Luz tenue. Un diván tántrico. Dos mujeres, un hombre y el deseo. Nos reímos porque hemos perdido la cuenta.
La imagen que nos devuelve el espejo parece un cuadro de Klimt, desde el otro lado del océano, Miles Davis interpreta con tesón “A Night in Tunisia” y, embriagados por el dulce olor que desprende tu cuello, nos miramos, curiosos, mientras nuestras manos recorren los rincones de tu cuerpo. El pinot noir nos ha regado por dentro y por fuera, y ahora (que ahora sea siempre) flotamos en una suerte de fiesta dionisiaca.
Continuará…
12:54 am Friday, 18th August, 2017
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