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Último servicio de esta noche

9:13 pm Sunday, 23rd December, 2018

Mientras seguía dando vueltas en busca de clientes perdido en mis pensamientos, de pronto se alzó una mano que demandaba servicio, me pare a la altura y salude con un buenas tardes, nada fuera de lo normal hasta que me di cuenta de que era ella, aquella chica. Tiempo atrás la había recogido para hacer un servicio a Sitges, una localidad cercana y bastante bonita, y recuerdo que había sido uno de mis servicios más agradables, una conversación amena con una chica que sin ser nada del otro mundo tenía algo que hacía que te engancharas, no sabría deciros que era exactamente pero había algo en ella que me atraía profundamente.
+ Buenas noches señorita, donde quiere que la lleve?
- Buenas noches, iremos Sitges, gracias.
+ De acuerdo, vamos para allá.
Agachó la mirada en su teléfono móvil y durante unos 5 minutos anduvo absorta en el, ya sabéis las nuevas tecnologías que nos tiene a todos un poco desconectados de la realidad y el momento, hasta que le pregunté:
+Y a que parte de Sitges quiere que la lleve?
- Bueno, cerca de la avenida dirección al paseo marítimo.
+ Aja, donde la otra vez entonces?
- Si, donde la otra vez, no sabía si me habías reconocido y le estaba comentando a mi amiga por whatsapp que el chico que me llevaba a casa era el mismo que hace un tiempo me trajo.
+ Jajaja pues si la he reconocido si, no se me olvidan las clientas tan agradables como usted.
- Jajaja no me llames de usted por favor, me llamo Marta.
+ De acuerdo Marta, yo soy Oscar, un placer.
- Igualmente, y gracias por lo de agradable, tu también me lo parecistes la otra vez.
+ Antes de nada, si no te importa tengo que parar a repostar , que igual vamos algo justos de combustible y prefiero no arriesgar, luego te descontaré el tiempo perdido.
- No hay problema, como tu veas, eso si, en lugar de ir por los túneles de peaje, me podrías llevar por la carretera que bordea la costa? Me gusta ver el mar por la noche y hoy tenemos Luna llena, si no te importa preferiría ir por ahí.
+ No hay problema, yo te llevo por donde tu quieras.
Así que cogimos la autovía y me pare en la primera gasolinera que vi, me bajé a repostar y haciéndole un gesto por la ventana le dije que iba a pagar. Como tenía un poco de sed, aproveché y compre un par de botellas de agua, una para mi y otra para ella.
Al llegar al coche me sorprendió un poco que la chica había cambiado de asiento y se había sentado delante, no le di más importancia porque pensé que hay personas que se marean si viajan detras.
+ Bueno pues ya esta, aquí tienes por si tienes sed te traje una botella de agua, no te preocupes que a esta invito yo por tu paciencia.
- Gracias, espero que no te importe que me siente delante contigo.
+ Claro que no mujer, como me va a importar, le pasa a mucha gente lo de marearse si viaja detrás.
- Ah No! Si yo no me mareo, pero hablarte desde atras me parece muy impersonal, y a fin de cuentas es como si ya nos conociéramos No?
+ Hombre, visto así pues tienes razón.Bueno vamos seguir que tendrás ganas de llegar a casa me imagino.
- Si, gracias.
A los 5 minutos de reemprender la marcha más o menos estábamos llegando a la carretera sinuosa y oscura que bordeaba la costa, era un lugar curioso la verdad, con multitud de miradores para parar y disfrutar de la vista del mar, en una posición elevada y con la luna llena y estrellas de fondo.

- Y vas a trabajar toda la noche?
+ Pues en principio no tenía pensado trabajar hasta muy tarde, es muy probable que en cuanto te deje me vaya para casa, ha sido un día largo.
- Claro, además deben estar esperándote en casa imagino.
+ La verdad es que no, no hay nadie esperándome en casa.
- No me lo creo.
+ Jajaja por que no lo crees?
- Porque seguro que tienes alguien esperándote.
+ Que va, si lo hubiera te lo diría pero llevo ya un par de años sólo, una mala experiencia podríamos decir.
- Vaya, que paso? Perdona no hace falta que contestes, no es asunto mío
+ No pasa nada, tranquila, simplemente teníamos caminos diferentes.
- Lo siento.
+ No tienes por que, después de un tiempo me di cuenta de que era lo mejor. Y tú? Que me cuentas?
- Pues más o menos igual, ya sabes, objetivos diferentes, viajo mucho por trabajo y eso es difícil de compaginar con una relación.
+ Aja, te entiendo.
- Te importaría parar en el mirador un rato? Me gusta mirar el mar, pero si tienes prisa no.
+ No hay problema, ya te dije que después de dejarte en tu casa iba a terminar la jornada.

