El desconcierto me abrazaba y me exhortaba a celebrar, pero mis escrúpulos, mi arcaica educación y mis infinitas inseguridades (mayores aún al no contar con la firmeza y lozanía de mi juventud) me amordazaban y paralizaban. Recliné un poco más el respaldo y comencé a respirar honda y calmadamente, en un intento por batallar contra mis prejuicios, relajando hasta la última de mis fibras.Él, entusiasmado, rompió su silencio y comenzó a relatarme cómo fue que se le ocurrió la idea, cómo comenzó a buscar destinos, cuáles eran los reglamentos, dónde estacionar y no sé qué tantas cosas más. Yo oía su dosier de información, pero no lo podía escuchar. Mi mente se adelantaba tratando de imaginar cómo me sentiría al llegar. ¿Realmente me atrevería a desnudarme frente a extraños? Jamás lo había hecho ni se me había ocurrido ¿Y si llegaba a haber alguien conocido? ¡Me muero! ¿Cómo reaccionaría si veo a Ronald mirando otras mujeres que, para peor, estarían desnudas!? No me permitiría ser protagonista de una absurda escena de celos. ¿Y cómo reaccionaría él si yo miro atentamente a otros hombres desnudos? Bueno, en todo caso, quedaríamos a mano. ¿Y qué pasaría si me excito viendo dos mujeres besándose? Todos mis tabúes no me impedían darme cuenta cuánto me excita ver o imaginar escenas lésbicas (un íntimo secreto que sepultaba bajo toneladas de culpa y vergüenza). ¿Habrá mujeres de mi edad o serán todas unas chiquilinas con cuerpos esculpidos? ¡Ay, por favor! ¡Que no vayan a ser todas unas diosas!Esta densa nube de pensamientos rápidamente se esfumó cuando Ronald detuvo el automóvil: habíamos llegado.Él seguía hablando, mientras que dentro mío la álgida disputa entre el recato y la timidez contra la curiosidad y la excitación, no se detenía.
Continuará.........
1:12 am Saturday, 19th September, 2020
👌💞 |
|
1:21 am Saturday, 19th September, 2020
😈👄💏 |