Pasión descontrolada

Por fin había llegado el día de compartir nuestros cuerpos, ella me invitó a su casa, ya que iba a estar sola el fin de semana. Y a la hora acordada allí estaba yo, dónde ella me dijo que la esperase. Cuando ella llegó nos saludamos y enseguida me cogió de la mano y me condujo hasta su casa. Nada más llegar, enseguida me abalancé sobre ella y la abracé por detrás mientras cerraba la puerta, enseguida empecé a besarle el cuello, le susurré al oído: ⎼ vamos a arder…

Nos acariciamos, nos besamos y casi sin darnos cuenta estábamos follando y todavía no asimilada la diosa que tenía encima, tenía un cuerpo perfecto y lo hacía todo ella, yo aguantaba, pero estaba a punto de reventar. Mientras bombeaba en cuclillas, me arañó el pecho, me miró a los ojos, sacó mi polla de su jugoso coño y apuntó a su culo, solo el sentir la puntita en su puerta trasera casi hace que todo terminará ahí, aguante y mire su cara de dolor cada vez que entraba un poquito, completamente roja, la boca abierta y los ojos en blanco. Dejaba caer su cabeza hacia atrás y los lados, y cuando la incorporaba y veía su cara de placer mientras su culo se la comía entérica hizo que yo embistiera con fuerza. Volvió a mirarme a los ojos y al tercer grito explotó en una eyaculación incontrolada en mi pecho y en mi cara que hizo que yo hiciera lo mismo, guau, fue el mejor polvo de mi vida…

Recuperamos el aliento y poco después sacó un arnés y hablo de cambio de roles, decía que yo había embestido con fuerza y aunque la había encantado también la había dolido y que yo debería experimentarlo.
Un cambio de roles cuando eres heterosexual no se acepta a la primera, de hecho estuvo un rato largo diciéndome que me iba a gustar, que lo había hecho más veces, que sabía lo que hacía y que la ponía super cachonda, yo tenía los sentimientos encontrados. Por un lado, no quería ni oír hablar de ello, pero, por otro lado, me estaba excitando muchísimo. Entre la insistencia y mi excitación, porque reconozco que me puse muy cachondo, cedí, pero que lo hiciera con cariño…

Ella dio un suspiro al cielo y en seguida cogió las riendas, me cogió la cara y me empujó a la cama. Yo intentaba disimular lo cachondo que estaba, pero tenía la polla tiesa como un garrote, ⎼ qué cachondo estás cabrón ⎼ me dijo mientras lubricaba el rabo color carne que me parecía enorme. Cuando abrió mis piernas violentamente con las tetazas al aire y su cara entre la posesión y la excitación, sólo tuvo que tocar con la punta mi culo para que me corriera como un aspersor. Ella gimió mordiéndose el labio y mirándome a los ojos, separó mis piernas y metió la puntita, se movía muy despacio mientras arañaba mis muslos, pensé que ya no había marcha atrás y me relaje. Siguió poco a poco penetrándome muy despacito mientras gemía… Bueno, gemíamos, sobre todo yo cuando mi culo se la trago entera y note sus muslos chocando en mis glúteos. Grite, pero me mandó callar chistando, junto a mis rodillas las llevó a mi cara y empezó a bombear mi culo despacito, pero largo, me excité muchísimo al sentirme violado y usado, me corrí otra vez y gemí de placer, gemía mucho. Ella estaba encantada de hacerme gemir así. Estuvo un rato follando mi culo bombeado cada vez más deprisa y sujetando mis piernas por los tobillos, le miraba como la botaban las tetas con cada embestida, me sentía sucio, utilizado, creerlo, me ponía cachondísimo.

Mientras aceleraba las embestidas volvía agarrando mi cara y me dijo que me diera la vuelta, antes de hacerlo me agarró de las rodillas y empezó a embestir más fuerte, fueron 5 embestidas que me hicieron gritar y gemir. Me di la vuelta sin rechistar, pues estaba a su merced y con el culo en pompa. Empezó a metérmela despacito, entraba perfectamente y volvía a sentir su cuerpo golpeando mis glúteos, yo ya gemía sin pudor, lo había hecho y estaba disfrutando, ella gemía y embestía a buen ritmo mientras arañaba mi espalda y culo. Me agarró los brazos y los inmovilizó detrás de la espalda y empujó mi cabeza contra la cama, ya no había cariño y las embestidas eran fuertes, muy fuertes, me volví a sentir muy sucio, me ponía muy cachondo cuando creía que estaban usando mi culo. Una vez más me corrí como la primera vez y gimiendo como un cabrón con la cabeza pegada a la cama y recibiendo embestidas sin parar, bien sometido.

