El primer orgasmo de su vida

Buen día, hoy vengo a platicarles como fue el primer orgasmo de mi novia y como esa vez la lleve al éxtasis.


Recuerdo todo muy bien, como prepare todo para hacerla sentir de lo más especial, quedamos en salir y ella pensando que iríamos enseguida a un motel a desatar nuestra pasión, le pregunte que si tenía hambre a lo que ella contesto que si tenía un poco; le comenté que, si quería primero ir al cine o a caminar o a hacer alguna otra actividad, decidimos ir a una zona de arcades, pasamos un muy buen momento y justo cuando terminamos nuestras fichas me dijo que ya se estaba muriendo de hambre. 


Terminamos de comer, y nos fuimos a nuestro nido de amor, puse algo de música para amenizar la velada, unas velas aromáticas, prendí el jacuzzi, algo de burbujas, la desnudé
la acerque a mí, la abrace fuertemente y la bese apasionadamente; nos metimos al jacuzzi
y me acomodé detrás de ella para abrazarla por la espalda y besarle el hombro, comencé a tocarle los senos y a jugar entre sus piernas, gemía de una manera tan deliciosa que estaba desesperado por comenzar a bombearla, pero mi plan solo comenzaba. 


Salimos del jacuzzi y la recosté sobre la cama, comencé besándole sus pies y fui subiendo
poco a poco hacia su cadera y de ahí otro poco hasta sus senos, con los que me divertí por un buen rato acariciándolos, mordiéndolos y apretándolos, enseñándole que para eso los quería, su éxtasis estaba por reventar, llevé sus manos hacia atrás de su cabeza colocándola en una posición de sumisa que a ella la enloqueció y me comenzó a suplicar que la penetrara, subí un poco más hacia su cuello y enloqueció totalmente, no contenía el 
gozo, gemía, suplicaba y se retorcía como loca. 


Comencé a rozar mi pene contra su clítoris, agarrándola fuertemente de la cadera, se abrió
de piernas, lista para la gran estocada; pero ella no se esperaba que bajara con mi boca poco a poco mientras dejaba marcados mis labios en su cuerpo hasta aquel delicioso manjar por el que estaba sediento, le abrí totalmente las piernas para dejar expuesto ese tan delicioso clítoris por que le me vuelvo loco, y comencé a besar con suavidad su vulva.


Se comenzó a mojar tanto que, que no necesite humedecer mis dedos así que mientras mi 
lengua jugaba con sus clítoris mi mano se introducia en lo más profundo de su ser, ella estaba a punto de terminar, así que comenzó mi juego, le dije que no terminara a menos que yo se lo ordenara. 


Comenzó a gritarme que estaba a punto de terminar, así que le dije que no lo hiciera o yo dejaría de tocarla, que, si eso quería que se viniera, así que ella tomaba fuerzas para no terminar, tenía una cara de sufrimiento que no dude en enterrarle mi miembro sin pensarlo
la bombeaba hasta el fondo con fuerza, lloraba y gemía, suplicando que la dejara terminar
pero yo quería segurla viendo así, como se retorcía mucho la sujete para inmovilizarla y solo senti que la fuerza que utilizaba para moverse se fue a su vagina ya que me apretaba de tal manera que mi pene disfrutaba mucho, tanto que estaba a punto de terminar yo también
su desesperación ya no daba para más y mis ganas de terminar tampoco así que le dije "ya te puedes venir", y soltó un suspiro y hubo un estremecimiento seguido de más gemidos, me calenté tanto que no dude en terminar dentro de ella, eso hizo que se excitara aún más y terminara nuevamente, quede recostado tomando un poco de aire sobre ella mientras me pedía que ya no me moviera, nuestros jugos se mezclaron y comenzaron a brotar de su vulva, retome fuerzas y comencé un va y ven de caderas lento mientras ella se tomaba un respiro. 


Cuando ya estábamos listos acelere el ritmo y no tardo nada en terminar nuevamente, acelere aún más mi ritmo, mientras chupaba un pezón y el otro estaba siendo manipulado por mi mano eso la prendió aún más y volvió a terminar, me suplicaba que ya parara ya se estaba acalambrando así que volví a terminar dentro de ella. 


Me recoste a un lado de ella con nuestras zonas tan húmedas, tan mojadas por toda la pasión que acababa de suceder, ella casi casi sin poder moverse, pero con una sonrisa de oreja a oreja, ya con pocas fuerzas solo pudo agradecerme limpiando los jugos que tenía en mi pene con su boca, no supe de donde saqué fuerzas que volví a terminar, ahora dentro de su boca.


Muchas gracias por leer, espero les haya gustado esta tan deliciosa anécdota.

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