Cuando una tarde de playa normal con mi chica en la playa termina con la mejor experiencia e inesperada de una pareja morbosa pero modosa hasta ese momento. Siempre fantaseamos con los tríos pero hasta que no se realiza uno no se hace a la idea de la excitación que se siente, si de verdad soportarás los celos o si dejarás que el deseo te lleve. La verdad que la idea de ver a mi pareja comiendose varias pollas siempre me dio mucho verlo, pero verla arrodillada en la playa comiendole la polla a otro tío es increíble, el morbo de verla tan salvaje, sin importarle quien la mire o lo que puedan estar haciendo. Y por encima ver como lo hace correrse en su boca y aunque no se lo tragó, como lo saboreó y se la siguió mamando hasta que ya no quedó ni una gota. Es una sensación de saber que de verdad tienes una puta en casa y es lo que cada hombre queremos tener. Esa fue la mejor tarde de mi vida sexual y aquí estamos para seguir ampliando experiencias