4:03 pm Monday, 17th June, 2019
Hablar de bisexualidad es hablar de la orientación sexual menos visible y quizás menos aceptada, incluso dentro de la comunidad LGTB. Pero muchos concuerdan en que no es una etapa, ni una fase ni mucho menos una moda. La bisexualidad existe como condición y así lo han probado psicólogos y científicos especializados en el tema.
La bisexualidad en la psicología
La bisexualidad es definida como una orientación sexual por la que una persona se siente atraída tanto por personas de su mismo sexo como del sexo contrario. Pero ya no sólo se trata de deseo, sino también de sentimientos como amor, afecto, etc…
A día de hoy el término bisexual está muy estigmatizado. Los expertos coinciden que el problema está en que no hemos sido educados para aceptar este concepto, por eso resulta difícil de asimilar. De hecho el famoso psicoanalista alemán Sigmund Freud tiene mucho de culpa en esto. Según él, la bisexualidad es algo innato pero sólo hasta que la personalidad del individuo se define, es decir, cuando madura, cuando se hace mayor y reconoce su identidad. Vamos, que es el culpable de uno de los mitos más extendidos: que la bisexualidad es sólo una fase.
Lo que sí es cierto es que el proceso de construcción de la identidad es personal. La mayoría de personas que se identifican como bisexuales, sienten atracción por ambos sexos y pueden enamorarse de hombres y mujeres así como mantener una relación perfectamente estable. Sin embargo, este es territorio fangoso para algunos gays y lesbianas, puesto que la bisexualidad permite exponer a la heterosexualidad de una manera arriesgada. De esta manera la bisexualdad parece que está entre dos mundos: el homosexual y el heterosexual. Si una persona pertenece a uno puede que quede automáticamente fuera del otro.
El erotismo en la bisexualidad
Muchos ahora se reconocen como bi-curiosos y quieren intentar, ya sea a través de un trío o de una relación esporádica, tener sexo con alguien del mismo sexo. Para algunos es una fantasía que puede tener cabida perfectamente dentro de un “espectro heterosexual u homosexual”. Sin embargo, se trata simplemente algo de corte sexual, y en ningún momento se implican sentimientos más allá de la atracción.
Sin embargo la curiosidad acabó matando al gato. Así que una cosa muy distinta es sentir curiosidad y deseo por probar y otra muy distinta es sentir una simple y llana curiosidad. Imagínate que llegado el momento, descubres, si eres mujer, que no te agrada nada sentir los fluidos de otra mujer en tu boca, o si eres un hombre, practicar sexo oral al miembro de otro. De seguro la experiencia se convertiría en un total desastre, digna del cajón de las “malas experiencias”.
Bud Sex
Hay una tendencia reciente, que surge en Estados Unidos a raíz de las investigaciones de un psicólogo. Ese término se conoce como BUD sex y se refiere a dos hombres totalmente heterosexuales que mantienen una relación sexual “por necesidad”. El ejemplo más clásico sería el de los presos que practican sexo con sus compañeros de celda.
Se caracteriza por no haber besos ni muestra de cariño alguno; sólo se busca el placer sexual sin vínculo de ningún tipo, ni tampoco se busca el encuentro de manera frecuente con una misma persona.
La característica más notoria es el secretismo que rodea a esta práctica, ya que suele ser llevada a cabo por personas que han crecido en ambientes conservadores y que nunca han aceptado la orientación homosexual o bisexual como una opción.
¿Qué opinas tú?
Ahora, si has llegado hasta aquí, queremos saber tu opinión sobre lo que has leido. ¿Qué piensas sobre la bisexualidad? ¿Te has sentido alguna vez atraíd@ por una persona del mismo sexo? ¿Habías oído hablar antes del bud sex? Cuéntanos tus experiencias y opiniones en los comentarios de abajo.
