La playa nudista. La noche.

5:55 pm Wednesday, 17th March, 2021

jare83

No era la primera vez que iba a esa playa. Pero esa vez la recordaré siempre.


Era verano del 2018 y estaba veraneando en Torre del Mar con la familia. Por las tardes, en una hora cercana al atardecer, salía a andar y recorrer el paseo marítimo o ir hasta el puerto deportivo junto a la Caleta de Vélez. Aquel día al salir, me puse solo una camiseta y unos pantalones cortos deportivos, sin nada debajo. Me apetecía sentir el vaivén de mi polla y huevos mientras andaba. Me dirigí hacia el faro, y seguí adelante, por el camino en la arena. Pasé las discotecas y llegué a la playa de perros. Seguí caminando por la orilla.
Pasé por la desembocadura del río y pude observar como ya había nudismo en esa zona. El sol casi se había escondido, por lo que la gente empezaba a marcharse. Seguía haciendo mucho calor y había algunas parejas gays bajo el amparo de los juncos y más hacia adentro, donde no se puede ver que hay.


Llegué a la playa que hay entre la desembocadura y la del camping y vi que había varias personas aún en toallas, sin intención de irse. Una pareja de gays maduros, osos, bien de pelo por todas partes; otro chico joven solo a la orilla del mar; una pareja hetero madura recorriendo la playa; y otra más joven tumbados en una gran toalla, más cerca de un montículo de tierra que recorre esa playa de extremo a extremo y que la separa de una tierra de cultivo. Decidí colocarme más cerca de la pareja hetero, guardando las distancias. Me desnudé y coloqué todo encima de mis zapatillas y me dirigí al agua. Después de estar casi una hora andando por la playa, a paso entrecortado por el agua y la arena, tenía todo el cuerpo sudado y acalorado por la temperatura y por la excitación del momento. Me zambullí en el mar, y el agua estaba perfecta. Me encanta la sensación de meterme desnudo en el agua y notar como todo mi cuerpo fluye, libre. Eché una buena meada caliente que se diluyó pronto entre las olas. Desde dentro del mar, pude echar un vistazo a la playa.


La pareja que andaba ya estaban de vuelta dirección al camping. El chico de la orilla volvió a tumbarse en la toalla que estaba relativamente cerca de la pareja de osos, que no paraban de hablar entre sí, pero mirándole continuamente. La pareja hetero, estaba abrazada y miraban hacia los lados de vez en cuando y hacia mí. El sol se había escondido ya y las sombras junto a la leve bruma que levantaban las olas hacía que no viese con claridad, pero noté movimientos muy reconocibles. Se estaban pajeando.


Salí del mar con cuidado de los chinos y piedras que hay en la orilla y llegando a mis cosas, vi que estaba en lo cierto. Estarían a unos diez metros de mí. Ella, morena de pelo largo, de unos cuarenta años y complexión normal, con sus carnes generosas, pero con buen cuerpo. Un tatuaje de estos que parecen un atrapa sueños entre dos tetas grandes, algo caídas, pero poderosas. Él de similar edad, pelo largo también, más delgado que ella y con una polla muy normal. Tan normal que la mía sin ser nada del otro mundo, sabía que era más grande. Me quedé parado donde mis cosas mirando al mar, con las piernas separadas y los brazos en jarra, secándome. No hacía frío. Volví a mirarlos y estaban enrollándose mientras tenían ambos las manos en el pan del otro. Los oía jadear. Miré de vuelta a la pareja de osos y al chico y pude ver que los osos se habían metido en el mar y el chico miraba hacia donde estábamos nosotros. Volví a girarme hacia la pareja y, me estaban mirando fijamente, los dos. Él la abrazaba con un brazo por detrás hasta tocarle el pecho y con la otra mano, le estaba trabajando el clítoris, muy despacio. Ella le estaba masturbando muy lentamente, casi estrangulándole la polla. Los dos con las piernas abiertas hacia mí.
Me calenté rápidamente y me toqué la polla mojada un par de veces antes de empezar a caminar paralelamente a la playa, en su dirección.


Conforme iba caminando los miraba fijamente, ellos a mí también. El ritmo de sus pajas se aceleró un poco. Yo me estaba excitando mucho, y mi polla también. No paraba de tocármela mientras los miraba. Me volví de nuevo hacia los osos y el chico y estaban los tres juntos, hablando y mirando hacia nosotros. El tablero estaba colocado.


