Ya con la madurez he aprendido a conocer mis ciclos. No podría asegurar que coinciden con los de una mujer pero si he advertido ciertos patrones comunes. A pesar de no sufrir del ciclo menstrual, si que sigo una dinámica. De pasión ardiente, romanticismo, deseo de ternura sin sexo y sequía arisca. Don los tiempos cortos. El viaje ha sido interesante, fui un jovencito bello y afeminado oculto por la rudeza de la vida. La temprana madurez me trajo confianza, deseo, aceptación y respeto. Aceptándome y aceptando a los demás, disfruté y enamoré. Tuve deliciosos amores afines a mi mundo femenino. Ahora entrando en la época de madurez menos atractiva, digo aceptando los cambios en mi cuerpo y sigo buscando gente afín y valorando otras formas de belleza.