Mañana 7 pm, sin palabras

5:35 am Saturday, 10th October, 2020

disver

Estuve por un tiempo en un sitio de citas, intentando tentar a una mujer que se definía como Madura, Exigente, más allá de sus 50 y bien conservada. Tras un sinnúmero de mensajes, logré obtener una respuesta suya, con una propuesta breve e inusual, "Mañana 7 pm, sin palabras". Lo pensé un instante y respondí con un Ok, adornado con un mensaje y preguntando donde la recogería, a lo que no obtuve respuesta.


Al día siguiente revisé un par de veces si tenía algún mensaje de la dama misteriosa. Alrededor de la 4 de la tarde encontré uno muy escueto, cuyo único contenido era la dirección de un departamento en el sector de Apoquindo. Dudé un rato, pensando en que podría ser riesgoso aceptar tanto misterio, pero supongo que la calentura pudo más que la razón y envíe un simple "Ok, nos vemos", que fue respondido con el recordatorio "Sin palabras".


Llegué puntual a la dirección indicada, toque a la puerta y casi de inmediato vi oscurecerse el ojo mágico, supongo que me estaba esperando. Estaba un tanto nervioso, no sabía exactamente con que me encontraría, su perfil no decía mucho y la foto solo dejaba ver a una figura delgada.


Me abrió la puerta una mujer más alta de lo que esperaba, con estilo de alta ejecutiva, vestida elegantemente, traje de una pieza, ajustado hasta la rodilla, escote suficiente para lucir el canal entre sus pechos, medias con diseño y tacones altos. Un cuerpo delgado de buena figura, pelo castaño, que apenas sobrepasaba sus hombros, brazos y piernas tonificados, que denotaban ejercicio regular y preocupación, su rostro contrastaba un poco con esa figura, líneas de expresión marcadas y una cierta rudeza en su gesto, que revelaban el paso del tiempo. Se llevó el dedo índice a los labios, pintados de un rojizo obscuro, indicándome que no hablara y me señaló una mesita donde había un papel que decía: "Puedes hacer lo que quieras, pero si hablas te vas", levanté el pulgar para confirmar el acuerdo.


Me acerque a ella, de pie frente a frente, la miré fijo a los ojos, agarré con mis manos la base de su nuca, tapando con los pulgares sus oídos y me pinte la boca con su labios. Un beso tierno al inicio, suave y hasta dulce que creció en intensidad hasta convertirse en una batalla furiosa de labios y lenguas. En un instante quiso tomar el control, la sujeté de las muñecas y le llevé los brazos a su espalda. Tras un pequeño forcejeo, como para defender la dignidad, cedió ante mi avance. Desde atrás le jale el cabello para exponer su cuello y comencé a lamerla entre los senos hasta donde permitía el escote, a comerme sus orejas y besarla en el cuello, mientras su respiración se agitaba cada vez más. Ya entregada y mientras seguía jugando en su cuello mis manos se clavaron en sus nalgas, su reacción fue instantánea y me regreso el agarrón. Con mis manos en sus nalgas y nuestras bocas ocupadas, comencé a recoger la tela del vestido, hasta sentir su piel suave y tibia entre mis dedos.


Controlándola desde el cabello, me puse a su espalda y comencé a recorrer todo su cuerpo sobre el vestido, se dejaba acariciar sin resistencia, disfrutando la atención. Liberé el broche en la espalda, baje lentamente el cierre y entre sus suspiros, besaba la piel que iba quedando expuesta. Regrese a besar sus hombros para deslizar el vestido hasta que la prenda cayó al suelo. Un conjunto de encaje negro y medias que escalaban por sus piernas, se revelaron a mi vista. Le quedaba perfecto, acentuaba sus formas haciéndola lucir increíblemente sexy y sus pechos, demasiado perfectos, pedían ser acariciados.


La tomé en brazos y la cargué hasta el dormitorio, la baje de pie al borde de la cama y luego la empuje sobre ella. Tome una de sus piernas y retire sus zapatos de largos tacones afilados y disfrute acariciando, lamiendo y besando sus piernas, mientras le quitaba las medias con diseño. La deje así, a penas vestida y me incorpore con los brazos extendidos. Ella rápidamente entendió que quería que me desnudara. Se levantó y me rodeó un par de veces, antes de comenzar a desabotonar mi camisa, pantalón y no se detuvo hasta que todo quedó en el suelo. De rodillas frente a mí tras quitarme los calcetines, comenzó a jugar con mi miembro, usando sus manos y su lengua primero y luego tragándolo entero. De pronto se incorporó me beso, le quite lo poco que la vestía y me retire para mirarla. Ella se recostó en la cama, con las piernas abiertas y los brazos estirados hacia mi. Sin demora, tome una de sus piernas y le comí el pulgar mientras acariciaba sus muslos, y fui avanzando con mi lengua hasta llegar a su entrepierna, momento en que soltó un gran gemido, me quedé jugando allí, hasta que su excitación fue más que evidente.


Dando por finalizada la previa, arrastre su cuerpo hasta el borde de la cama y exponiéndola con las piernas abiertas, me introduje lentamente mientras sus ojos parecían estar clavados en los míos. Esa primera entrada fue suave y me mantuve dentro, para dejarla sentir mi miembro palpitante. La acción fue creciendo en intensidad y frecuencia, sudábamos copiosamente mientras, sus pechos perfectos, aplaudían con cada embate. Me cabalgo cual amazona, comió sábanas mientras la abordaba por la cola, se sentó en mi cara para que la comiera, le di de nalgadas hasta hacerlas colorear.


Jugamos mucho rato, hasta que estuvimos exhaustos y todo sin emitir ni una sola palabra.



Comments

6:18 pm Tuesday, 20th October, 2020 pitofre

Es Maravilloso poder encontrar una linda mujer que es lo mas bello de este mundo siempre he considerado que la mujer es maravillosa nada se puede igualar a  estar con una linda dama para comersela a besos y caricias y hacerla gozar al máximo atte Vergofre

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La imaginación, la seducción, la dominación, la complicidad, el juego, la confianza, la risa y la lujuria son los condimentos que hacen del sexo un plato grandioso.