La reina se incorporó y con un giro de cadera sobre su culo se colocó sobre el rey y empezó a comerle la polla. Cuando llevaba varias lamidas levantó un poco la cabeza, para comprobar si yo seguía ahí. Y no sé si fue por la poca luz que había ya en la playa, pero me pareció que sonrió, o no. Pero sí que se quedó mirando mi polla antes de emitir un suspiro, abrir la boca de nuevo y meterse el nabo del rey hasta la garganta. Al instante, tuvo que producirle a éste tal placer, que se esmeró en la comida de coño que le estaba dando a la reina, haciendo que ésta levantara de nuevo la cabeza, respirara y gimiera en alto. Con el gemido, volví a mirar a la pareja de osos y estaba uno de ellos arrodillado frente al chico. Aquello era lo más parecido al paraíso que yo he conocido. Tenía la polla dura y llevaba pajeándome un rato. Sin querer molestar, pero creyéndome espectador de aquel espectáculo, cuando de repente, él, prácticamente sumergido entre las piernas de ella, me hace una señal, para que me acerque. A lo que reacciono yendo hacia ellos, nervioso, pero cachondo y subiendo las pulsaciones de mi corazón y de mi polla, que no paraba de pajear.


Ella no paraba de mamar y mirar todos mis movimientos, cuando vi que él buscaba algo en una mochila que tenía a su lado, hasta que sacó un condón, ofreciéndomelo.
Lo cojo y la miro, y veo que estaba mirando vuelta a nosotros cuando, esta vez sí, sonríe y alegre, junto con un "mmmm" arquea aún más el culo hasta enseñarme todo el coño, húmedo y a punto por la tremenda comida que le había hecho su rey.
Me puse el condón rápido, casi torpe, de lo nervioso que me puso. Él me hizo señas para que se la metiera desde esa posición, con él allí, en primer plano. - Joder, sí. - Dije, y ella volvió a arquearse y le oí una risita que me puso a mil. Me arrodillé y coloqué mis piernas a cada lado de la cabeza del rey, dejando mis huevos cerca de su boca. Él volvió a chuparla, mucho más morboso que antes, con grandes lamidas y abriéndole el coño con las manos me enseñó el camino. Coloqué la polla en la entrada del coño y sentí como si aquello me succionara hacia dentro. Era toda mantequilla derretida. Casi me eché encima de ella y al incorporarme y corregir la postura empecé a follarla lentamente. Ella no paraba de gemir con la boca llena. De repente noto como el rey me coge del culo y me empuja fuerte hacia ella, con un golpe seco que hace que llegue profundo y ella se incorpore gimiendo... - Sí, así... - Y llevado por las manos del rey, empiezo a bombear fuerte cogiéndola de la cintura y trayéndola hacia mí. Jamás me había pasado algo así. La visión de estar frente al mar, con una tía enganchada a mi polla, gimiendo y su chico entre mis piernas viendo todo en primera fila. Qué gozada.


A los pocos minutos de estar follando fuerte, él me da una palmada, para que pare y comienza a comerle el coño como un loco. Yo me quedo mirándolo y espero su señal para seguir follándome a su mujer. Otra palmada en mi culo y adentro. Estoy muy cachondo, apenas voy a durar mucho más así... le cojo por los pechos y la traigo hacia mí, obligándola a dejar de mamar polla. Me coloco más vertical sobre mis rodillas y le aprieto las tetas contra mí, le follo fuerte y le meto los dedos en la boca para que me los chupe mientras le susurro al oído. - Así? ¿Te gusta así? - Sííii ii iii... - responde con una voz entrecortada por los vaivenes de su cuerpo contra el mío, que ella acentúa arqueando la espalda y sirviéndome su coño en plata, con unos vaivenes propios de una buena corrida, - aaah.. me e co o rroo... - susurra. Cuando de repente noto, en mis huevos, el aliento y la humedad de la boca del rey. Su lengua tiesa hace de dique entre el coño y mis huevos y hace que no aguante más. Semejante placer no lo tiene uno todos los días. Con un sonoro "me corroo.." saco la polla y tiro el condón, cuando noto que casi en un movimiento perfecto, el rey se ha metido mis huevos enteros en la boca y yo al levantarme un poco, se quedan tirantes, y me recorre un puñetero escalofrío que termina en unos buenos chorrazos de semen en toda la espalda de ella.


Me incorporo, no sé ni cómo, entre jadeos, recuperando el aliento. Él la comienza a limpiar con un pañuelo y me ofrece uno. Gracias, les digo. A ti, me contestan. Uff... casi no puedo respirar. Se ríen. Me río. Y me voy despidiendo hacia mi ropa. Cuando la cojo veo que el trío se lo está pasando muy bien y que estaban mucho más cerca de nosotros que antes. Me lavo en el agua un poco y sigo caminando de vuelta, cuando los sobrepaso, veo al chico entre los dos osos, con el más gordo follándoselo mientras que le come al otro la polla, gorda y corta, por lo que veo. -Ey, vienes? - me dice al que se la está chupando el chaval. - No, gracias - Estoy ya servido - le declino la oferta con un ademán de la mano. - Ya lo hemos visto - Muy bueno.


Sonrío. Respiro hondo el salitre. Miro hacia atrás a la pareja de reyes y están recogiendo lo último antes de abandonar la playa. Sigo caminando, contento, satisfecho y me voy poniendo la camiseta, sin prisa ninguna, con mi polla y mis huevos al vaivén.








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jare83

Chico bisexual en busca de morbo con mujeres o parejas.