Un Hombre al que le encanto cogerse a la mujer de otro
Todo comenzó como una nueva experiencia, quería colgar algunas fotos para ver que reacciones causaba, y los pocos minutos me sorprendí pues fueron muchas. Pensaba lo principal es mantener el anonimato, pero es difícil por que tengo varios tatuajes así que fueron varias las fotos descartadas. La idea de sentirse deseado, la verdad que me gustaba, los mensajes me excitaban a tal punto de que tenía erecciones frecuentemente, era difícil de ocultarlas, peor si estas trabajando. Deje mi dirección para que me escribieran el cazador comando y comencé a recibir propuestas para participar de encuentros con parejas, la mayoría buscaban tipos maduros, cultos, respetuosos y con buenos atributos creía que cumplía con algunos de los requisitos. Entre los correos puede ver mujeres hermosas, con cuerpos monumentales que buscaban que les den placer mientras sus parejas miraban o participaban logrando también alcanzar el clímax. Comenzamos a escribirnos con varias parejas, intercambiar fotos, deseos y pretensiones de lo que seria un futuro encuentro. Luego de varios correos ella se decidió, quiso que nos encontráramos en un bar céntrico, cuando llegue había gente, los busque y pude verlos al final del salón en un rincón con una tenue luz, sin embargo era imposible no reconocerla, una rubia de mas de 40 despampanante un cuerpo fabuloso, que levantaba hasta un muerto, unas facciones delicadas, casi perfectas, ojos claros, una bella nariz, sus labios carnosos pintados de rojo, no muy alta, una piel blanca suave y tersa, cuidada un perfume exquisito. Su figura un cuello delgado, unos pechos generosos pero firmes, su cintura que se perdía en su sexo, unas caderas de madre, con unas nalgas duras y piernas torneadas, se notaba su trabajo en el gimnasio. Vestida con una blusa suelta y una pollera que se le pegaba al cuerpo, unos tacos de esos que se los dejas puestos mientras... El un tipo morocho alto bien parecido pero mas grande que nosotros, me acerque le tendí la mano, se levanto. Le dije hola como estás Rubén, soy Oscar tomo mi mano y me dijo fuiste sincero de entrada, esa es buena señal. Nos presentó ella es Luciana, permanecía sentada parecía algo incomoda me acerque y al aproximarme a su rostro percibí esa exquisita fragancia que me acelero los latidos. Cenamos, la charla se fue distendiendo a medida que tomamos algunos tragos, ya al final mas sueltos comenzamos a hablar con confianza sobre su idea de cumplir su fantasía de hacer un trio. El solo mirarla me endurecía la verga, creí que no lo había notado pero una sonrisa cómplice me dio la certeza que estaba mirando la entrepierna. El me contó que lo habían intentado antes pero no resulto, que los tipos que elegían no respetaban lo pautado y todo terminaba en una decepción. Les dije que no iba a hacer nada que ellos no quisieran, además también les aclare que era heterosexual que solo lo hacia con mujeres. En ese preciso instante sentí su mano arriba de la pija frotando suavemente, sobre la ropa mientras el miraba y se sonreía. Pensé para mis adentros y yo que te creía tímida. Aproveche y amparado por la oscuridad del rincón don de se hallaba nuestra mesa le puse una mano sobre las tetas, lo mire el asintió con la cabeza y ella gimió. Ya habíamos roto el hielo y una vez aclaradas nuestras inquietudes salimos y subimos a su auto, iríamos a un lugar imparcial, un hotel. El manejaba trate de mantener una charla pero ella en el asiento de atrás comenzó a tocarse los pechos, a levantar su falta, hasta mostrar su sexo, yo con la verga dura y el solo se sonreía. Por fin llegamos, entramos y al cruzar el umbral de la puerta, la tome por la cintura y comencé tocar todo su cuerpo, bese sus labios apasionadamente, no llegamos a la cama solo unos pasos más ya la tenia de rodillas desprendiéndome el pantalón, me bajo el cierre y cuando pudo ver la verga sobre su blanca, perfumada y suave piel, con su lengua inicio la faena con una delicadeza y una femineidad increíbles, desde los huevos que estaban hinchados, el troco con las venas hasta llegar al glande que parecía explotar, una pericia en el movimiento suave, lo aceleraba, mientras chupaba golosamente. Su dueño miraba se lo notaba excitado, pero yo tenía que seguir concentrado en no llenarle la boca de leche tan pronto. Respiraba profundamente haciendo mi mayor esfuerzo para no acabar, ella lo sabia y continuaba en la tarea para la que parecía fue creada mamar un dura y gruesa verga. La aparte se sonrió, no la lleve a la cama ahí la di vuelta, con una mano en la cintura y otra en la espalda, hice que se reclinara hasta que sus pechos tocaron la mesa, con una mano le subí la falda y le corrí la tanga, tome mi pija y la penetre, no hizo falta esfuerzo alguno estaba mojada, suave y caliente, la sentí gemir. Tome sus pechos, ya la blusa y el sostén habían caído al piso, mientras la bombeaba y ella gemía, levante la cabeza y vi a su marido, sentado en el sillón tocándose la pija, mi reacción fue ofrecérsela así el la cogía y me dijo con un gesto que no, que siguiera y así fue, continué con la cogida con mar dureza golpeaba sus nalgas, hasta sentir que jadeaba, y por fin se estremecía, me sentí satisfecho y para evitar acabar apresuradamente le dije vamos a la cama, accedió y allá fuimos. Me tire en la cama y ella apresurada ya recuperada se subió arriba mío agarro la verga y se la clavo con furia y comenzó a cabalgar con fuerza como buscando venganza por haber sido vulnerada cuando la vi llegar a la cima del éxtasis. El se acerco a la cama le acaricio los pechos mientras se hacia la paja, ella se dio vuelta, mientras me cogía ferozmente, empezó a chuparle la pija al marido, a esta altura mi calentura era tal que quería soltar toda la leche que había acumulado en ese culo perfecto. Le pedí que se ponga en cuatro, lo hizo y me ofreció nuevamente su enorme culo con su rosadito y dilatado agujero. La toque pero no quiso que le hiciera el orto, le metí la pija nuevamente en la concha, unos minutos mas de movimiento frenético hasta que no aguante más, se dio cuenta y me pidió que le acabe en la boca, y cumplí su deseo con furia entre medio de espasmos lance todo el contenido de mis pelotas en su boca y en su rostro. Me miro, me mostro su boca llena de un espeso y lechoso fluido, la cerro trago todo y me mostro nuevamente su boca vacía, como una nena obediente, como diciendo me trague todo. Siguió con su dueño y también se tomo toda la leche. Nos tiramos agotados en la cama, ellos debían viajar así que no hubo segundo round nos vestimos y nos despedimos. Quedamos en contacto y cada tanto repetimos los encuentros.
Aún no me hice VIP.
