso, ansioso, lleno de lujuria, como si hubiésemos esperado una eternidad para unir nuestros labios.

Camino al Motel, me contó que tenía disponible hasta media tarde, porque unas amigas irían a visitarla. En algún momento durante el viaje me pregunto hacia donde la llevaba y le dije "a un rincón, sucio y oscuro", rio de verdad por unos instantes, sin nervios, confiada y segura por estar en mi compañía.

Ya en el motel, tendríamos cinco horas para celebrar. Le pedí que me diera unos instantes para preparar todo. Saqué el espumante, el regalo y el pastelito, puse y encendí las velas y eché a correr la música. Se veía la emoción en sus ojos, intentó apagar las velas, que eran de truco y se volvían a encender, jugamos un poco apagándolas juntos. Le hice entrega de su regalo, hermosamente presentado en una caja larga de color violeta con cinta blanca, lo abrió con cuidado, sonrió emocionada, lo coloqué con delicadeza en su cuello, la besé y cambié la música por una selección lenta y romántica. Nos besamos y acariciamos por mucho rato. En un encuentro anterior, le había contado que cuando joven, si lograba agarrar las nalgas de una chica desde su base sin gran resistencia, cualquier cosa podría pasar con ella. Así que encarne mis dedos en su trasero, recordando el dato sonrió y comenzó a desabotonar mi camisa, acariciaba el vello en mi pecho, yo recorría con mis manos sus caderas y su cintura mientras seguíamos besándonos. La besé en el cuello, lo que ya sabía le provocaba cosquillas y una risita encantadora.

La llevé sobre la cama y le quite la blusa y un top que llevaba abajo para que no se trasluciese su sostén, le quite los zapatos de tacón y los jeans, revelando un conjunto de encaje con el que posó para una foto muy sugerente que me había enviado antes. Me pregunto si lo recordaba y claro que lo hacía, se veía muy rica en esa foto. Me dejé sólo los calzoncillos y me puse sobre ella, vistiendo su cuerpo con el mío.

Con nuestros dedos entrelazados, estiré sus brazos y comencé a besarla en la boca, en la frente, en los ojos y finalmente en el cuello y las axilas, lo que le provoca muchas cosquillas, no podía escapar de mis besos mientras reía. Seguimos besándonos como si la vida se nos fuese en ello. Entre beso y beso logré atrapar su lengua con la succión de mis labios, ella se resiste, sabe que me gusta hacerlo, apropiarme de su lengua, y succiono con más fuerza para tirar de ella hasta que sea toda mía. Mis manos sacan sus pechos generosos de las copas del sostén y juegan con ellos. Comienzo a bajar entre ellos mientras mi mano se desliza sobre su entrepierna, masajeando el monte de venus y su clítoris. Mi lengua va dejando atrás los pechos, el abdomen y el ombligo. Le quito el calzón de bellos encajes y comienzo a besar y mordisquear el interior de sus muslos. Poco a poco me acerco a zona cero del placer, y comienzo a darle largas, suaves y lentas lamidas a sus labios, pequeños, apretados y escondidos, la emoción en ella es evidente, su pelvis comienza a animarse tras mis linguales caricias, succiono la perla de su placer y mis dedos se introducen suavemente buscando su zona G.

Continuará...



Comments
2:37 pm Thursday, 5th November, 2020

Te aviso por si quieres celebrar el mío.

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