Después de ver laluna derrumbarse en la azotea, recordé que Amelia se acostaba en su ventana,límpida, foronda de su magia que brindaba su entrepierna, era frágil ysoberbia, era tersa y extravagante, capaz de dar la muerte de una mirada a labelleza y así lucia en su lecho, en el edificio contiguo; mi mirada se hacíaaguda, a tal punto que era muy normal contemplar su piel de adrenalina, ellunar del costado derecho de su ingle, con hoy era ya una semana, que la vecinase enfrentaba a la vista de mis pupilas agrandadas de codicia, aflorando misdeseos, mis recónditos instintos bajos ,mal sanos, remordidos en lujuria. Y sabía que de repente sus faroles parpadeabanen fisgoneo provocativo, como derrotando a mi gallardía, como adentrando misonrojo en su pureza, fue suspicaz que su tez en gritos susceptibles acentuabansus llamados, y corrí, deslicé sin más prejuicios el pistilo de sus rejas, quetan fortuita controlaba la distancia mi sentido de la vista, que ni el más mínimoresplandor de sus parpadeos a mi sentido podían ocultarse, y es que siempre unadama de figura contorneante fue la fuerte debilidad a mi cordura, era puratentación de ver en sus nalgas la silueta de una voluptuosa manzana, su espaldaquisquillosa y delicada, una pera que imploraba le brindara mis caricias, los movedizos melones de su pecho se encendían a mi deleitablegusto, llame trémulo con aplausos de bandido, sobre el vidrio del balcónentestado, pocos fueron los impactos, que de pronto se escondió con cortinasconcho de vino, cual mantis asustada o excitada; fue mi ser que viajo a lasestrellas al silencio universal y desolado, como destello sin orbita profundo y la más íntima pregunta: como pude sertan lógico y profano?, solo mis pensamientos fueron mutilados con unos golpesdelicados en la puerta, me descubrieron!; es su esposo que hoy viene areclamarme?, …. Con arrojo empuñe el picaporte, me asome un poco cauto por la hendija.oh mi santo…! era ella, con su poderoso encanto, cual dispuesta a disparar consus pezones, ¿me hablará de mi descaro?; ¿Si buenas noches? Pregunte entrecortado, me dejas pasar que estoy con frio respondió, sin pensar dos veces fuemi instinto abrirle cual el cielo, y sin más sobre pasar ella el dintel, susmanos y mis manos se ensartaron y a cogernos como locos despiadados , fue sucutis mi despertar a la lascivia, nuestros labios se enredaron con mordiscospor brindarnos cual manantial prohibido, que divinos besos que subyuganteencuentro, nuestros cuerpos se acoplaban cual clavijas que escurrían nuestrosfluidos ya sin miedo, que de toda la estancia emanaba mil destellos de profundoestupro consentido. bailaron nuestros cuerpos en la alfombra de mi estancia,descubrimos cuanto pueden nuestras formas contornearse en jadeantes cantinelas.que no parecíamos humanos, seducción completa que hasta me llegamos a consumarla desfloración anal gloriosa, que sin duda me llevó a su paraíso, conmovimientos lentos sofocantes, suplicios de gemidos enajenados, disfrute mutuode compenetración intima, noche de despertar negado que descubrió nuestrafelonía envenenada de deseos. Impenitente apetito que sedujo, hasta la glorialas voluntades, que nuestras metas fueron de a cuatro instancias, estaciones defuturo que llegaron al otoño, donde la luz fue nula y nuestras entrañas cayeron,como nuestra decencia frondosa por toda la casa. ¡Adiós!, dijiste ruborizada ymi ímpetu fundido comulgo de nuevo tus labios, desde allí los sueños se repitenpor semana solo sabe que nunca digo ven, solo que siempre la espero.
