Eran otros tiempos, las citas a ciegas eran a ciegas, ni whassap, ni apps, ni paginas de contactos, como mucho los anuncios de contactos, el chatear a traves de una pagina o el icq y quedar sin saber que te podias encontrar. Y asi ocurrio.
Pongo el ordenador en marcha, al tiempo que miro la hora que es, las seis de la tarde. Otro domingo aburrido y estupido que pasare mirando la pantallita del ordenador y jugando a los tipicos y aburridos solitarios de toda la vida, Mientras espero que se carguen todos los programas, pienso en que podria llamar al buzon de la gui a del o ci o, por si tengo algun mensaje. Era un sistema que ponias un anuncio en la zona de contactos, y si a alguien interesaba, pues llamaba y te dejaba un mensaje en el buzon de tu perfil.
Marco los nueve numeros mientros pienso en lo estupido de lo que estoy haciendo y en lo poco practico que es realizar esta llamada con el coste que tiene cuendo ya lo hice ayer de madrugada y no tenia ningun mensaje. Claro que si lo hubiera tenido no estaria ahora llamando y espernado un milagro y lo mas seguro es que ni siquera estuviera en casa y si asi fuera seguramente seria preparandome para salir o al menos hablando ocn alguna chica y no escuchando 'ha llamado usted al servicio ...' como estoy haciendo ahora.
Marco mi codigo, tras lo cual espero escuchar el consabido, 'no tiene mensajes', y en vez de ello oigo...
--Hola, mi nombre es Carmen, y bueno, he leido tu anuncio y creo que podriamos congeniar, si quiere me puedes llamar al .... y hablamos. Bueno, yo tengo treinta y dos años, estoy separada, no tengo niños, y mas o menos estoy proporcionada en todo, Hata pronto.
¡Joder!, pues a tenido que dejarme el mensaje hoy mismo, no debo ser el unico que esta aburrido esta tarde de domingo.
Pues voy a llamar ahora mismo, no creo que quedemos para hoy, pero al menos me pasare un rato entretenido hablando con alguien y quien sabe quizas quede para el martes.
Ring, Ring,
--Digame, responde una voz femenina al otro lado.
--¿Carmen?.
--Si, soy yo.
--Hola, soy Xus, que he recibido un mensaje tuyo en esto de la Guia del Ocio.
--Ah, si, pero quien eres, que decia tu anuncio, es que he contestado a varios y ahora no te situo.
--Chico, 35 años, desea conocer...
--Ya, ahora ya se quien eres, pues te lo he dejado hace una hora, no esperaba que me contestaras tan rapido.
--Bueno, es que los domingos por la tarde es cuando consulto haber si tengo mensajes, la verdad es que como no dice cuando se dejan tampoco sabia si hacia mucho o poco tiempo.
Miento, con la intencion de que no parezca que voy desesperado buscnado una cita a cualquier precio.
Tras estar un rato hablando, durante el cual nos describimos mutuamente, nos explicamos lo que buscamos, comentamos otros anuncios y sus respuetas, llega el momento critico de tomar una decision, asi que de pronto le digo.
--¿Y asi, cuando nos vemos?, al menos para conocernos y poder tomar algo juntos mientras hablamos.
--Ah, eso tu, cuando quieras.
--A mi no me digas eso, que es peligroso.
--¿Por que?, ¿Me vas a comer?.
--No, pero puedo presentarme en tu casa en media hora.
--Pero si ni siquiera sabes donde vivo.
--Bueno, pero tu me lo dices.
--Ademas, ¿para que vas a venir?.
--Pues para conocernos, Mira ahora son las siete y diez, Quedamos dentro de una hora, sobre las ocho y cuarto, Te recojo y nos vamos a tomar algo por ahi.
--Es que ya es un poco tarde. Entre que vienes y nos vamos a tomar algo, y esto, y lo otro, cuando vuelva a casa ya sera muy tarde y cenare a la tantas.
--Eso es facil de arreglar, te recojo a las ocho y cuarto, nos vamos a tomar algo y despues a cenar, a las once y media esta de vuelta en tu casa lista para irte a dormir.
--¿Irnos a cenar?, ¿tu y yo?, asi de golpe, sin ni siquiera conocernos.
--Por que no, que mejos manera de conocernos que sentados alrededor de una mesa y frente a una buena comida.
