Los juegos de dominación y sumisión producen unos niveles de excitación
y morbo que pueden llegar a alcanzar una intensidad increíble.
Muchas veces lo que practicamos es DOMINACION,
pero lo llamamos de otra forma,
como el atar a alguien,
dar azotes o llevar las riendas del acto sexual.
Todos estos juguetes no son más que un aderezo que permite controlar
a la persona que tiene el rol de sumiso.
Incluso puede ejercer ese punto de dolor y excitación que se siente
cuando otra persona tiene el control sobre tu cuerpo,
sobre las zonas más sensibles, con total acceso a él.
Aunque se debe marcar de antemano cuáles son los límites,
para que no haya malentendidos (CONSENSO),
estos juegos suelen dar un gran placer sexual.
Tener confianza en la otra persona y que los límites
se establezcan desde un principio nos aportará tranquilidad
y hará que las sesiones sean mucho más placenteras y excitantes.