El principio de todo

Hacía poco que nuestra amante ocasional se emparejó y perdimos esos momentos tan pasionales que pasamos con ella. Era un trío perfecto porque teníamos una complicidad brutal y era todo un deleite para los sentidos. Hablamos que habría que buscar a alguien aunque se nos hacía complicado porque nunca lo habíamos hecho. De ahí el ser seminovatos en esto. Los dos tenemos un puntito bi que nos mola mucho.
En principio buscábamos una mujer para tríos que fuera bi. Aunque tampoco nos importaba una pareja en que los dos lo fueran. Nos pone calientes la idea de vernos con personas de nuestro propio sexo más que el intercambio puro y duro. Con lo que se complicaba más la búsqueda.
Aún así, a causa del trabajo, conocimos a un hombre que la verdad estaba muy bien. Al tiempo conocimos a su mujer y también estaba muy bien. Entre los hombres hubo una química especial casi desde primera hora y lo comentamos entre nosotros y empezamos a fantasear con la posibilidad de que hubiera rollo entre hombres mientras ella miraba...
Como quiera que aquello era una fantasía, decidimos tensar un poco el tema y quedar con la pareja. Así hicimos. Salimos a cenar y luego a tomar una copa. Después de hablar de lo divino y lo humano, empezamos a lanzarles piropos de lo bien que estaban los dos, piropos que eran correspondidos. Entonces decidimos echar el resto. Hablamos de los encuentros que habíamos tenido con nuestra ex amante y se interesaron mucho. El ambiente se estaba caldeando. En un momento dado, las chicas fueron al baño y los chicos se quedaron en la mesa. Ellas tardaban un poco y los chicos empezaron a elucubrar qué estarían haciendo. El sólo hecho de imaginarlas besándose en el baño los puso muy calientes, tanto que el bulto de sus pantalones daba fe de ello. Para dar otra vuelta de tuerca para saber hasta dónde se podía llegar, salió el comentario de hacerlo entre ellos también. Que sería muy excitante que las chicas se liaran entre ellas y los chicos entre ellos, siempre desde el respeto y viendo los límites que según fuera transcurriendo la velada pondríamos. Cuando las chicas volvieron del baño, sonrientes, muy sonrientes, se comentó de irnos a casa de alguno de nosotros y tomar allí otra copa más tranquilos. Y sin dudarlo, y después de bajar un poco los chaquetones para que no se notaran los bultos, nos fuimos.
Ya en el coche, las chicas en la parte de atrás reían y hablaban. Se hizo un silencio y se escuchó el chasquido de un beso... Uuuff.. Los chicos miraron y allí estaban besándose y acariciandose en una escena súper erótica. Una de ellas le dijo a los chicos que también podían hacer lo mismo, que lo habían hablado entre ellas y les ponía muy cachondas esa situación. Al ir uno conduciendo era complicado el besarse pero una de ellas dijo... ¿¿Porqué no pasas tu mano por encima de su pantalón?? ¡¡¡Cuidado de no chocar!!! dijo la otra... Alargó la mano y agarró ese miembro duro por encima del pantalón. Mientras ellas miraban y se metían mano.
Cuando llegamos a la casa, el calentamiento era espectacular. Directamente fuimos al dormitorio previo paso por el baño, claro está. Ya en la habitación, hablamos de los límites y quedamos en que chica/chica y chico/chico en principio no había. Si después intercabiabamos ya lo hablaríamos. Pero de momento había mucha faena por delante. Las chicas nos dijeron que nos desnudaramos el uno al otro y nos enrollaramos mientras ellas miraban. Y así fue... Estaban los dos con sus penes duros, cuerpos cuidados, semi depilados, deliciosos... Se besaron, acariciaron y después de arrodillarse uno, empezó a saborear ese pene fantástico.. Era la primera vez pero, a juzgar por la cara de placer, lo hacía de fábula. Ellas no pudieron más y después de quitarse la ropita interior, hicieron un 69 imponente. Los chicos les copiaron la idea y allí estaban los cuatro disfrutando de un placer diferente. Luego se hizo una rueda chica-chica-chico-chico en la que cada un@ saboreaba el sexo de quién tenía al lado y cambiando de lado al cabo del rato... Una auténtica delicia. Las chicas sacaron unos vibras y entre ellas se aviaban perfectamente. Se lamian sus clítoris, metían sus deditos, los saboreaban y alcanzaron un par de veces el orgasmo. Los chicos por su parte, después de haberse comido sus pollas, decidieron quién iba a ser penetrado... Y después de dejar caer algo de saliva en ese culo que era muy apetitoso, apuntó y fue metiendo la polla poco a poco pero sin pausa hasta llegar a sus huevos que chocaban en sus nalgas. Empezó entonces una danza perfecta. Los jadeos llenaban la habitación. Cuando estuvo a punto de correrse, se salió, se quitó el preservativo y derramó su néctar en la boca de su chica... Luego, el otro chico, penetró a su chica, corriendose encima de ella... De lo que pasó luego y de las reglas que impusieron para los siguientes encuentros, se sabrá en próximos posts.

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