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Solo llevábamos el mismo camino.

9:41 pm Monday, 7th September, 2020

Era primavera, hace un par de años, tenía invitación para un evento de la Cámara Chilena de Construcción, era por la tarde, al llegar al estacionamiento que disponían para los asistentes, se me adelantó de forma un tanto agresiva otro vehículo. Pasamos la barrera, bajamos un par de pisos y estacionamos casi lado a lado, el agresivo conductor era un chica de mediana estatura y pelo largo, en la obscuridad del estacionamiento no vi mucho más. La dejé adelantarse, para verla caminar y apreciar su figura, delgada pero con curvas en cadera y cintura, pantalón de vestir ajustado y blusa blanca, caminaba con esa confianza de la que se sabe guapa. Con más luz pude apreciar su cabello castaño claro con algunos visos rubios, llevábamos el mismo camino y la alcance al llegar al ascensor, era muy guapa, hermosos labios y ojos claros.


Efectivamente íbamos a la misma presentación, llegamos a la recepción del evento donde divisé su nombre de pila al registrarse.  Aún faltaban algunos minutos para el inicio y pensé en acercarme, pero ella se unió rápidamente a un grupo en el que todos parecían conocerse bien. 


Durante un receso entre las exposiciones donde se ofrece el típico cóctel, volví a acercarme, quedamos frente a frente en la mesa donde se servían cosas dulces y mientras escogíamos algo, me miró fijamente sin decir nada y yo sostuve esa mirada que me pareció un tanto desafiante. Tuve oportunidad de verla de frente, la blusa se traslucía lo suficiente para deja ver su sostén, de estos con cubierta dura, tamaño medio una copa C imaginé, me pareció era para sujetar unos pechos flácidos.
Al término del evento, espere que se despidiese de sus amistades para ver si se retiraba sola. Cuando por fin se dirigió a la salida, la seguí, caminamos juntos al ascensor y mientras esperábamos inicie una conversación sobre el evento, ya en el estacionamiento, al ver que aún seguía caminando con ella, me preguntó, entre seria y en broma ¿Me estás siguiendo?, a lo que respondí, ¡No te preocupes, solo llevamos el mismo camino! y ella replicó, ¡No me preocupa!. Llegamos a su auto y mientras abría la puerta le propuse ir a tomar algo, ella se apoyó sobre el techo, lo pensó unos instantes y dijo que no era buen momento. Ante su negativa me despedí deseándole una buena tarde y me reconforte con la idea de que al menos lo pensó.


La deje, salir primero y la llegar a la calle, por un par de cuadras llevamos el mismo camino y a manera de juego comencé a seguirla. Tras un par de semáforos más, me hizo una seña para que bajase el cristal y me gritó, ¡Sígueme!.  Continuamos conduciendo hasta que se detuvo frente un edificio de departamentos, se acercó a mi ventana y me dijo dame unos minutos y vamos por unos tragos. Entró su coche al estacionamiento del edificio y regresó rápidamente.
Fuimos por un happy hour, bebimos unos mojitos y conversamos un rato.  Estaba recién separada, tras 9 años de matrimonio su marido se fue del país con una nueva pareja y ella estaba de regreso en casa de sus padres.  Se notaba despechada y dolida, no había salido con nadie desde la separación, pero de alguna forma había despertado en ella las ganas de jugar un poco. Le propuse ir a donde pudiésemos estar a solas y me dijo, 'volvamos al depa, está casi vacío, pero podemos estar tranquilos allí'.  Pasamos por un minimarket donde compramos una mineral unas cervezas y algo para picotear.


