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La Tina de las Pirañas - Parte 2

4:27 am Friday, 8th April, 2022



- Ahora es tu turno - le dijo él esta vez a ella.


Ingresó nuevamente en la bañera y, pasando las piernas de su compañera por encima de las de él, se encontró en el escenario predilecto para darle acción a su lengua. También se tomó el tiempo preciso de contemplar el hermoso cuerpo de ella. Acercó su cara a la entrepiernas y con los ojos cerrados olió profundamente, como queriendo extraer el delicioso aroma de la húmeda vagina que tenía en frente. Ella lo miraba fijo y mordía sus labios preparándose para el placer que sentiría. Comenzó besando tiernamente sus muslos, pasando su lengua y dándole pequeñas mordidas, pero sin entrar en contacto aún con la vulva. Subió hasta su monte de Venus y rozó su cara contra la depilada piel. La respiración de ella se fue haciendo cada vez más profunda, a la vez que con su cadera realizaba lentos movimientos circulares, en señal de que disfrutaba de las caricias de su compañero. Él se detuvo nuevamente ante su vagina, la que ya dejaba escapar una abundante lubricación, cómo pidiendo ser devorada por completo. Él realizó un movimiento rápido, cómo que iba a llevársela a la boca pero se detuvo apenas a unos milímetros, eso hizo que ella saltará de la conmoción. Él sonrió con cierto aire de travesura.


Ya no me provoques más y cómetela toda - dijo ella con una voz extasiada y suplicante.


Asintiendo, le dió una larga y lenta lamida, que recorrió desde el perineo hasta el saco de su clítoris. Ella se derritió en un fuerte gemido y arqueo su espalda, para después levantar más su pelvis y acercarla a la boca de su compañero. Él pasó sus manos por debajo de sus nalgas y afirmándola de su trasero comenzó con la misión encargada. Los primeros minutos estuvieron exclusivamente dedicados a sus labios exteriores. Él paseaba la punta de su lengua por los surcos que estos creaban, sin dejar de registrar ningún rincón. Poco a poco iba acercándose peligrosamente al centro y ya podía sentir el exquisito sabor de los jugos que lubricaban su vulva. Se saboreaba los labios y continuaba chupando a un ritmo que iba in crescendo muy rápido. Cegado por la gula de engullir su vagina, dejó de lado todo orden y protocolo y enterró su boca en aquella mojada concha. La comía como un desesperado, empapando toda su cara. El clítoris de ella, ya muy hinchado, pedía mayor atención, por lo que dirigió sus sabrosos menesteres hacia él. Se lo llevó todo a la boca y con su lengua le propinaba diversas caricias que provocaban fuertes espasmos de placer en su compañera. Con movimientos circulares, zigzagueantes, verticales y una serie de finas habilidades creaba una danza placentera entre su lengua y el clítoris. Los gemidos de ella se fueron convirtiendo en fuertes jadeos producto de las deliciosas sensaciones que le hacían sentir la boca de su compañero, a la vez que jugaba con sus tetas y pellizcaba sus pezones. En un momento él succionó firmemente su clítoris, presionándolo con sus labios y rozándolo con la punta de su lengua en el interior de su boca. Mantuvo está acción por varios segundos, lo que provocó que a ella se le cortara la respiración y fuera sintiendo que su ser completo se elevaba paulatinamente hasta las puertas del orgasmo. Pero todavía era muy pronto. Cambió de movimiento para evitar que ella acabará, pero no bajó la intensidad. La sostuvo así por largo rato en ese delicioso limbo de estar a punto de correrse en su boca, mientras él seguía devorándola y bañándose con el elixir que brotaba de entre las piernas de ella. Integró a la tarea a uno de sus dedos para darle más placer. Al mismo tiempo que lamía y chupaba con frenesí su clítoris, comenzó a introducir, lento pero decidido, el dedo mayor por entre las húmedas y estrechas paredes de la vagina. Ella respondió positivamente al estímulo y él enloquecía al sentir la suave textura de su interior. Fue incrementando la cadencia de ambos ataques y ella lo tiraba del pelo como muestra de lo delicioso que le hacía sentir su juego. Presionaba la cabeza de su compañero contra su entrepierna y movía las caderas para rozar toda su vulva en la cara de él. Un solo dedo ya no era suficiente y un segundo entró al campo de batalla para apoyar. Con el clásico movimiento del gatilleo él buscaba dar con su punto G y ella se desarmaba en ligeros gritos y suspiros. Con la mirada un poco desorbitada, ella se incorporó y besó profundamente a su compañero. Aún con la respiración agitada intentaban no separar ni sus bocas ni sus lenguas, ahogando los gemidos que querían escapar y que se dejaban escuchar como pequeñas quejas en su interior. Dejaron de besarse y se quedaron mirando a los ojos.


Por favor metemela - dijo ella, casi rogando esta vez - Introduce tu exquisita verga en mi vagina y fóllame muy rico.


Aquella súplica despertó en él la más profunda perversión y sin decir nada ni apartando la mirada de sus ojos la tomó nuevamente por sus piernas, adoptando una posición similar a la anterior. Ella, abierta a lo que permitía el ancho de la bañera, posicionó su vagina muy cerca del erecto miembro de su compañero, tan cerca que él podía sentir el calor que irradiaba. Le dió unos golpes con su glande en el clítoris, cómo quien toca a la puerta para entrar, ella asintió con la cabeza y él la tomó del culo para penetrarla. Pero antes de hacerlo se detuvo.


Quiero que mientras te penetro me cuentes algunas de tus fantasias - dijo él con voz provocadora.
¿Alguna de mis fantasías? - preguntó ella con una sonrisa en los labios y actitud picaresca.
Así es - confirmó - Quiero que en el delicioso instante cuando mi pene entre en contacto con tu vagina imagines que estás en otro lado, en otra situación, que te olvides de la bañera y me relates cómo sería un encuentro igual de apasionado y caliente como este.


De inmediato ella comenzó con un relato en el oído de él. Mientras oía los lujuriosos detalles, su verga se endureció aún más y la fue introduciendo lentamente en la vagina de su compañera. Cuando entró por completo, ella interrumpió su relato para soltar un profundo gemido. Mientras follaban intensamente en la tina, ella no dejaba de relatar los distintos cuadros que imaginaba. Era tan caliente la situación que él permitió que reemplazará el relato por los gemidos de placer que ya eran inevitables en ambos. La tomó por el cuello y apretándola la penetró con más fuerza. El agua salpicaba por todos lados cuando ella se sentaba con ímpetu encima de su hinchada verga que ya estaba a punto de explotar. Con gritos ahogados se derritieron en un intenso orgasmo. Sus abundantes fluidos se mezclaban con el semen que él había eyaculado. Quedaron jadeando por largo rato, extasiados, sudados y con la deliciosa sensación de haber alcanzado juntos el clímax impresa en sus rostros. Se miraron, sonrieron juntos y volvieron a fundirse en un apasionado abrazo. En silencio recuperaron el aliento y se besaron tiernamente, diciéndose al oído lo mucho que se amaban. Salieron del agua y dejaron la sala de baño, pensando y maquinando cada uno en sus cabezas los detalles perversos de la próxima ocasión.





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8:49 pm Monday, 18th July, 2022

Fascinante

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