En son de introducción me describiré: Soy un chico de contextura normal, mido 1.80 cabello oscuro, tez blanca, ojos marrones claros, por lo general uso barba de 2 días, tengo 29 años. Soy una persona muy sociable y extrovertida. Me encanta hablar con la gente y hacer nuevos conocidos. Vivo en un mundo profesional muy exigente y no tengo por lo general tiempo para perder, así que cuando salgo de vacaciones trato de que sea a lo grande. Para aquel entonces era junio el 2018... Antes de toda esta mierda de pandemia. Estaba visitando Milán y me aloje en un hotel que era como una especie de viejo palacete un poco apartado de la ciudad. Por decir a unos 3km. Pero se podía disfrutar de los jardines de alrededor de esa propiedad y de la tranquilidad de desayunar o tomar el té en medio de los jardines del lugar. Se alojaban en el hotel unas chicas de Alemania que estaban aprendiendo italiano y estaban teeeerrriblemente linda(si asi es terrible con todas esas E y R y me faltaron un par de i también). En fin logré charlar un poco con ellas durante las comidas, utilizando mi insipiente italiano. Obviamente la cantidad de fantasías que asediaban mi cabeza eran de enloquecer (soy un tipo con mucha imaginación). Pasaron los días y nada, ya se me acortaba la estancia porque tenía que irme a otro país. Así que di por perdida esa posibilidad. Me voy a la ciudad a seguir haciendo turismo. Pero la idea de tener a esas dos mujeres desnudas frente a frente, me atormentaba cada segundo. Imaginaba como serían sus pechos con lujo de detalles, en mi inventiva apostaba si tenían vello púbico o estaban depiladas. El hecho era que, quería recorrer cada centímetro de esos cuerpos con la punta de mi lengua... lo que me tenía más caliente que el verano en Europa... tome un poco de café y compre algunas chucherias y me volví por la tarde al hotel. Pero esta vez decidí caminar hasta el lugar. Usando GPS que funciona a las mil maravillas en Europa no te perdes nunca. Aparte es muy seguro por lo general. Iba a medio camino por el costado de la ruta totalmente desolada(parecia The Walking Dead), con una terrible erección de mi miembro que me dificultaba la caminata, mientras mi mente divagaba en un sin fin de escenas eróticas con estas dos germanas italoparlantes, que de seguro ya estarían en el hotel disfrutando de alguna merienda... Y de repente se detiene un auto con dos mujeres, me hablaron en italiano y me preguntaron dónde iba. Les dije que al hotel Malpensa y me dijeron que subiera que ellas me acercaban. Al principio se me estrujó el pecho de desconfianza, acá en Argentina, sabemos bien que subir al auto de unos desconocidos, por más que sean mujeres lindas, es sinónimo de, robo, secuestro, tráfico de órganos y seguí contando.... Pero los italianos son tan amables, y ya había tenido muy buenas experiencias de cordialidad con los lugareños en este y otros viajes por Italia. así que decidí arriesgarme. Me subo al coche y me siento en la parte de atrás, en el asiento del medio, les agradezco y comenzamos a charlar en español, porque entienden muy bien nuestra lengua, y hablan para la mierda inglés. La que manejaba se llamaba Verónica, tenía el cabello castaño oscuro pecas en la cara y aparentaba unos 35, y la que iba de acompañante se llamaba Elisabetta, más joven de unos 25 como mucho, y tenía el cabello oscuro y unos ojos verdes tirando a turquesas. Súper alegres las dos charlaron un rato conmigo, Cuando le pregunte si eran amigas, me dijeron que eran primas. Mientras Verónica me comentaba que ellas vivian de Genova, comencé a sentir que la mano de Elisabetta, la cual estaba sentada adelante mío, me acariciaba la pantorrilla derecha. Yo la dejé un rato y percibí que la otra mujer se había dado cuenta de lo que estaba pasando y trataba de disimularlo charlando con normalidad. Entonces comencé a acariciarle yo su suave mano, para dejarle en claro que me agradaba. Ya se podía divisar el hotel porque en automovil todo fue una cuestión de minutos... entonces para mi sorpresa a pesar de que les dije que esa era la entrada de mi alojamiento, Verónica pasó de largo y siguió por la carretera mientras los cariños de Elisabetta se intensificaban. Le repetí que yo me quedaba en esa villa, a lo que me contestó que me quedara tranquilo que ya pegaba la vuelta. Ya siendo hora del crepúsculo, y por una ruta desolada, la conductora se orilló en la banquina y Elisabetta salto como un gato a la parte de atrás del automóvil. Me comenzó a besar y a desprender el pantalón, se sacó la blusa que tenía y me mostró dos hermosas tetas listas para ser chupadas. Se las pude tocar un par de segundos, cuando de un tirón me bajo por completo los pantalones con calzoncillos incluidos y se prendió de mi miembro. Mientras me daba unas intensas mamadas, la mire a Verónica que observaba la escena desde el asiento del conductor aferrada al volante. Me miró a los ojos, hizo una mueca con su boca y me dijo "dispiace sono sposato"(perdón pero estoy casada). La otra guerrera agarro un preservativo que le pasó su prima, me lo puso, se levantó la falda y comenzó cabalgar mientras le pasaba mi lengua por esos hermosos pezones que tenía. Yo ya venía de días caliente con las alemanas del hotel, así que estaba que explotaba con cada movimiento brusco que hacia arriba mío. Después de un buen rato arriba mio y con el pecho transpirado, apoya la espalda contra los respaldares de los asientos de adelante, se relaja un segundo. Luego me corre para un costado y se pone en cuatro a lo largo del asiento trasero, baja la ventanilla, para el culo, se agarra de la puerta; "andiamo" me dijo con tono suave. La agarre de la cintura y comencé a penetrarla con fuerza mientras su prima Verónica miraba todo y repetía "forte argentino, forte" jajajaja y bueno… hasta que no di más y termine con un placer que me relajó cada musculo de mi cuerpo. Ella lentamente de sentó al lado mío, y Verónica nos dijo que tuviéramos cuidado, que no ensuciáramos el auto. Así que, Elisabetta me sacó con cuidado el preservativo. Y me dio un buen chupón de pija que me la dejó limpia y listo para ser guardada. Luego me llevaron al hotel, como si no hubiera pasado nada, intercambiamos teléfono con Elisabetta, y esa noche dormí como un rey. Al otro día, me tenía que tomar el avión hasta Madrid, así antes de irme me despedí de las alemanas, y una de ellas Leyna, me pasó también su teléfono y me dijo que le había caído bien, que me invitaria en futuras ocasiones a conocer Suiza donde vivían sus padres......... Lo que pasó con Leyna y si volví a ver a Elisabetta, lo dejo para después.... FIN
