Ejecutivo Puerto Varas esposa y yo

En la empresa que trabajaba me ofrecieron un buen trato de un convenio colectivo para cambiar de banco. El ejecutivo que me asignaron, Don Jorge, era un tipo algo mayor que yo, muy atento gentil cordial en fin, mientras que a otros compañeros les tocó una rubia guapa, exquisita ella que tenía su oficina al lado de Jorge. Él se dio cuenta de que poca atención le tomaba cada vez que esa rubia caminaba y contoneaba sus caderas, se oía el tic tac de sus tacones y si sentía el olor de su perfume perturbador en el aire.

Jorge, a modo de broma me dice, ⎯no creas que lo hace por ti, entre nosotros, te cuento que ella es lesbiana y su modo seductor es por qué está coqueteando con esa mujer que te acompaña. ⎯Me fijé y claro la rubia se acercaba a mi chica para ofrecerle no sé qué cosa, pero se pusieron a conversar entre risas y sonrisas, inmediatamente por mi mente se me pasó la idea morbosa de tenerlas a las dos en mi cama. Don Jorge me dice ⎯ya firme la documentación y estamos listos, y te voy a dar dos invitaciones para un evento, esta noche en el casino se presenta una chica del club de la comedia para que vayas con tu chica, ⎯le explique que mi chica viajaba a Santiago, está tarde y que difícil fuera solo, ⎯bueno ⎯me dijo ⎯yo iré con mi señora si quieres te acompañamos para que no vayas solo. Yo inmediatamente pensé este tipo es medio gay demasiado gentil y esa mirada de coqueto. Quedé dudando y acepté solo para conocer a la señora que presumo está muy falta de pico.

Llegué al casino, pedí una copa y me senté en el bar a esperar a Jorge y su señora, al rato veo a Jorge al otro extremo de la barra donde está la caja y me hace una señal, yo acepto con un gesto, cuando por atrás siento una mano que me estremeció con su energía y oigo una voz que me dice ⎯así que tú eres el que han dejado solito entre tanta fiera suelta, ⎯volteo y una sonrisita sexual de una mujer de 50 años, para mí la mejor edad de la mujer.

Se veía exquisita, con el pelo tomado y una mirada directa, muy elegante y con el color de su piel y el aroma de su perfume, me quede en un lapsus que todos mis pensamientos morbosos pasaron en un segundo por mi mente. Me pare, nos saludamos con un besito en la cara muy pegado a los labios, ella me dice ⎯Jorge va a demorar un poco, pues va por las entradas que se le han quedado en casa, ⎯ella aún de pie me pide ayuda para subir al piso de la barra, pues su vestido se le podía quedar muy arriba. Yo la tomé de la mano y ella al levantar la pierna para poder subir al piso tuve una vista de un juego de lencería en unas piernas torneadas y bronceadas que quede otra vez embobado. Ella al notar esto me dice ⎯ven brindemos para qué sea una noche en que lo pasemos bien, ⎯bebimos un sorbo y yo no sabía qué decir ni hacer, no me quería meter en un lío de piernas con una mujer casada, menos con alguien relacionado con mi trabajo. Ella calmando un poco el ambiente me dice ⎯yo no suelo vestirme así, pero esa rubia teñida de Sandra, la compañera de mi marido, va a estar acá y no sería correcto que tú te lleves mirándola a ella, y además Jorge me ha contado que tienes una fama de mujeriego, que has tomado de amiga a la mujer del DJ del casino y que por ti él ahora lleva una linda cornamenta jaja… ⎯se lanzó a reír y reímos juntos. Yo excusándome que solo éramos amigos, ⎯sí, sí… ⎯me dijo ⎯te voy a creer, ya salud, entonces “amigo” ⎯me dijo, y nos echamos a reír, ahora en modo complicidad y picardía, lo que llevó todo comentario en un doble sentido.

Llegó Jorge y subimos a ver el show, nos sentamos al final para tener acceso a una mesa donde dejamos nuestras bebidas, yo quedé en el rincón, Isabel al medio y Jorge entre Isabel y la otra gente. El tema era feminista, cargado a doble sentido de infidelidad, vida de casada, suegras, hijos, perros, gatos en fin… Hasta que llegó al tema de fantasías sexuales del matrimonio. Partió la rutina con el marido pidiendo a su señora un trío con otra mujer, donde la esposa exige que primero sea un trío con otro hombre. Las carcajadas rugen en el salón e Isabel cada vez que podía me posaba su mano sobre mi pierna sutilmente y desapercibido, aparte de que yo ya estaba más contento con esa mujer tan picara. En una pausa Isabel se me acercó y dice en voz baja ⎯y tu seguro ya las has cumplido, ¿cierto?, ⎯yo muy serio le respondí, ⎯no qué va, ¿y tú? ⎯le pregunto… ella me dice ⎯lo hemos hablado, pero con algunos detalles, ⎯a ver me cuentas, ⎯ella responde, ⎯veamos el show después te cuento ya.

Terminado el show, Jorge a petición de su señora le dice ⎯¿no te gusta tanto ella? Ve a ver si te puedes tomar unas fotos, ⎯y él me miró con una cara que entendí que era lo opuesto a celos, pues le dice ⎯se ven bien, ustedes hacen buena pareja, ⎯Isabel contesta con un ⎯te esperamos abajo, estaremos en los sillones rojos, ⎯¡ok! ⎯ella me tomó del brazo y bajamos a ese sector en camino risas yo en la curva de la escalera pase mi mano por su espalda sintiendo su cintura y como que no quiere la cosa tocando más de la cuenta. Ella en una mirada me dice, ⎯eres muy amable.