Así que seguí bordeando la carretera atento a ver el mirador para parar un rato, no se porqué ni en que momento mi cabeza empezó a fijarse más en ella, realmente la chica era guapa, no usaba maquillaje y lo único que tenía era los labios pintados en un tono rosa chicle, llevaba un falda negra con unas botas negras también de base plana, una blusa blanca y una especie de jersey negro también, no me preguntéis exactamente, porque yo y la moda no somos muy amigos, ella hablaba y cada vez me quedaba más absorto en sus labios hasta que deje de oírla y me perdí en sus ojos marrones.
De repente salí del trance cuando me dijo:
- Ese! Ese es el mirador que me gusta.
+ Ok
Así que aparque el coche en el mirador y me dispuse a esperar a que saliera a ver su ansiado mar de noche.
- Oye, que estabas pensando que estabas como absorto?
Antes de contestar me puse bastante rojo pues nunca se me dio bien mentir y adopte decir siempre la verdad, por cruda o ridícula para mi que fuera.
+ Pues....la verdad es que estaba pensando en tus labios.
- Vaya, eso no me lo esperaba.
+ Tranquila que no soy ningún pervertido ni nada de eso, sólo que me gustan los labios y estaba pensando en como sería probarlos. Lo siento.
- Por que lo sientes?
+ No quiero hacerte sentir incómoda.
- No lo has hecho, de hecho yo llevaba un rato pensando en lo mismo.
+ Ah Si? Vaya esto si es una novedad.
- Va, no me creo que nunca una clienta te haya hecho alguna proposición indecente.
+ Bueno, la verdad es que alguna vez si me ha ocurrido, pero sólo quedo en eso, una proposición.
- Nunca has aceptado?
+ No.
- Que lástima, porque yo quería hacerte una, pero si no vas a aceptar...
+ Como?
Aún estupefacto por la situación, que aunque no era la primera vez, si era la primera vez que me apetecía aceptarla, sus labios se fundieron con los míos, fue un beso sencillo, como de puedo?
Me quedé un poco parado por la sorpresa de la situación.
- Lo siento!! Perdona, perdona, perdona....
+ No.pasa nada mujer.
- Es la primera vez que hago algo así, Dios, que vergüenza!
+ Tranquila que no pasa nada.
- Perdóname.
+ En serio no pasa nada.
Le pase la mano por detrás del cuello y la acerque a mi y la besé.
+ Ves ahora ya estamos en paz.
No pude resistirme y la volví a besar, fue un beso tierno, sin lengua, pero ella respondió con otro beso más largo, sin darnos cuenta estábamos comiendonos la boca apasionadamente, de esos besos en los que las lenguas se entrelazan, de esos que me gusta morder el labio inferior y luego el superior.
Allí estábamos, a la luz de la Luna con el sonido de las olas de fondo, el mundo se paro, éramos ella y yo, yo y ella, el resto del mundo dejó de existir, los besos dieron paso a las caricias y antes de darme cuenta estaba besando su cuello, pasando mi lengua justo por debajo del mentón y dirigiendo la hacía su oreja, le mordi la oreja suavemente e introduje mi lengua en ella, ladeo la cabeza para dejarme más acceso y volví a recorrer su cuello con la lengua, era deliciosa y reconocí su perfume, Lolita Empika.
Mientras recorría su cuello mis manos bajaron a su cintura y suavemente le subo el jersey negro que llevaba, poco a poco se lo quite sin de bar de saborear sus labios, ella me agarraba la cabeza y no me dejaba ni un instante, una vez que le habia quitado el jersey poco a poco fui desabrochabdo su blusa, botón a botón mientras iba dejando al descubierto sus hombros, su torso, llevaba ropa interior de color blanca, de esas que se abre por delante, a la par ella me desabrocho mi camisa y paso sus manos por mi torso, fui bajando lentamente por su cuello, pasando mi lengua y besando suavemente sus hombros, su torso para ir bajando lentamente hacia sus pechos. En un movimiento de una mano desabrocho su sujetador y quedó al descubierto su pecho, ni