Estuve toda la tarde tratando de no masturbarme. Cené en el camarote algo ligero, me vestí y fui directamente al bar.
Había mucha gente y apenas podía ver nada con la semi-penunmbra. Cambié el mojito por el ron, haciendo tiempo a ver si veía a Olivia. Había un grupo de chicas de unos veintipocos años que me miraban, miraban a una amiga y se reían...en fin... no sé si les gustaba o les parecía gracioso.
A mi lado se sentó un tipo de unos cincuenta, se notaba que con dinero, muy elegante y podría decir que atractivo, vamos, el que suele gustar a todas las mujeres.
- Cuánta chica guapa y qué solos estamos- me dijo.
- Sí, bueno, yo en teoría estoy esperando a alguien.
- Venir con pareja a un sitio así no es buena idea.
- Qué va si la he conocido aquí.
Me miró con cara de sorpresa. - Veo que no has perdido el tiempo- Sonrió.
- Y tú ¿Has venido sólo?
- Con mi esposa. Mira por aquí viene.
Tierra trágame. Era Olivia. Por qué a mí. Joder, joder, joder.
Ella venía sonriendo, con el pelo alisado suelto y su mini-vestido negro con un escote infernal. Madre mía.
- Te presento a Olivia.
- Ya nos conocemos, cariño. Mira que eres...
- Estooo..yooo...
- No pasa nada, amigo. Mi mujer y yo nos contamos todo. Y me ha gustado mucho lo que me ha contado.
Ella me miraba divertida. Estaba disfrutando.
- Cariño ¿Te importa que invite a bailar a tu nuevo amigo? Que por cierto se llama Unai.
- Ningún problema. Yo me quedo aquí viendo a las veinteañeras mover las caderas...
Estaba alucinando, pero no podía evitar dejarme llevar y ver cómo terminaba todo esto.
Era obvio que Olivia se iba a mover como una auténtica profesional, era un espectáculo. Y yo era parte de él. Se me acercaba y me agarraba las manos para ponerlas en su cintura, justo donde empiezan las nalgas... noté que no llevaba ropa interior...
-Supongo que tampoco llevas sujetador...
-Chico listo-y pegó su cintura lo más que pudo a la mía.
-Yo tampoco llevo- Mi polla ya estaba medio dura y si seguí calentándome así, entonces sí que iba a ver espectáculo.
Su marido nos miraba.
Después de unos veinte minutos de magreo, algún beso en el cuello, piquitos y roce de lenguas... decidimos hacer un descanso en los sillones, una zona un poco más oscura y que nos daba intimidad. Por supuesto su marido vino con nosotros.
-Ella se sentó encima de mí, siendo la tela de mi pantalón el único obstáculo que impedía que mi polla estuviera dentro de su apretado, mojado y jugoso coño.
-Os he traído unas copas, supongo que habréis perdido mucho líquido...- qué tío más enrrollado
Así estuvimos los tres como un par de horas, charlando de todo, riendo y de verdad que me lo pasé en grande, no sólo por sentir a Olivia, si no por la charla de los dos.
Ya eran cerca de las cuatro de la mañana y me invitaron a su camarote.
Si el mío me pareció espectacular, esto ya era como un yate dentro del crucero. Pero a mí me daba igual, la verdad. Yo sólo pensaba en cómo hacer para emborrachar al marido, que se durmiera y así follar con Olivia, mi Diosa.
Pero el tío aguantaba, más que yo el cabrón jajajaja.
Me senté en un sillón a verla bailar. Cada vez la deseaba más.
- ¿Te gusta, eh? Me dio el marido.
- Mucho. Tienes mucha suerte.
-Ven aquí, Olivia.- Fue en dirección a su marido, que estaba sentado en el sofá y se sentó a horcajadas sobre él, besándolo con pasión acompañándolo con un movimiento de caderas sobre su paquete.
No sabía qué hacer... la escena era excitante pero me sentía fuera de lugar, que sobraba. Pero se dieron cuenta. Olivia comenzó a caminar hacia donde estaba, mientras su marido se quitaba la ropa. Estaba fibrado el tío.
Ahora me tocaba a mí disfrutarla. Hizo exactamente lo mismo sólo que tras unos besos, se levantó y se puso detrás de mí, me agarró las manos y ¡Me esposó!
