Mirando a las estrellas

Era un día soleado, salíamos de trabajar Antonio, César y yo, y estábamos dando un paseo por Ceuta, comentando como había ido el día y a qué sitio ibamos a ir a tomarnos una cerveza bien fría.
Al dar la vuelta a la esquina, estaba allí ella, hermosa y radiante.
¡Hola, chicos! ¿Qué hacéis por aquí?
Pues mira, Orten, hemos salido de trabajar e ibamos a tomarnos una cerveza.
Si queréis os invito a una cerveza en mi casa, que está aquí al lado.
Estupendo vamos contigo.
Después de unos minutos de caminar, nos acercamos al portal y ella se paró y dijo, aquí es.
Subimos los cuatro y cuando abrió la puerta, estaba allí sentada en el salón, su compañera de piso.
Pasad, nos dijo.
Mira Paloma, estos son mis nuevos amigos, Antonio, César y Juan.
Nos fuimos acercando uno a uno a darle dos besos, su perfume te hacía tardar un poco más de lo debido en los besos de presentación.
Paloma se dió cuenta, y sonrió con coquetería.
Bien una vez he hecho las presentaciones, voy a por las cervezas que os he prometido. ¿Me ayudas, Paloma?
Claro Orten, ahora voy contigo a la cocina.
En la cocina, Orten y Paloma, mientras preparaban las cervezas, comentan entre risas:
Oye, no me habías dicho lo guapos que eran tus tres amigos.
No, prefería mejor que los vieras en cuanto tuviera la oportunidad. Y hoy, de casualidad, me los he encontrado. Así que aproveché para traértelos.
Gracias, eres una buena amiga. Pensemos que podemos hacer para pasar una buena tarde con ellos.
Al rato, salieron las dos amigas de la cocina, con las cervezas en la mano.
Tomad, aquí tenéis las cervezas.
Muchas gracias, dijimos.
Que piso más bonito tenéis, se arrancó Antonio a decir.
Si, está muy bien, dijo Orten. ¿Queréis que os lo enseñe?
Por supuesto, dijimos los tres.
Pues venid por aquí, esto es la cocina, que como véis es muy amplia, y está muy bien equipada.
El salón, que era donde estábais, que no es muy grande pero es muy acogedor y luminoso.
Acercaros ahora por aquí, y mirad, este es el baño, que como véis tiene una ducha muy amplia.
Esta habitación que está cerrada es el dormitorio de Paloma, que mejor que no os lo enseñe, porque está muy desordenado.
Ante esta afirmación, Paloma se rió un poco nerviosa y dijo:
Tiene razón Orten, el orden no es mi fuerte.
Y este que véis aquí es mi dormitorio, dijo Orten, y en éste si podéis entrar, dijo entre risas.
Entrad. ¿Qué os parece?. Acabo de poner unas estrellas en el techo mirad.
Están muy originales las estrellas, pero creo que se verían mejor si apagamos la luz y nos tumbamos en la cama, se atrevió a decir César.
Estoy de acuerdo, dije yo, pero creo que mejoraría la esperiencia si además, de apagar la luz y tumbarnos en la cama lo hiciéramos desnudos.
Al momento, unos segundos de silencio inundaron el dormitorio, y hubo un cruce de mirada entre los cinco.
Paloma, se adelantó, y dijo:
Vale, estoy de acuerdo, yo voy a ser la primera que se va a desnudar, y con un rápido movimiento dejó caer su vestido al suelo, y entre risas se tumbó en la cama.
Los tres nos quedamos sin palabras viendo su cuerpo bien moldeado y con unas tetas bien proporcionadas.
Orten, fue la segunda que se desnudó y también se tumbó en la cama al lado de su amiga.
Vamos chicos animarse, dijo Orten.
Orten, tenía un cuerpo más menudo, pero tenía unas tetas prominentes y bien bronceado.
Rápidamente los tres nos desnudamos y nos tumbamos al lado de ellas.
Ellas, al vernos, se miraron entre sí, y exclamaron:
Me parece que con las pollas que tenéis vamos a ver muy bien las estrellas.
En esa situación, se me acercó Orten, y me dió un largo beso, mientras apretaba su cuerpo con el mío.
Yo empecé a animarme y le agarré el culo mientras buscaba con mi otra mano su coño para meterle el dedo y hacerla gemir.
Mientras tanto, mis amigos se habían colocado al lado de Paloma, y la acariciaban por todo su cuerpo.
Uno de dedicó a chupar sus tetas y el otro a lamer su coño, ella gemía de placer y agarraba sus dos pollas.
Orten, se agachó y se metió en la boca mi polla, y le daba largas chupadas.
Yo, le agarraba la cabeza y le acariciaba los hombros, y dejaba que me la chupara con ganas.
Mis amigos ya se habían colocado en la cama, para que Paloma les chupara también, sus pollas.
Orten me tumbó en la cama, y se metió mi polla en su coño, mientras se movía y gemía de placer.
Paloma, se colocó a cuatro y dejaba que César se la metiera mientras ella le chupaba la polla a Antonio.
Orten también se puso a cuatro, y me pidió que se la metiera bien dentro.
Cuando llevabamos así un rato, Paloma, le dijo a César que apagara la luz, que ahora ibamos a ver las estrellas.
César se levantó, apagó la luz y se acercó a Paloma, mientras era follada por Antonio.
Paloma le dijo, que le abriera con los dedos el culo y que se la metiera lentamente.
Orten, los miró y me dijo, yo también quiero que me la metas por el culo.
Estando así, dijo Paloma, ahora mirad todos al techo, ya veréis como se ven ahora las estrellas, seguid empujando.
Creo, que deberíamos cambiar dijo, Orten, agarrando a César y Antonio.
Yo, me acerqué a Paloma y esta me dijo que se la metiera por el coño varias veces y que después se la metiera por el culo también.
Cuando llevábamos un tiempo dándonos placer unos a otros y cuando nuestras bocas y nuestros cuerpos se fundían en un éxtasis de placer, fueron llegando los orgasmos.
Orten y Paloma, se besaban mientras eran penetradas, y gemían intensamente, hasta que llegaron al orgasmo en uno explosión de alegría.
Se colocaron las dos agarrando nuestras tres pollas y las chuparon hasta que consiguieron que corriéramos encima de sus cuerpos.
Chicos, dijeron ellas, creo que hemos logrado los cinco ver muy bien las estrellas. ¿No os parece?

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