Camino al departamento que arrendaba con el ex-marido, me comentó que estaba vendiendo todo lo que tenía en el.  Cuando llegamos, saque del auto mi bolso de fiesta, es un bolso de computador, donde llevo preservativos y algunos juguetes. Al entrar, efectivamente el depa estaba casi vacío, un gran sofá y una alfombra en el living y la cama matrimonial en el dormitorio, era todo lo que quedaba.  Ella se notaba tensa y nerviosa, me tomo la mano y me llevó a al dormitorio, pero la situación no me gustó, más parecía una escena de sexo por venganza y ese lugar estaría cargado de lo que fue o no no fue su matrimonio. Sin entrar cerré la puerta y le propuse bailar un rato.  Ella rió y dijo que tendría que ser de memoria, porque no tenía música, yo me encargo dije, mientras ella paso al baño, saque un pequeño parlante bluetooth que llevo en el bolso y busqué en el celu algo lento que tuviese algún sentido, escogí ' How Can You Mend A Broken Heart' de lo Bee Gees. Estuvimos muy pegados meciéndonos con la música, mi idea era lograr que se tranquilizara y entrará en confianza.
Tras bailar juntos un rato, la siento más tranquila, relajada, la tensión ha desaparecido, la miró fijamente a los ojos y ella responde con un beso. La percibo excitada y me animo a desabotonar su blusa para descubrir los detalles de este sujetador de suave color rosa que antes había vislumbrado a través de la tela. Al no surgir ninguna resistencia a mi avance, sujeto su carita con ambas manos y  hago el beso aún más intenso, más fuerte, más profundo. Ese beso que ella inició en los labios, lo extiendo hasta su oreja, escucho como se agitaba su respiración y deslizó el beso por su cuello, la tomó por la piel desnuda de su cintura y sigo el camino de besos hasta llegar entre sus pechos. 


La tumbo sobre el brazo del solitario sofá, levantó sus piernas y acarició sus muslos a través de la tela con mis mejillas. Le quitó los zapatos y le mordisqueó suavemente el pulgar y lamo la planta de sus pies, mientras mis manos se deslizan por sus piernas hasta alcanzar su cintura y desabotonan ese pantalón ajustado, deslizando cierre descubro que su ropa interior combina perfectamente, una princesa en suave rosa.
Ya con su evidente entrega y mi excitación, mis manos escalan desde su cintura para colarse bajo el sostén, que levantó para liberar sus pechos. Me sorprendo gratamente, son firmes y bien firmados, el sujetador de copa gruesa ocultaba unos enormes pezones, sobredimensionados para el tamaño de sus pechos y que no puedo resistir poner entre mis labios donde con el tacto de mi lengua se hacen aún más grandes en mi boca.


Tras jugar mucho rato con sus pechos, vuelvo a su pelvis, lentamente le quitó los pantalones, mordisqueo sus pantorrillas y beso sus muslos, acarició suavemente la unión entre su pelvis y sus piernas, sobre el calzón comienzo de deslizar mi mano sobre su clítoris como sí preparase la masa para el pan. Su excitación provoca que su pelvis cobra vida, bailando al ritmo de mis caricias. Por fin, retiró la lencería rosa que me impide sentir el sabor de su entrepierna y comienzo a brindarle un cunilingus que pone a hervir su sangre y la mía. Sin dejar de lamerle sus labios pequeños, casi ocultos y succionar su clítoris, introduzco mi pulgar en su ano, un quejido y algo de resistencia, pero luego lo acepta su gemidos son música para mí.  Está muy excitada, jadea, respira fuerte y le sobreviene un orgasmo mientras mi pulgar entra y sale y mi lengua recorre todo el camino desde el ano hasta el clítoris .
La dejo disfrutar de un momento de calma, la abrazo y la incorporó para besarla en los labios.


Con el brasier desabrochado colgando como collar en su cuello y vestida escasamente por la blusa, comienza a desnudarme, me quitó la camisa y juego con el vello en mi pecho, mientras me besa me quitó los pantalones y con su nariz movió de lado a lado mi pene que ya no está contenido por mi ropa interior.


Encontrándonos ambos desnudos, nos acomodamos en el sillón, me senté y ella se montó sobre mí y nos quedamos así jugando mucho rato no hubieron palabras sólo miradas y complicidad, probamos muchas posiciones sobre el sofá y de pronto estábamos en el suelo, sobre la alfombra y manera de juego, agarre el borde y nos enrollamos en ella, apenas podíamos movernos, seguía penetrándola y ella seguía queriendo más, éramos un rollo caliente de lujuria pasión y deseo.


Cuando todo finalizó salimos de su depa, la acompañe está el subterráneo, donde estaba su auto y me dio las gracias, con algo de orgullo le respondí: Se necesitan dos para el tango, y ella dijo, lo que te agradezco es este gran paréntesis en mi vida.
Sólo guardo el recuerdo de este inesperado cruce que nos permitió llevar el mismo camino por tan sólo una tarde memorable.




Comments
1:15 pm Tuesday, 8th September, 2020

Un rollo caliente, buena.  Como yo leyéndote.

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