Soy un hombre complicado, yo no amo rápido, pero cuando amo es para siempre o casi para siempre, no es culpa mía que estén acostumbradas a conseguirse hombres fáciles. No sé sí sea más difícil amarme que aguantarme o viceversa pero nadie se ha arrepentido. A los hombres fáciles les gusta tener una mujer con un cuerpo bello y una cara bonita, a mí, prefiero me seduzca una buena ortografía, que me bese una mente fuerte y diferente, o simplemente estar solo sí no van a saber quererme, prefiero amores complicados que el sexo fácil.
Mi imaginación es grande, no sé cuánto o sí mi corazón sea bueno, tampoco sé socializar muy fácil y mi cara es dura, mis ojos fríos y tengo un invierno en el corazón, sí va entrar, ¡abríguese primero!, sí va salir, llévese el sweater para que me extrañe y recuerde porque no volverá a tenerme.
Carezco de cariños y besitos lentos, ya casi no tengo sonrisas y desconfío de la gente que sonríe demasiado, odio la gente amargada aunque probablemente lo sea yo mismo, por eso los odio. Así que ya sabe qué ofrecerme cuando le interese cómo hombre, en dado caso que usted no termine de leer esto quiere decir que seguro prefiere los textos fáciles, su gusto será igual para elegir a los hombres o peor aún para que la elijan a usted, entonces mejor no me busque, no me encuentre, seguramente no podría no olvidar mi rechazo ya qué los hombres fáciles no rechazan nada fácil, yo sí, porque yo soy un caballero y eso le provocaría un deseo y una ambición más grande por tenerme.
Soy un señor en cuerpo de joven con corazón de niño, tal vez el alma la tengo de muerto, pero mientras yo esté vivo usted puede amarme el día que guste, y odiarme también.