Encuentro en la Panadería

Como siempre los domingos por la mañana él va a comprar el pan y las facturas a la misma panadería del barrio y más o menos al mismo horario. Unas semanas atrás apareció una joven que también repite la misma rutina de los domingos. La bella mujer es tan joven que él seguramente le dobla la edad, con cincuenta abriles ya vividos.

A diferencia de la mayoría de las personas, que los domingos se relajan y usan ropas más informales o deportivas, la joven llega con sus mejores minifaldas y pequeñas remeras o alguna blusa también muy diminuta.

Cada domingo hay saludos al ingresar, más o menos son los mismos y ya se conocen. Aquel día se repitió la ceremonia con el típico saludo, pero él había registrado que la joven caminaba en su mismo sentido y decidió dar un paso más. Al salir le hizo un comentario por lo linda que estaba ese domingo, la pequeña llevaba una hermosa minifalda negra que al caminar mostraba hermosos detalles de su figura, y una diminuta blusa, por así decirlo, sujeta por cintas delgadas que dejaban ver su espalda.

La joven respondió sin dudarlo al comentario y se acercó para saludarlo con un beso, él se sorprendió pero su reacción fue rápida y respondió al beso y además acerco su mano al brazo de la joven, logrando sentir su delicada piel y notando que la blusa dejaba libre mucho más que la espada, de más está decir que no había nada debajo de la blusa.

Cruzaron cómplices miradas y comenzaron a caminar, los dos iban para el mismo lado, ella se adelantó un poco y, luego de mirarla, él la siguió. La charla no importó por algún rato, hasta que él la invitó a sentarse en un bar a desayunar y la joven accedió sin dudarlo. Se ubicaron en una mesita sobre la vereda y al sentarse se pudo ver que la pequeña tampoco llevaba ropa interior debajo de aquella diminuta pollera. Ella notó aquella mirada y, dejando ver algunos detalles, suavemente cruzó sus piernas; y sin más, preguntó si le gustaba lo que estaba viendo, aclarando que ella disfrutaba mostrándose para ser mirada intensamente por los hombres.

Él dudo en que decir, pero fue sincero y le respondió que era una bella joven y que le apasionaba verla. La respuesta fue inmediata ㇐como me calienta que me mires… ㇐y ella abrió sus piernas para dejar ver que estaba totalmente depilada, se levantó con la excusa de ir al baño y salió meneando su cadera mientras el viento ayudaba a levantar la pollera y mostrar su hermosa cola…

Cuando regresó se sentó cerca de él y nuevamente preguntó si le gustaba lo que había visto… él de inmediato asintió mientras deslizó su mano por la pierna de la joven, quien solo menciono que estaba mojándose.

Tomaron el café y siguieron comentarios que calentaban a ambos, él no podía dejar de mirarle los pechos, aquella blusa marcaba sus pezones y ella seguía mostrándose, porque ¡al estar en público se excitaba más aún..!

Cuando se levantaron él puso su mano sobre la espalda desnuda de la joven, abrazándola, y ella giró su cuerpo para mirarlo y dejar que la mano entra bajo la blusa para tocar la base de su seno. Sin dudas era el momento para dar un paso más; así que mientras acaricio el pecho de la joven hasta llegar con sus dedos a tocar suavemente aquel pezón turgente, le susurró al oído㇐vamos a un lugar más tranquilo… ㇐y la pequeña respondió con un beso apasionado y caminaron hacia un hotel cercano.

El camino hasta llegar a la habitación fue de una profunda provocación por parte de la joven quien se mostraba sin tapujos meneando su cuerpo, varios besos y manos que recorrían cuerpos excitados, y calentaban a esa pareja.

Aquella joven no dudó en quitarse la poca ropa que llevaba y se tendió desnuda sobre la cama, le apasionaba ser observada; él no podía creer lo que le estaba pasando y miraba frenéticamente a esa hermosa joven sobre la cama, mientras se quitaba la ropa… desnudo comenzó a recorrer con sus dedos aquel hermoso cuerpo que se estremecía. Mostrando claros signos de excitación.

Cómplices miradas, besos apasionados y comenzaron los besos en el cuello para ir bajando por ese cuerpo juvenil, suave, delicado y delicioso, para llegar a esos senos perfectos y comenzar a jugar con su lengua en los pezones turgentes y rosados, mientras siente cómo se estremece un vez más el cuerpo de la pequeña.

Así siguieron por un rato y en un momento él quedó de espaldas sobre la cama, ella no dudo en poner sus piernas abiertas sobre la cara de aquel hombre, que no salía de su asombro con lo que estaba viviendo. Ella tomo su miembro erecto y comenzó a jugar con su lengua, mientras él comenzó a jugar con aquel clítoris rosado sintiendo como sus dedos se humedecían, entonces usó su lengua para darle más placer al tiempo que sus dedos húmedos la penetraban suavemente.

Así pasaron un tiempo disfrutando el placer mutuo que se brindaban y cuando ella estaba por explotar de placer se levantó sin dejar de masturbarlo, se acomodó totalmente mojada sobre aquel miembro erecto, y sin dudarlo lo introdujo en su ser. Él le dejó el control mientras ella se sacudía casi desenfrenadamente, hasta estremecerse y acabar entre temblores y fuertes gemidos de placer, para quedar tumbada sobre él quien la abrazó con pasión…

Cuando se recuperó y sabiendo que él seguía excitado sin haber llegado al clímax, volvió a levantarse y le susurró al oído ㇐¿querés la colita para acabar? ㇐y con sólo las miradas se entendieron, mientras ella se sentaba suavemente sobre aquel miembro erecto, y entre suspiros, lentamente comenzó a moverse. Esta vez él tomó su cuerpo y controlando la situación fue incrementando el ajetreo. Subió sus manos para agarrarla de los pechos mientras ella gemía de placer, cuando él aceleró sus movimientos y en una mezcla de respiraciones agitadas, gemidos y sollozos de ambos, él explotó dentro de ella… exhaustos y temblorosos por un largo rato se quedaron así abrazados, gozando el uno del otro.
Así iniciaron un domingo diferente para ambos, allí aprovecharon el día disfrutando juntos de aquel encuentro.

• Add Comment
• View Blog