Un tal Favio: un jefe riguroso, pero dulce.

Lo conocí en 2012, cuando empecé a trabajar con él en su oficina de microcentro. La entrevista de trabajo estuvo correcta, lo esperable para  hacer trabajo administrativo ocho horas. El lugar era un departamento de un ambiente, un baño y una cocinita minúscula dentro de un armario. Muy chico para trabajar tres personas, éramos un publicista, Favio y yo. Un día, me quedé después de hora a pedido de él. Era mi jefe y yo no quería perder el trabajo. Me llevó al baño y me mostró su pija. Dura, enorme, suave como la seda. Estaba rasurado por completo, y él a simple vista, era un tipo común, tranquilo, suave al hablar y con anteojos. Esa tarde me hizo su puta, de entrada me mostró su rigor, sin decirme nada me dio vuelta contra la pared y me masturbo. Se excito con mi vulva abierta, mi clitoris duro,tragándome sus dedos mientras gemía. Con una mano me masturbaba y con la otra me agarraba del pelo, diciéndome al oído quien era su dueño? Me mojaba cada vez más hasta que me penetro con fuerza, sus huevos chocando contra mi vagina. Estaba en cuatro contra la pared de la bañera. Saco la pija y me la metió en la boca, hasta la garganta...traga y no llores y haces lo que yo digo. Acabó con un lechazo caliente, en mi garganta. Dulce, pesada, cremosa la guasca. Era viernes, y hasta el lunes no lo iba a ver, no sabía que hacer, que decir, si iba a poder seguir trabajando. Así fue, seguí trabajando como si nada ,él me pasaba el trámite que tenía que hacer , yo terminaba a las 6 y me iba. Nunca más hablamos de esa tarde. Hasta que otra tarde, del mes de julio me vuelve a pedir que me quede. Esa vez me pidió que le practique asslicking. Me apasionó la idea, y su entrega fue inesperada: abrió su ano, rosado y rasurado, a mi lengua inexperta. A partir de ese día, nuestras tardes se convirtieron en sesiones de sexo sucio pero intenso. Sexo duro pero sin dolor, sexo y pasión. Besos de lengua profundos más escupidas dentro de la boca. Atada, con las tetas colgando, tengo 125 de corpiño,  y rogando pija me tuvo así por años. Plug anal desde que llegaba al laburo, salir a hacer diligencias con bolas chinas (nunca más las pude usar después de esos días) para llegar a la tarde y que él, si así lo quería, me las quitaba para penetrarme. Amo este tipo de sexo, amo y sumisa, sumisa y amo entregado. No sé si realmente es el código que utilizan en el mundo BDSM, pero este estilo de sexualidad es lo que me excita. Favio siguió su vida, como yo la mía después de nueve años de sexo del bueno. Nunca más pude tener sexo tradicional porque me aburre. Ojalá vuelva a encontrar otro compañero como él. El sexo sin un touch de sumisión es aburrido. 

• Add Comment
• View Blog