Llegamos y yo me ubiqué en el sillón individual para dejar el sofá para ellos, a lo que ella me insiste en dejar ese sillón a Jorge y que me siente a su lado, cruzando sus piernas y con una risa coqueta y seductora. Al quedar a su lado me dice, ⎯no te preocupes, Jorge, no es celoso. ⎯Pedimos una botella de espumante, tres copas y otra vez brindamos por lo bien que lo hemos pasado esta noche. Al llegar Jorge tomó asiento en su sillón y ella más coqueta acariciando mi pelo le dice ⎯era verdad nos vamos a llevar muy bien sabes ⎯él dice ⎯venga vamos a bailar ⎯acabamos la botella y salimos del casino.

Afuera les digo, ⎯vayan ustedes, a mí no me gustan las discotecas, me gustan los carretes en casa, vamos a mi casa y armamos la fiesta allá, ⎯ella responde ⎯a Jorge, no le gusta bailar, así que tendrás que sacarme estas ganas. ⎯Yo tomando confianza, la rodeo con un brazo por la cadera y su cintura, casi llegando al inicio de sus nalgas muy torneadas, le digo, ⎯no te preocupes, yo soy de tiro largo, le doy toda la noche hasta el amanecer. ⎯Él toma un poco de distancia para observar a su esposa abrazada a mí y nos pide hacernos una foto a lo que ella como si de su esposo se tratase, posamos para el deleite de su marido al ver a su esposa en otros brazos. Reímos y Jorge dice ⎯parecen pololos se ven muy bien.

Tomamos el taxi e intenté subir adelante, pero él me lo impide diciendo ⎯anda atrás con Isabel, yo iré adelante. ⎯Mi casa no era lejos, pero ese viaje fue eterno, su mujer dijo ⎯ups, se me subió el vestido ⎯y miro hacia abajo y veo su juego de lencería otra vez a lo que no aguanté y tomé su mano y la lleve a mi pierna muy cerca de donde guardaba una erección. Ella cambió su cara, su risa cambió por una cara de asombro, mordiendo sus labios y juntando sus piernas lanzando un suspiro.

Llegamos a casa y servimos unas copas, puse una lámpara y abrí el laptop para poner un reggaetón, él fue al baño y ella sacó sus zapatos y me dice ⎯que nunca había perreado y empieza a moverse de manera torpe. Entre risas me paro y me apoyo por detrás de ella. Al sentir mi pico que rozaba las nalgas de un lado al otro, en ese momento ella deja su movimiento lateral para dejar su raja en medio y su movimiento era atrás, adelante, arriba y abajo… ufff… Yo la tomé de las caderas y veo de reojo a Jorge tomar asiento en el sillón más lejano haciendo un gesto de aprobación. Ella voltea y quedamos de frente, yo no soltaba sus caderas, ya casi agarrando sus nalgas nos miramos y ella me vuelve a decir ⎯Jorge no es celoso, ¿cierto? ⎯a lo que él responde ⎯hagan cuenta que yo no estoy. Era el último paso y nos besamos tan rico, ella era apasionada, su mirada al besar con su carita salvaje y su cara de placer al recibir mi atraque. Después del beso ⎯al oído me dice, ⎯llévame a tu cama, él solo va a mirar desde afuera.

Llegamos a la cama desesperados. Su mano no soltó mi pico, nunca me desvestí quedando mi pico al aire, ella lo miraba con cara de vicio. No me dejó lamer su concha ni tampoco me chupo el pico. Me tiró sobre la cama y me montó diciendo unas frases muy calientes, ⎯mi marido siempre ha tenido la fantasía de ser cornudo y se la vamos a cumplir. ⎯Se acomodó la punta del pico en la entrada de su concha y despacito se fue dejando caer con un beso profundo y sus gemidos abogados. Sus palabras sucias empezaron a fluir, decía ⎯¡qué rico pico tienes!, por eso tienes esa fama… culéame como quieras… Pésame fuerte perro ⎯culito rico se desmontó y se puso en 4 al borde de la cama con su colita parada y su concha expuesta para mirar hacia atrás y decirme ⎯culeame rico weon que le quiero mostrar a mi esposo como me culea un hombre de verdad con un pico grande, trátame como tratas a las otras putas que vienen acá.

Yo no tuve piedad con ella, le daba lento a medio pico hasta que dijera ⎯ culéame rico weon ⎯y le daba una estocada a fondo para que gritara gimiendo hablando sucio y sus fluidos vaginales ya me mojaban los cocos. Empezó a decirme ⎯déjame moqueada entera weon, quiero que esté cornudo, me chupe la concha llena de semen tuyo. Yo no le quise negar nada y como animal la pesque firme que casi la hacía saltar de la cama, lo sacaba todo y se lo dejaba caer con todo el peso. Bramaba como animal y le llenaba la concha en un orgasmo largo e intenso de los dos. Ella volteó quedando en la cama abierta, yo salí al baño y al pasar hacia el living vi a Jorge entre sus piernas chupando su concha llena de semen mío.

Me serví un trago, me senté en un sillón y encendí un cigarrillo. En un momento apareció ella diciendo ⎯el taxi está por llegar, ⎯me besó rico y salió por la puerta.

Salió Jorge del baño, se despide y me dice ⎯¿quieres que la traiga mañana en la tarde? Ella quiere venir. Yo sólo le cerré un ojo. Y salió por la puerta

Ese fue el inicio de sus cuernos.

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