En las Duchas: Relato Erotico
EN LAS DUCHAS...
Iba camino a casa cuando me percaté de que había olvidado mi reloj en el gimnasio. Regresé de inmediato, creyendo que ya no habría nadie allí, pues a pesar de que las chicas habían entrado a bañarse después de nosotros -usábamos las mismas regaderas-, ya había pasado un buen rato desde la terminación de las prácticas. Así pues, caminaba desprevenido hacia el camerino, en medio de la penumbra y las escasas franjas de luz que se colaba por las celosías, cuando oí el rumor del agua de las duchas. Lo primero que se me ocurrió fue que alguna se había quedado abierta por descuido; sin embargo, al llegar al umbral del salón me encontré con un espectáculo inolvidable: una hermosa chica se bañaba despreocupadamente. Su divino cuerpo desnudo brillaba bajo la tenue luz del recinto y se recortaba contra la pared oscura. Absorta en su actividad, se movía con rítmica sensualidad al compás de una música que sólo ella podía escuchar. Entre tanto, yo la contemplaba extasiado, inmóvil... Al descubrir mi presencia, avergonzada trató de cubrirse y articular un débil reclamo. Pero yo, cegado por el deseo, caminé hacia ella como un autómata, mientras le dirigía confusas alabanzas a su belleza. Incapaz de moverse, la tomé por los brazos y acerqué mi boca a la suya; al unir nuestros labios, sentí su respiración entrecortada. Luego, ya no hubo barreras: ella misma me ayudó a despojarme de la ropa mojada y yo recorrí con mis manos y mi boca toda su piel. Cubrí de besos y caricias sus pechos y atrevido probé el sabor de su sexo; pronto mis ofrendas fueron correspondidas con reciprocidad. Embriagados por un misterioso fluido, un elixir de amor que emanaba de nuestros propios cuerpos, nos olvidamos del tiempo, inmersos en el infinito universo del placer y la dicha. Alcanzado el clímax de la excitación nos entregamos a una prolongada unión, que se cristalizó en sendos orgasmos de indescriptible intensidad.
