El tedio y una cierta inquietud visceral de ese dia, me llevo a una red social para ligue; cansado de las histerias de los chats e indecisos exhibicionismos, estimuló mi curiosidad de probar otra cosa. Recientemente note que mis gustos estaban cambiando y puse en las preferencias del sitio a mujeres de edad madura. Entre ellas encontré a Teresa, una mujer entrada en años pero que conservaba su belleza y posteriormente descubrí que también los bríos de juventud, una figura armoniosa para su edad, pechos generosos, tersura en la piel, ojos azul ceniza y hermosa sonrisa en labios bien dibujados que habían sido más llenos. Cuando contestó mi saludo, enseguida aceptó pasarnos los teléfonos, ella era de otro país, pero a ninguno de los dos nos importó, tal vez era mejor. Nos citamos en videollamada y me recibió con una enorme sonrisa. Le pregunté de qué quería hablar o que quería hacer y me contestó muy segura que le gustaba ver a los hombres desnudos. Yo que sentia en aumento mi inquietud visceral me desnude y antes de sacarme la ultima prenda tenía la verga super dura, su despreocupada libertad de mujer madura, algo en lo que no estaba acostumbrado me tenia muy excitado. Ella también, se descubrió los pechos redondos, llenos, con dos botones rosados, no muy grandes pero con pezones duros que empezó a acariciar y a tomarlos entre sus manos, los abrazaba desde abajo aumentando así su turgencia y excitación. Me dijo, - ¿Que mas quieres corazon, quieres ver?. Le dije si y desabrocho el botón de su pantalón, que cayó hasta el suelo. Tenía unas bragas rosadas que también fue bajándose y las apartó a un costado. Vi su pubis cubierto de vello rubio no muy tupido, ella se acariciaba todo el cuerpo y hacia distintas poses como en una danza torpe, mientras me dirigia su hermosa sonrisa y me decía, sos hermoso, me encanta, la tienes bien dura. Su mirada estaba en mi verga que yo sobaba muy mojada, eso lo excitaba; empezó a tocarse el clítoris apretandolo entre dos dedos con la palma sobre el pubis y con movimientos leves mientras que con el otro brazo cubría su abdomen ya no tan terso. Gemía y me decía que estaba muy excitada, que le encantaba mi cuerpo y quería complacerme. Me decía que le gustaría hacerlo en una silla montada. Luego de jugar así un rato me dijo, - Ya estoy, ya estoy… su rostro expresaba su excitación y volvió a decirme, -Ya estoy, ya, ya, ya, ya...Se movía rítmicamente y su cuerpo se fue relajando hasta que quedó tranquila y fijo la cámara en su rostro y la hermosa sonrisa; me dijo, - Ahora quiero ver como te sale leche y se puso a mirarme como extasiada como yo no dejaba de estimularme de distintas formas para regalarle las mejores vistas de mi pene. Cuando acabé y vió todo el semen acumulado que tenía me dijo que se lo tomaría todo, que se veía rico. Cuando el pene se achicó, no tuve vergüenza de exibirlo así, nos miramos y le dije, voy a darme una ducha y ella dijo, - Lo se corazón, gracias, sos hermoso… y nos despedimos. Esa fue la primera vez.