Poco a poco empezó a frenar, sin sacarla, me puso las tetas en la espalda, se acercó a mi oreja y me dijo ⎼ ves como te gusta, a todos os gusta, ⎼ me dio una fuerte embestida, un azote y la sacó de mi culo. Mientras ella se refrescaba, yo me quedé ahí, tirado con la cara pegada a la cama, agotado y cubierto de mis corridas, como si fuera un sub. No me sentía muy bien y tenía algo de vergüenza, pero sí que me lo pasé muy bien, pero que muy bien. Empezaba el fin de semana de una manera sorprendente y extraordinaria.

Cambiamos las sábanas sucias, nos duchamos y descansamos un rato, compartiendo las sensaciones hasta que nos quedamos dormidos.

La mañana siguiente desperté algo desorientado, en la cama no estaba ella, pero si me vinieron recuerdos de la tarde/noche anterior, me puse un poco cachondo. En el baño estaban tiradas sus braguitas del día anterior, si, eso hice, el olor me puso a 100, olían a ella, olían a sexo, se me puso durísima y sin poder apartarlas de mi nariz, me masturbe en la ducha con una intensa eyaculación, uff, el día empezaba bien.

Me puse el calzoncillo, fui a la cocina y allí estaba ella, era una mujer espectacular en todos los sentidos, estaba de espaldas, tenía la media melena mojada y peinada hacia atrás, descalza y con mi camisa puesta nada más. La camisa dejaba ver la mitad de su culito, se veía la parte blanca de la piel donde las braguitas no dejaban pasar el sol. Me acerqué despacio, la abrace mientras la besaba el cuello y restregaba la polla en su culo, ella respondió gimiendo y moviéndolo en círculos, me empalme. Se dio la vuelta y me besó en los labios. Tenía la camisa por la mitad y se podían ver sus tetas, dos preciosos pechos, grandes y apetitosos. Separe la camisa, le saque las tetas y empecé a besarlas, chuparlas y a meterme los pezones en la boca, gimiendo, me separó, volvió a besarme y me dijo ⎼ desayunamos. ⎼Uff… Otro calentón, me dolía la polla de la tensión del empalme, la tía me tenía en el bote, ella lo sabía desde qué me sometió el día anterior.

Sentados uno frente al otro en la mesa le dije que yo quería desayunar sus tetas, le dio una carcajada, me miró con cara excitada y empezó a masajearme la polla con el pie, mi cara de placer mordiéndome un labio la hizo sonreír, ⎼ me has puesto cachonda de verte tan cachondo cabrón, ⎼ me dijo… cuando hablo de que me iba a dar el desayuno pensé que me iba a comer sus tetas, pero me tumbó en el suelo con la cabeza entre sus tobillos, empezó a mover las caderas de lado a lado mientras se desabrochaba la camisa, se agachó y muy despacito iba acercando su chocho a mi boca, yo lo miraba, pequeño peladito, parecía un monederito. Cuando definitivamente me puso el chocho en la boca dio un grito de placer y como si estuviera poseída me sujetaba la cabeza y frotaba el coño contra mi boca, me gustaba, carnosito, blandito y a cada roce más mojado.

Yo seguía muy empalmado, sus gemidos me ponían cachondo. En un momento dado se paró y se dio la vuelta, volvía a tener su chocho en la boca, pero cuando se estiró quedó claro que no era sólo el coño lo que quería que la comiera. Mi lengua rozó su entrada trasera y gritó de placer, me gustó oírla y empecé a comérselo bien. Los gemidos y gritos de placer mantenían mi polla tiesa mientras se follaba mi boca con su culo. Estaba toda mojada y apreté la lengua para meterla dentro del culito, al instante dio un alarido un gemido, note en la cara como apretaba los glúteos y se corrió a lo bestia en mi boca, siguió frotándose con mi cara después de correrse hasta que estuvo satisfecha. Sin quitarme el coño de la boca me saco la polla y empezó a pajearme, que gusto me estaba dando, tanto que avise que me corría, pero paró y dijo que tenía que terminar en su boca, se puso delante de mí, empezó a chupármela, estaba cachondísimo, no iba a aguantar mucho y así fue, me corrí dentro de su boca, me encantó como me miraba mientras me ordeñaba hasta la última gota, que gusto.

Cuando se fue al baño con los carrillos llenos, pensé, me he corrido dos veces en el desayuno y nos queda todo el día, no voy a poder seguir el ritmo. Ahora sé que sí pude. Estábamos cómodos, medio desnudos y decidimos no salir, teníamos de todo y estábamos muy relajados. No era para menos, pues llevábamos un ritmo de sexo bastante alto. Fumando un cigarro sentado en la terraza se venían a mi mente escenas follándonos, la verdad que nos habíamos follado bien, sobre todo ella a mí, cuando eyacule 3 veces mientras me sometía. Era un sexo muy sucio, era muy erótico. Llevaba puesto solo el calzoncillo y se notaba que me estaba empalmando.

