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Sin mediar palabra alguna

3:26 pm Wednesday, 2nd November, 2022

Habíamos hablado muy poco por una página de contactos y casi no habíamos intercambiado detalles, alguna foto ligera en la que nos podíamos reconocer ligeramente.


Ella había hecho especial hincapié en que quería hacerlo con un desconocido. Me había citado en la cafetería de un conocido centro comercial céntrico en Madrid.


Llegué primero a la cita, con los nervios a flor de piel y la excitación bajo el pantalón. Tan sólo de pensarlo mi pene se apretaba en los calzoncillos dejando entrever un bulto más que evidente para quien prestase atención.


Me senté en una mesa y la camarera me preguntó si quería tomar algo, a lo que contesté que estaba esperando a una persona. Y así era, no tuve que esperar más de 5 minutos, y puntual a la cita apareció una mujer, mediados los 40, con un vestido ligero a pesar de que ya empezaba a refrescar, del color que había visto en una de las imágenes que compartió. Se movía de una forma casi felina. Dió un vistazo a las mesas y pronto me localizó y noté en su mirada el calor de la excitación.


Me hizo un ademán con la mirada para que le siguiera, salió despacio de la cafetería, dándome tiempo a levantarme y acompañarla a unos metros y al mismo tiempo mantener la distancia para ver su figura y su cuerpo bambolearse de una forma que en aquel momento me pareció muy atractiva. Mostraba unas piernas bien torneadas y muy en forma para su edad, marcando sus gemelos con los zapatos de tacón negros que llevaba y que resonaban contra el suelo.


La seguí hasta los baños de la planta del edificio donde estábamos. Allí se detuvo y dudó antes de entrar en el baño para minusválidos, haciéndome el gesto rápido para que entrase.


Me metí rápidamente y ella se encargó de cerrar rápidamente la puerta y poner el pestillo. Nos miramos a los ojos durante un segundo que me parecieron minutos, hasta que se lanzó a comerme la boca. Comenzamos a besarnos con intensidad, saboreando nuestras bocas como si no hubiera un mañana. Nuestras lenguas jugaban entre ellas compartiendo salivas y probando el calor de nuestros cuerpos.


La empujé contra la pared suavemente, alejándonos de la puerta, mientras nos continuabamos besando. Atrapé sus manos con las mías y las puse en cruz contra la pared, mientras ella se dejaba hacer. Mientras nos seguíamos besando con intensidad. Paré para poner las manos detrás de su cabeza y poder mirarla a la cara. Tenía una mirada de deseo intenso y el color rojo de sus labios se encontraba ya esparcido por toda su boca.


Volvimos a besarnos y junté sus dos manos tras su cabeza con sólo una de mis manos, liberando mi mano derecha, mientras apretaba mi muslo entre sus piernas y notaba el calor intenso que emanaba de su sexo. Aproveché mi mano libre para recorrer su cuerpo, comenzando por su cuello y bajando por sus pechos, que liberé bruscamente del vestido, sacándolos de su sujetador para poder apretar sus pezones, ya erectos y duros, recorrí sus pezones completos, haciéndo círculos y apretando más mi pierna contra su cuerpo, casi levantándola con la presión. Mi pantalón estaba muy caliente al contacto con sus bragas, ya mojadas y casi empapadas.


Le dí la vuelta contra la pared, pudiendo ella sentir el frío de los azulejos sobre sus pechos ardientes. Comencé a recorrer su cuerpo con mis manos, desde su cuello hasta su cintura y fui bajando mientras levantaba desde atrás su vestido.


Toqué con mis manos las bragas ya empapadas y las bajé hasta los tobillos, dejándome ver y sentir su sexo mojado y totalmente depilado. Mi polla se puso aún más dura de lo que estaba, sintiendo su excitación y los gemidos que salían de su boca, mientras ella a duras penas se mordía los labios para evitar que se convirtieran en gritos.


Chupé mis dedos y recorrí los labios de su chochito depilado y me llevé a la boca ese maravilloso manjar mientras ella soltaba un gritito de placer.


Introduje suavemente uno de mis dedos en su chochito apretado para notar que estaba totalmente empapado.


No pude aguantar más. La llevé hacia el lavabo, uno de esos adaptados para minusválidos con el espejo inclinado hacia abajo. Ella no opuso nada de resistencia, abriendo sus piernas e inclinándose hacia adelante. Me puse en cunclillas mientras me bajaba el pantalón para levantar su vestido casi sobre su cabeza y procedí a lamer su sexo desde abajo, casi desde su clítoris hasta llegar a su culito depilado que lamí con intensidad mientras ella se mordía una mano para amortiguar sus gritos. Liberé mi polla, tremendamente dura y me puse un condón a la velocidad del rayo para acercarlo a su sexo empapado. Recorrí rápidamente los labios de su coñito y la introduje sin problemas dentro, notando todo el calor que emanaba. Su sexo estaba realmente apretado, casi como el de una chica joven, lo cual me excitó más aún.


Comencé a bombear con toda la fuerza que me daban mis piernas y el deseo salvaje liberado. Mis huevos golpeaban con fuerza en su sexo, proporcionándole el placer de mis embestidas mientras agarraba con fuerza su cuello y tiraba de su pelo hacia atrás, viéndo su cara reflejada en el espejo. Ella mordía sus labios mientras cerraba sus ojos a cada uno de mis movimientos. El calor y el olor a sexo llenaba el pequeño espacio del baño.


Notaba como su sexo apretaba cada vez más intensamente mi polla y notaba como llegaban sus orgasmos rápidamente mientras ella frotaba su clítoris con una de sus manos.


Estaba a punto de explotar yo en mi orgasmo cuando ella lo notó, me forzó a salirme de su sexo y se dió la vuelta, buscando mi polla con su boca me arrancó el condón y comenzó a hacerme la mejor mamada que me han dado en mi vida, o al menos eso me pareció los dos segundos que aguanté, desbordando todo mi semen por su boca, que iba escupiendo y le caía por las comisuras de los labios.


Una vez terminé de correrme como un loco se levantó y nos dimos un morreo espectacular, saboreando mi propio semen de su boca.


Parecía que ya habíamos terminado, pero yo no podía dejar la oportunidad de disfrutar de un coñito tan rico y apretadito. Sin mediar palabra la llevé sobre el lavabo y levantando una de sus piernas comencé a recorrer suavemente los pliegues de su sexo aún mojado y muy rojo con mi lengua experimentada. No tardé en sentir como apretaba mi cabeza contra su cuerpo, al tiempo que movía su cadera y gemía con una voz ronca, sin parar de contraerse y mordiéndose los labios estalló en un orgasmo espectacular, notando ahora como se le doblaban las piernas la sujeté y me levanté para ser ahora yo el que la besaba intensamente y compartíamos el sabor a mar de su sexo.


Nos miramos durante 10 segundos y volvimos a la realidad. Ella hizo ademán de recoger su tanga negro, pero yo fui más rápido. Me sonrió con una sonrisa pícara y mientras se recomponía y limpiaba la cara me mandó un beso volado mientras abandonaba el baño y mi vida.



Comments
6:57 am Thursday, 3rd November, 2022

¡Me encanta!

4:54 pm Monday, 21st November, 2022

increible y muy pero que muy excitante y además, lo tengo en mi lista de "tareas pendientes", pero creo que dentro de poco (ojalá), lo tacharé de esa lista.

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Hetero dominante con ganas de disfrutar y enseñar sin preocupaciones ni malos rollos


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