--Es que no se, no tengo muchas ganas de salir.
--Mira, mientras nos tomamos la copa, lo decidimos, si no quieres ir a cenar, pues a las nueve y media estas en casa, y si vamos a cenar, pues ya tienes la faena hecha.
--No, vale, cenamos juntos, pero lo hacemos en un bar que hay aqui abajo, junto a mi casa. No tengo ningunas ganas de arreglarme. Te aviso, simplemente me pondre algo, lo justo para que salgamos.
--Bien, como tu quieras. Si lo importante es que nos conozcamos.
Y asi es como quedamos, Me indica donde vive, tras lo cual decidimos que mejor quedamos a las nueve. Reulta que vive en casa Dios, o al menos para mi, que debo cruzar toda Barcelona, y llegar hasta la zona mas alejada de Badalona. Ademas asi se supone que tendra tiempo de terminar de planchar y de ducharse.
Pero antes de despedirse, me dice.
--Oye, sabes que, que pienso que quizas seria mejor hacer otra cosa.
--No me digas que ahora vas a cambiar de idea. Yo que ya estaba poniendo en marcha el motor del coche.
--No, pero si cambio de idea, ¿que pasa?, estoy en mi derecho, ¿no?, ademas no es eso.
¡Joper!, con la tia esta, es bastante suscepible por lo que veo, aparte de algo borde, pienso, al tiempo que le digo.
--Si, si claro, solo era un broma, haber, dime, que es lo que has pensado.
--Ya no se, me parece que me esta aburriendo esta situacion, quizas seria mejor que lo dejaramos para otro dia, y si no, mejor para nunca, me parece que todos los tios que poneis estos anuncios sois un poco raros.
--Mira, oye, lo que tu quieras. Yo ya me habia hecho a la idea de cenar fuera de casa y contigo, pero si ves que vas a estar a disgusto pues tu misma, tu decides.
Realmente creo que es un poco neurotica, quizas es que no ha pensado que en vez de ser todos los tios un poco raros, la rara es ella, pienso para mi, mientras me hago a la idea de que quizas si que sera mejor olvidarnos de la cita, por que si por telefono ya me ha soltado dos, a saber lo que me dira en persona.
--Es igual, quedamos como habiamos dicho y asi zanjamos de uan vez esta cita, lo unico que pienso que sera mejor que cuando llegues, bajemos al ba y cogamos algunas cosas y cenemos en mi casa, No tengo ganas de ver pasar a mis vecinos y comenten si estoy o dejo de estar con un hombre y que quien sera.
--Por mi, vale, yo voy para alla, y cuando llegue ya me diras los planes que tienes.
--Pues no te los estoy diciendo, o es que no me escuchas.
¡Joper!, me parece que esto es un calro ejemplo de lo que en mi pueblo se diria, 'una tia que esta mal foll ada'. Ahora ya me intriga el conocerla, aunque me temo que sera mas largo el viaje de ida y vuelta, que el tiempo que estaremos juntos.
Pienso que es una tia bastante rara, y que, o esta muy segura de si misma, o no se, pero no es habitual que me diga de cenar en su casa y mas sin ni siquiera conocernos. No digo que no sea posible, pero bueno, si fuera que la recojo y nos vamos a tomar una copa, y despues de una hora juntos me diga de subir a cenar a su casa, pues aun, pero asi a bote pronto, lo primero de todo que me invite a su casa no me parece normal, bueno como ella, que me parece bastante rara. Quizas es que es un poco lanzada y tiene claro lo que quiere, mira que si de una tarde que se presentaba aburrida y triste y termina siendo una noche de placer.
Decido que ya que voy a cenar a su casa, que menos que presentarme con un detalle, mas que nada por que asi servira en cierta manera para romper el hielo, para hilvanar las tres tipicas frases, --de que si esto es para ti--, --que si gracias--, --que por que te has molestado--, --que si no ha sido molestia--, --que si mejor lo ponemos en la nevera--, --que si lo guardamos para despues--, etc. Y asi pasar esos dos priemros y funestos minutos.
