Home > Blogs > katbecca60 > Katia Rebecca, buscando ilusiones reales > Blog Post

vivencias e ilusiones de una TV

7:28 pm Wednesday, 1st March, 2017

soy travesty de closet.
me encanta vestirme de nena y ser tratada como tal
me gusta hacer crónicas de lo que me sucede con mi novio/amante
Soy madura, trabajadora profesionista
vivo en la Ciudad de Mexico y convivo con mi novio/amante
Nacida en Sinaloa



Comments
5:26 am Wednesday, 30th August, 2017

Y donde se pueden leer tales crónicas?  me resulta interesante poder leerte. Saludos!

7:14 pm Thursday, 31st August, 2017

Primer relato de mi vida.

Trataré de ser lo más exp**** a ustedes mis relatos personales, procuraré
también ser co****palabras soeces en todo lo
posible, puesto que mi intención es tratar y que me traten con el respeto y
dignidad debidos; así déjenme contarles por qué y cómo llegué a convencerme de
ser una****oset y buscar las distintas formas de vivir mi
íntima femineidad.

Así es cómo lo recuerdo:

Fui
parte de una familia conformada por seis hermanas y dos hombres, (siendo yo****s), pero desde muy p****elicada y sensible
siguiendo la conducta de mis hermanas mayores con quienes compartía juegos y
pláticas acerca de cómo eran tratadas por sus amigos y por nuestros otros
familiares.

Con
el transcurso del tiempo supe, al escuchar a escondidas ciertas pláticas de mis
padres con mis tíos, que mis testículos no habían bajado a tiempo y aunque
tenía pene, mi pubis parecía de niña, mi comportamiento infantil era el de una
nena puesto que vivía en un mundo mayormente femenino tanto por mis hermanas
como por mi madre y abuela consentidoras; también supe que me tuvieron que
llevar a los tres años a atención quirúrgica para que los médicos mediante
intervención ubicaran mis testículos en su lugar; (aún tengo las cicatrices de
las dos operaciones, cerca de mi pubis)... así fue, pero desde esas edades, mi
interior y mi conducta seguían deseando ser y comportarme como un****te
igual a mis hermanas a quienes admiraba cuando se ponían sus preciosos vestidos
de domingo, sus uniformes de la escuela, sus tobilleras y calzoncitos de
colores, peinaban su pelo largo y lucían moños o diademas.

También
me gustaba ponerme y lucir los aretes de mis tías, sus chalinas, usar sus
labiales y calzarme sus zapatos de tacón para andar por la casa de mis abuelos
imitándolas a ellas, (aún recuerdo los regaños de mi abuelo y de mi padre que
eran muy estrictos). En mi interior, estaba desde entonces conv**** cuerpo diferente.

Creo
que por todo eso, mi infancia fue difícil e incomprensible, resultaba un
problema para mi padre por mi constante actuar que rayaba en lo femenino. Supuestamente
al ser inestable y problemático con mis hermanas, en más de diez ocasiones, al
castigarme por hacerles alguna travesura a mis hermanas, me ponían un vestido
de ellas y me calzaban con sus zapatos durante horas, pero siempre al interior
de nuestra casa. Cuando eso ocurría yo ****tía muy feliz, era para mí un
sueño hecho realidad, ****tía que era como mis hermanas y ellas me trataban
como a una igual. (Creo que por eso con más frecuencia me portaba mal!!!!,
jijijijijijiji).

En la
primaria siempre me tuvieron como un niño delicado y consentido, lo que me
provocaba ciertos problemas y burlas con mis compañeros, pero mantenía la
comprensión leal de mis compañeras que constantemente me defendían y me
cobijaban entre ellas, lo que hizo que mis amistades fueran también mayormente
de niñas.

Ya
casi adolescente y precoz entre los 7 y 10 años, recuerdo que con los deseos,
para mí normales e intensos de ser mujer, empecé instintivamente a masturbarme
en mi cuarto estando ac****la cama poniendo mi minúsculo
pene hacia el interior hasta desaparecerlo en mi bajo vientre, colocando una
pequeña almohada bajo mi pubis para presionarme ****ciendo movimientos de
frotamiento en círculos y de arriba abajo como pensaba que lo haría una
mujercita al ser penetrada pero cabalgando a su macho y así logré sentir mis
primeros pseudoorgasmos aunque sin eyaculaciones, volando mi imaginación
pensando estar de****quien estaba debajo de mí y
el bulto de la almohada presionando mi 
pubis, imaginaba que era su virilidad.

En más
de algunas ocasiones fui descu****prácticas por unos primos y
me detenía haciéndome la d****turbaciones las
hacía ac****viéndome hacia arriba y abajo y en círculos, tal y
como se excitan las mujeres. Esta forma de satisfacerme fue muy constante, en
ocasiones hasta diario lo hacía.

Uno
de mis primos, a quién llamaremos Esteban
y que por distintas razones fuimos muy apegados desde que yo era bebé, mayor
que yo por seis años, se dio cuenta de lo que hacía y al estarme moviendo
ac****e de mí, puso su pene entre mi trasero y, aun estando
los dos vestidos sentí su dureza, entonces instintivamente moví mis caderas y
mis glúteos como estaba acostu**** de arriba abajo con más
ganas tratando de sentirlo más duro y más hacia mi ano, obteniendo sensaciones
indescriptibles que me llevaban al orgasmo prematuro. En muchas de esas ocasiones
mi primo me vigilaba y cuando veía que me metía a mi cuarto y me acostaba boca
abajo tratando de excitarme, entonces rápidamente se acercaba, volvía a subirse
sobre mí ****cía como que me penetraba con sus movimientos impetuosos de mete  y saca, y yo, otra vez, haciéndome la medio
d****sero para sentirlo mejor y a la vez me movía en círculos
para que él también se excitara; más temprano que tarde, Esteban se dio cuenta de que fingía dormir y así me lo dijo, por lo
que a partir de ese momento nuestras caricias fueron estando totalmente
des****puestas físicas fueron cada vez más ávidas, abiertas y
confiadas, nos comunicábamos mediante señas acordadas cada vez que queríamos
hacerlo, (aunque por mi parte quería que fuera diario y a toda hora); yo
deseaba con mayor intensidad estar debajo de él y sentirlo con lujuria.

Yo
creo que más de una vez, se excitó tanto que eyaculó en su ropa puesto que se
levantaba rápidamente con el bulto enorme de su pene erecto y se metía al baño
durando un rato adentro. Mi primo estando encima de mí también hacía
movimientos como de penetración y me aplastaba hacia la cama, lo que hacía que
la almohada que tenía yo debajo, también presionara más mi pubis, en sus
empujones yo sentía su aliento y respiración entrecortada en mi nuca y en mis
oídos, lo que me excitaba mucho más hasta lograr mi falso orgasmo.

A los
pocos años después, con él tuve mi primera experiencia real de penetración.
(ay, fue algo doloroso pero deseado y delicioso, aún lo recuerdo con mucha
añoranza. Después les contaré como sucedió).

Blog Introduction

Katia Rebecca, buscando ilusiones reales


Get full access to all site features
Register Now