Ese hermoso sueño

Caigo dormido, dormido con tu presencia en mi cabeza, con mi cabeza en tu cuerpo desnudo. Me transporto a la recepción de un hotel, haciendo el check-in, tú y yo, impacientes, nerviosos y sonrisas de impaciencia se adivinan en nuestros labios. Cogemos la llave y nos dirigimos al ascensor, entramos y una persona nos acompaña, frustración y deseo, ese es el sentimiento que recorre nuestros cuerpos, frustración por no estar solos, deseo por entregarnos al otro. Las manos sudorosas, risas silenciosas por nerviosismo son nuestros compañeros de viaje.

Llegamos a la planta asignada y rápidamente descendimos del ascensor, nos dirigimos a la habitación, abro la puerta y te dejo pasar. Un pasillo con armarios de espejo nos da la bienvenida, te ves tan guapa con tu falda por encima de la rodilla y vaporosa, tu camiseta de tirantes mostrando un generoso escote y tus sandalias altas mostrando unos pies cuidados y con las uñas pintadas a juego con tu vestimenta, rápido veo que te has preparado para impresionarme. No aguanto más y te agarro de los antebrazos, me arrimo a ti, puedes notar la erección dentro de mis pantalones, te planto un beso de agradecimiento en la mejilla.

Como un resorte mueves la cabeza al lado opuesto, exponiendo tu cuello para que mis labios lo acaricien. Poco a poco mis manos bajan por tus brazos mientras una procesión de besos baja desde tu oreja hasta tu hombro, para entonces nuestros dedos están entrelazados y mis labios comienzan su camino por tu nuca. Tus fluidos comienzan a escapar de ti, tu ropa interior ya está mojada, notas un suave y agradable cosquilleo recorrer tu espalda. ¡Nuestros dedos se sueltan y las manos siguen su camino, las mías pasan a tu abdomen y suben hacia tus pechos, las tuyas me buscan, buscan ver el estado y el tamaño de mi erección!

Mis manos bajo tu camiseta acarician tu suave piel, pasan bajo tu sujetador y se encuentran con tus pezones duros como piedras, los acaricio y de vez en cuando los aprieto con mis dedos índice y pulgar, tú me correspondes apretándome el miembro con fuerza y deseo, suspiros se nos escapan de las gargantas. Para entonces mis labios están volviendo de tu oreja a tu nuca nuevamente. Desabrocho la cremallera de tu falda, esa falda que me permite adivinar tus nalgas a la perfección, te giro nuestros ojos se enfrentan y comenzamos a desnudarnos mutuamente.

Cuando llegó a tu ropa interior, veo que has cuidado hasta el último detalle, llevando un conjunto azul muy sexy que me hipnotiza, tú al tiempo me ves a mí, llevando unos bóxeres ajustados de color rojo en los que puedes ver perfectamente el estado en el que me encuentro. Nos miramos y sin separar nuestras miradas nos quitamos la ropa que nos sobra. Nos besamos apasionadamente, mis manos preceden a mis labios, de tu cuello bajo por tus hombros, de los hombros a tus pechos y de tus pechos al abdomen. Para entonces mis manos están en tu vulva, jugando con los labios, frotando uno contra el otro, tus fluidos se escapan de ti, invitando a que 2 de mis dedos entren dentro de ti, notas como entran poco a poco, toda su longitud, entran y salen poco a poco, para entonces notas mi lengua jugando con tu clítoris y tú flexionas las piernas para notar mejor lo que te hago, me sujetas la cabeza contra ti, con fuerza, quieres darme todo tú, quieres ahí, así y ahora, gimes.

Pero no te dejo terminar así, y sigo mi camino por tus piernas hasta llegar a tus pies, con los que juego y me recreo con la lengua, entrando entre los espacios abiertos que dejan tus zapatos. Te giro frente al espejo y puedes ver tu cuerpo desnudo, las piernas abiertas y entre ellas a mí, erecto y deshaciendo el camino con mis manos y labios. Subiendo de tus talones, pasando por los gemelos, las corvas de las piernas, los muslos hasta llegar a tus glúteos. Para entonces te encuentras con las manos apoyas en el espejo, el culo en pompa y ves mi erección más que considerable, el glande mostrándose, incitándote a que disfrutes de él, como quieras, como queramos…

Mis manos en tus nalgas, abriendo la rajita, y mi lengua recorriéndola, del año a la vagina para luego deshacer el camino uniendo ambos puntos de placer. Me detengo en tu año y juego con él, mi lengua lo recorre, lo rodea y presiona... Se relaja y se dilata poco a poco mientras tus fluidos ya caen por las piernas. ¡Vuelvo a tu vagina y juego con el clítoris, suave, haciendo círculos en torno a él rítmicamente, poco a poco vas reculando para prestarme un acceso más fácil a tu placer y a tus jugos, abres tus ojos y ves mi glande totalmente descubierto brillante por el pre seminal que ya comienza a escaparse, tu excitación aumenta ante la visión y la certeza de lo que viene, un cosquilleo te va invadiendo poco a poco hasta que no puedes controlarlo y estallas en un fuerte y sonoro órgano!

Sigo hasta que te siento satisfecha, te disfruto y te saboreo, me incorporo y te pregunto por donde lo quieres. Por el co... Te reprimes, te ruborizas al darte cuenta de que tu vena lujuriosa ha tomado ventaja a la de discreta y comedida mujer, —por la vagina —me contestas —O sea por lo quieres por el coño, —te contesto con tono pícaro, tu rubor desaparece al entender que me ha gustado mostraras tu vena lujuriosa. Cojo mi miembro y lo meto delicadamente en tu vagina, entra con mucha facilidad por lo húmeda y lubricada que estás. Te agarro de las caderas y comienzo a entrar y salir despacio de ti, te notas llena y vacía una tras otra vez, como llego a lo más profundo de ti y salgo hasta tus labios vaginales gordos e hinchados por la excitación.

¡Cada vez notas mi glande más gordo, como va rozando con las paredes de tu vagina y frota tu punto G. El ritmo aumenta, los gemidos se suceden a dúo ¡tú y yo estamos gimiendo! ¡Estamos muy cerca! ¡Puedes ver tu cara en el espejo, satisfecha, llena, lujuriosa, tus pechos moverse de un modo rítmico, mi miembro brillante por tus fluidos entrando y saliendo de ti, mis testículos golpeando tu clítoris…! —¡Joder! ¡Más!, más!

Me pides, subo las manos a tus hombros agarrándote y empujando más fuerte, los gemidos son más sonoros. ¡Un cosquilleo ya conocido, pero no por ello menos deseado nos invade, notas como chorros de mí salen contra ti y golpean dentro de tu vagina inundándote, entonces estallamos juntos, estallamos en un sonoro y placentero orgasmo! Sucesivas gotas salen de mí, compartiéndome contigo.

Te incorporas y en la misma posición nos besamos fuertemente, satisfechos y agradecidos por el placer recibido. ¿Me despierto exaltado, que ha pasado??? Me noto muy muy erecto, el pijama empapado por mi semen, cierro los ojos y caigo en la cama nuevamente satisfecho, satisfecho por haber tenido una gran experiencia sexual contigo aunque haya sido en sueños.

Me quito el pijama y sigo durmiendo totalmente desnudo y erecto, esperando, deseando nuestro siguiente encuentro... Vamos, más o menos como ahora.

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