muy grande ni pequeño, perfecto, con unos pezones duros y erectos que deseaban ser probados, así que poco a poco fui acercandome, lentamente, sin llegar a tocarlos, sólo rozandolos levemente, deteniendome sobre ellos dejándole notar mi cálido aliento sobre ellos pero sin tener contacto alguno, primero uno, luego el otro, exhalando sobre ellos mientras me agarraba el pelo hasta que atrajo mi boca hacia ellos, mi boca se cerró sobre ellos y note su sabor, su textura, su dureza, los lami, los mordi suavemente mientras mi mano jugaba con el otro, ella se movía y arqueaba cada vez que le dedicaba atenciones.
Cogió mi mano y poco a poco la fue bajando hacia su cintura, primero en el costado y guió mi mano hacia su vientre, una vez ahí siguió guiándose hacia su monté de Venus, era cálido, húmedo, ardiente. Con su otra mano desabrocho el cinturón de mi pantalón, los botones del tejano que llevaba y bajo lentamente mis pantalones hasta dejarme en ropa interior, unos boxers negros que llevaba, allí no tono que mi pasion también estaba erecta, palpitante, deseosa de ella. Poco a poco bajo por mi torso hasta llegar a ella, con un gesto rápido la libero de su prisión para acto seguido envolverla calidamente dentro de su boca, era húmeda, hábil, hasta el punto que tuve que agarrarle la cabeza y subirla para volver a besarla.
Salimos del coche, mientras la cogí en volandas con sus piernas rodeando mi cintura, la apoye sobre el capó del coche y una vez allí le subí la falda mientras seguía dando atenciones a sus pechos, retire su ropa interior blanca con encaje y deje al descubierto su sexo, rasurado, húmedo, ardiente, lami su vientre y poco a poco fui bajando hacia el, exhale mi cálido aliento sobre el, y acto seguido comencé a besar sus piernas por dentro, de la cadera hacia los pies y vuelta a la cadera, pasando por su sexo que sólo rozaba y pase hacia la otra pierna, creándose un estado de excitación máximo, volví a recorrer su pierna y como la vez anterior volví a donde comencé, su sexo, me detuve ante el, la mire, vi en sus ojos el deseo y sabía exactamente lo que tenía que hacer, pase mi lengua por los lados, sin llegar a tocar su vagina, su clítoris estaba hinchado, deseoso de atenciones, la volví a mirar y sus ojos me dijeron que ya era el momento, así que cerré mi boca sobre ella y jugué con mi lengua dentro de ella, arqueaba la espalda, sintiendo cada caricia de mi lengua en su clítoris, cada espasmo que daba hacia que mi pasión fuera en aumento, sabía que estaba disfrutando de mis caricias, así que la saboree una y otra vez, arriba y abajo, a un lado y al otro hasta que no pudo más y me agarró la cabeza para que parase , con sólo su mirada supe lo que quería, que entrase en ella, la acerque hacia mi cintura y entre dentro de ella una y otra vez, suavemente al principio y a cada instante que pasaba más intensamente, lo estábamos disfrutando como si fuera la primera vez, la agarre fuerte y la puse apoyada sobre el capó del coche pero de espaldas a mi, la cogí por las caderas y la atraje hacia mi, entre dentro de ella y me acompañó con el movimiento de sus caderas, bajé mi mano hacia su clítoris y le dediqué atenciones mientras entraba y salía de ella cada vez más rápidamente, más profundo, más húmedo, hasta que nos fundimos al unísono en un orgasmo final.
Estábamos tan absorto entregandonos al momento que no nos dimos cuenta ni de las luces de los coches que pasaban circulando a nuestro lado. Nos vestimos y nos quedemos mirando un buen rato a ese mar en calma y a esa luna que fue la única testigo de nuestro encuentro.
Evidentemente no cobre el servicio pero gané una clienta que cada vez que vuelve de viaje me llama para volver a ese mirador de la pasión.




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