Aún no lo creo, pareciera surrealista, pero es totalmente cierto. En una ocasión de tantas que nos visitaba mi suegra y cuñada, sucedió algo que jamás olvidaré y que desde ese entonces tratamos de repetirlo cuando la ocasión se presenta. Somos un núcleo familiar con principios y siempre nos basamos en el respeto, bueno era así, por lo menos lo que a mi corresponde. Mi suegra mujer de 60 años, con un cuerpo y físico que caracteriza a una mujer de esa edad, delgada y de tez clara, nada fuera de lo fuera de lo común, madre de dos hembras y dos varones, mi esposa la mayor, edad 42 años al igual que yo, siguen mis dos cuñados y mi cuñada la menor de todos con 26 años, casada, con un hijo de 3 años, el cuerpo de la hermana de mi esposa, algo rellenita, buenas caderas, algo nalgona, algo trigueña.No habían pasado veinte minutos y también decido ducharme, saliendo del baño en toalla observo a mi suegra inclinada en la cocina buscando algo, por la confianza que le tengo y hasta ese momento también la consideraba como una madre, le digo en broma, suegra así perdió el ojo el pirata, ella voltea y responde que hace rato que había dejado el mar, ambos reímos, mas yo inocentemente no veía algún impacto de tal conversación, pregunto por mi cuñada, responde ella que estaba roncando por lo agotador del viaje, luego dice que tiene al menos tres año que mi suegro no la tocaba, en ese momento comencé a preocuparme por tal confesión, dijo también que recordaba una pequeña discusión entre mi esposa y yo, por el mismo caso de que mi mujer no estaba de humor para mantener relación conmigo en ese entonces, alegando mi suegra que si fuera por ella complacería a su esposo, pero él ya había perdido interés, estaba quien escribe descolocado, mi suegra por su educación recibida jamás tocaba temas como ese. Seguí escuchando, luego preguntaba por las posición que me gustaba, ella solo conocía el misionero, cuando mucho en cuatro. No digería esa conversación todavía. Pero mi miembro estaba pensando por mí, así lo analizó mi suegra, viendo el bulto que se formaba debajo de la toalla.Primero le digo mis gustos, lo que le gustaba a su hija y lo que no, con lujo de detalles le narre, no se inmutó, solo decía que nada de eso le hizo mi suegro, ella sentía curiosidad por el sexo oral, hacerlo y que se lo hicieran, del sexo anal tenía sus reservas, lo mismo que mi esposa que no le gustaba , aunque yo insistía ella no lo permitía, mientras yo relataba ella veía mi pene, la noto algo pensativa, hasta que me dice sin tapujos, deberíamos experimentar, pero si no le gustaba lo dejaríamos así, acepté sin meditarlo, antes revisemos que esté dormida su otra hija, me tranquilizó diciendo que a ella no la despertaba ni un terremoto, dejé caer la toalla, ella me observó detalladamente, dijo que mi miembro era de buen tamaño y grosor, que mi esposa no debería despreciar tal cosa porque después se arrepentirá. Me agarró el falo con cierta inexperiencia, me daba igual, se inclinó y se la colocó en la boca, así estuvo por un rato, me preguntaba que como lo hacía, yo decía que bien, se cansó de estar en cuclillas, se incorporó alegando que le había agradado, ahora me tocaba a mi hacerle sexo oral, se desnudó con cierta pena, le dije que se soltara, que era bonito su cuerpo, ya sin ropa, la coloqué sobre el mesón de la cocina y abriéndole las piernas acaricio su sexo y noto humedad, comienzo a jugar con mi lengua, besando y lamiendo sus labios vaginales, clítoris, también con su entrepiernas, después de pocos minutos comienzan los espasmos juntos con los orgasmos, le digo que se coloque de pie, continuo lamiendo su vulva y me alterno hacia su ano, la prendió más, la calentura la hacía decir obscenidades Continuara!!