Cuando vi a aquella mujer mirándome desde una terraza de enfrente me dio un pequeño cosquilleo y se terminó de poner dura, tendría unos 50, llevaba camisa de tirantes y pantalón corto. De reojo veía como espiaba entre las barandillas y empecé a masajearla por encima del calzoncillo, la punta de la polla me sobresalía por encima y me excitaba que me estuvieran espiando, no pude apreciar si ella se estaba tocando, pero quise pensar que sí. Decidí mirar sin reparos, era ella quien espiaba y si no se cortaba podría ser excitante, imaginaba como me enseñaría las tetas y se tocaría el chocho mirándome. Mire fijamente, la busqué entre las barandillas, pero ya no estaba, qué pena, que dura tenía la polla. Esperé un rato, pero no volvió… con el calentón fui a la habitación y allí estaba mi chica, estaba tumbada boca abajo abrazada a la almohada, su pelo recogido detrás de la oreja dejaban ver sus ojos cerrados. Estaba desnuda, solo con unas bragas metidas en la raja del culo. Me excité muchísimo cuando creí en oler sus bragas, estábamos en plan guarro y no había límites con nada.

Me recosté dejando su culo a la altura de mi boca, empecé a acariciarlo, besarlo y morderlo. Sus leves movimientos de placer, su ligero gemido y su sonrisa me indico que le gustaba. Seguí dándole mordisquillos mientras le acariciaba el chocho, me encantaba tocarle su coño blandito por encima de las bragas, gemía y se retorcía un poco y noté la humedad. De un tirón le bajé las bragas y dio un fuerte gemido, vi su chocho como brillaba y palpitaba, estaba muy mojada y yo empalmadísimo. Moje mis dedos en su chocho y le lubrique el culo, ella gemía y metía la cara en la almohada, estaba cachondísima, yo también. Acerque la boca a su culo y empecé a comérselo, eso la encantaba, cuanto más guarro fuera mejor, chupaba su raja de arriba abajo, pero lo que más le gustaba que la penetrara el culo con la lengua, eso la hacía gemir fuerte. Levanté su culo y lo puse en pompa, estaba tan excitada que mordía la almohada. Empecé a comerle el culo mientras penetraba su chocho con dos dedos, se deslizaban perfectamente y gemía sin parar. Mire su coño, estaba abierto y metí la lengua, gemía y empujaba contra mi cara, en ese momento le metí el dedo en el culo mientras chupaba su coño, no lo deslice dos veces cuando se corrió a chorros en mi boca, fue explosiva. Seguía en pompa con la cara en la almohada, estábamos muy sudados. Yo estaba empalmadísimo y no había terminado, me seque su corrida de la cara con sus bragas, que le colgaban de una pierna y lubrique la polla frotando el coño. Cuando vi como metía la cara en la almohada, se la metí hasta el fondo sin avisar, dio un fuerte grito y yo seguí empotrado sin piedad, le encantaba, como gemía… Frene el ritmo, estaba a punto de correrme, pero lo controlé. Mientras la follaba más despacio empecé a masajearle el culo y a meterle el dedo, notaba como apretaba mi polla con el coño, volví a bombear con fuerza y meterle el dedo en el culo con velocidad, note como le temblaban las piernas y perdía las fuerzas mientras volvía a correrse gimiendo a gritos. Yo quería correrme, pero no quería que terminará, me había corrido 5 o 6 veces en menos de 24 horas, podía aguantar y lo hice.

La puse boca arriba, a estas alturas dominaba yo y ella era mi juguete, se dejaba con gusto. Levanté sus piernas, tenía el chocho chorreando, tanto que las gotas caían y mojaban su culo, y ahí apunte. Sentir mi polla frotando el culo la volvió a activar y empezó a gemir. En ese momento apreté con fuerza y entró entera, grito de dolor y se me agarró al cuello. Le mandé callar chistando, le agarre las tetas, la tumbe y volví a levantar sus piernas. Sus gestos de dolor me excitaban mucho y empecé a follarlo con fuerza mientras le sujetaba los tobillos. Le estaba follando el culo fuerte y profundo, ella estaba tensa con las manos en la almohada y la cabeza hacia atrás, ya más que gemir, jadeaba. Muy excitado, separe sus piernas y empecé a embestir rápido y fuerte, ella jadeando casi sin aire empezó a frotarse el coño, seguí empotrándola con fuerza hasta que volvió a correrse a chorros con un gemido fuerte y los ojos en blanco, se notaba como perdía las fuerzas y la corrida golpeó mi pecho y salpicó mi cara. Ver su cara de placer cuando se corría hizo que me corriera yo también dentro de su culo, fue muy intensa y gemí como un cabrón. Cuando se la saque se quedó tirada con las piernas abiertas, sudada, llena de sus corridas, más otra mía que brotaba de su culo. Me puse entre sus piernas y lamí su cuerpo desde el ombligo hasta la barbilla, era algo guarro, pero estaba deliciosa, ella me agarró la cabeza y me besó.

Salí de la habitación y ella se quedó ahí tirada, agotada y completamente desnuda, excepto con las bragas que le colgaban de una pierna. Estaba muy satisfecho, pero el día no acabó ahí…

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