-No tengas miedo y disfruta.
Abrió mi bragueta y no sin cierto esfuerzo consiguió sacar mi pedazo de carne, que ya estaba como una piedra. Dió un respingo y la golpeó en la cara. Nos reímos los tres. Eso ayudó a tranquilizarme. Y también ver cómo me la chupaba sin usar las manos...
De repente, se apartó, miró a su marido que se incorporó con la polla dura como una piedra y se acercó.
- Si quieres lo dejamos ahora mismo, no queremos que estés incómodo- Me decía mientras con su lengua lamía mi glande...
Su marido se arrodilló y se fundieron en un tórrido beso a quince centímetros de mi polla, ella seguía masturbándome. Qué morbo sentía en ese momento.
Lo tenía todo pensado. Se levantó y de un cajón sacó un anillo de goma que me puso en la base del pene, lo que hizo que es hinchara más y que se marcaran las venas. Mejor así porque podría durar mucho más.
Se subió sobre mí, poniendo las piernas a cada lado y apoyando su culo sobre mi pecho y las manos apoyadas en los reposabrazos. Tenía una vista espléndida de ese coñito y no tardé en empezar en lamer, chupar, succionar y tragar todo lo que pude.
En eso estaba cuando sentí de nuevo sobre mi polla ése calor y humedad inconfundible de un boca tragando. Supe quién era, claro, pero estaba tan excitado que me daba igual y además lo hacía francamente bien. Me lamía los huevos, el perineo, el ano... era todo un experto y yo se lo agradecía sacando gemidos a su mujer, haciendo que se corriera en mi boca, bebido todos sus jugos y luego besándola con pasión.
Estaba a punto de correrme y se lo dije. Paró después de succionar fuertemente mi glande. Se puso de pie y se acercó con su polla a mi cara. Yo tenía las manos esposadas pero tampoco me aparté.
Entreabrí los labios y él entendió, se acercó más y pude notar por primera vez un glande entre mis labios. Con la lengua comencé a jugar. Olivia le succionaba los huevos y pasaba su lengua por el ano de su marido... uffff...esto se ponía muy muy caliente. Decidí pasar al siguiente nivel, y dejé que me entrase toda en la boca, fue una sensación indescriptible... pero me encantó y seguí chupando y chupando, tanto que empecé saborear su líquido preseminal. Era un sabor raro pero no me desagradaba.
Olivia me quitó las esposas, ya sabía que no me iba a escapar jejejeje... y lo primero que hice fue agarrar esa polla que tanto me estaba gustando y masturbarla como a mí me gusta que me hagan, acariciando los huevos y el ano...
Olivia me miraba con cara de vicio, pero a mí ahora sólo me importaba comerme esa polla, quería que se corriera en mi boca, en mi cara y compartir el semen con ella, con mi Diosa. Ella viendo que yo estaba como loco, se sentó sobre mí empezó a follarme. El placer ya era total.
Noté que mi amigo estaba a punto de correrse y aumenté el ritmo, él me cogió de la cabeza y me follaba con fuerza.... la saliva se derramaba de mi boca y, entre salto y salto sobre mi polla, Olivia intentaba recogerlo.
Noté un espeso líquido caliente en mi boca, que no podía retener por ser tal la cantidad de semen, pero yo seguía chupando y disfrutando, más todavía sintiendo mi polla dentro de Olivia. Pero gracias al anillo estaba retardando mi orgasmo. Después de chupar y lamer todo el semen, Olivia dejó bien limpia esa polla y buscó mi boca para compartir el semen de su marido. Follando, con la boca y la cara llena de semen y besándonos era un éxtasis difícil de igualar. El mejor polvo de mi vida. Se quedó inmóvil con su polla dentro de mí. Yo jadeaba y mis ojos la miraban con deseo y lujuria, estaba fuera de mí, haría casi cualquier cosa por seguir follando con ella.
Su marido seguía empalmado -La viagra- decía y se fue al sofá de nuevo. Y ella le siguíó.
-¿Vienes?
Ni un segundo tardé en ir tras ella a ver qué sorpresa me tenía reservada.
Continuará.
7:43 pm Wednesday, 30th December, 2020
Me está encantando. ¿Para cuándo el siguiente capítulo? |