Creo que lo mas apropiado sera que lleve una botella de cava, ademas es lo unico que tengo en casa, todavia quedan cuatro de la caja que me regalaron en el ultimo catering en el que trabaje, y todo gracias a su majestad el Rey, que con el anuncio de su presencia hizo que la casa organizadora no reparara en gasos y al final sobro cava a punta pala y nos lo regalaron para no tener que hacer venir un camion a recogerlo.
El cava no esta frio, pero quizas mejor asi, de esta maenra lo dejaremos para despues de cenar cuando ya este frio.
Depues de haber cogido el coche y haber atravesado toda Barcelona, me interno en la autopista, hasta que llego a la salida que ella me ha dicho que tengo que tomar. Sigo sus indicaciones, hasta que llego a un sitio con bloques de pisos inmensos y puestos al contrario de la calle y sin ninguna indicacion. Parando en doble fila, pregunto a un chio que me indica que estoy en la calle indicada, ahora solo me hace falta encontrar el numero. Consigo aparcar el coche y me adentro entre los bloques buscando cualquier tipo de numeracion. Los bloques son esos de diez pisos con cuatro escalera por bloque y puestos al contrario de la calle, o sea formando como una calle entre bloque y bloque, bueno, mejor que una calle, una rambla, no se, un paso. Miro el numero de la primera escalera y veo que solo estoy a diez numeros, pero, ¿en que direccion?, pregunto a una mujer y resulta que es el bloque que esta detras del que estoy mirando.
Llego a la escalera del numero que estoy buscando y la puerta esta abierta, por loq ue sin pesnarmelo entro y cojo el ascensor. Subo hasta el quinto, me bajo y tras cerrar el ascensor, miro mi reloj, las nueve menos cinco, buena hora, pienso para mi. Tras mirar las cuatro puertas que me rodean, localizo la eque me interesa, la cuarta. Quinto, cuarta, ya estoy aqui. Ahora viene el momento mas amargo, el de picar al timbre y esperar que se habra la puerta, y ....¡sorpresa! ¿que es lo que me encontrare...?.
Mejor me dejo de tonterias y llamo de una vez.
Los segundos se me hacen eternos, hasta que siento que alguien esta dadndole vueltas a una llave al otro lado de la puerta.
Esta se abre y ante mis ojos aparece....
Un hombre hecho y derecho, con toda la barba, y no es un decir, sino con barba y bigote, de algo asi como de metro ochenta y unos noventas quilos de peso.
Me quedo pasmado y tras mirarmelo dos veces al tiempo que el amablemente me pregunta.
--¿Que desea?.
Solo acierto a mirar para arriba buescando el numero de la puerta, mirar a un lado, encima del ascensor buscando el numero del piso y tras darme cuenta que no me he equivocado, poniendo cara de idiota, decirle.
--Lo siento, me parece que me he equivocado de piso.
Y deseandole buenas noches, huyo escaleras abajo.
Llego hasta la planta baja, mientras pienso en la madre que la pario, que seguro que a sido una broma de la zo rra esa. No, si ya me parecia a mi demasiado facil la cosa, no era normal eso de hablar un rato y quedar para cenar en su casa.
Pienso en lo que se debe estar riendo al imaginarse la situacion, eso si no es que realmente vive ahi y ese barbudo es su marido y ahora se estan descojonando de risa los dos juntos de la cara de gilipollas que se me a puesto plantado delante de la puerta y con un botella de cava en las manos.
Aunque no se, tampoco es una broma para hacer demasiado, podria salirles el tiro por la culata. Quizas no vive ahi, si en una de las puertas de delante, y me estaba mirando por la mirilla. Pero bueno, tengo su telefono, me gustaria poder averiguar a nombre de quien esta, y cual es su direccion, y entonces si que le devolveria la bromita, aunque pensandolo bien, lo primero que voy a hacer es llamarla, al menos saldre de dudas y si es asi podre decirle un par de cosas.
Voy hasta la cabina que hay en la esquina y marco el numero que tengo de ella. Suena tres veces sin que nadie contete, mientras por mi mente pasan miles de ideas, incluso me quedo mirando fijamente a dos mujeres que hay sentadas en un banco, hablando divertidamente de no se que se sabe que, mientras imagino que quizas es una de ellas y de lo que estan hablando es de la pu tada que me han gastado y de lo ridiculo que parezco yendo y viniendo con una botella de cava, y menos mal que no llevo unas flores, si no el recochineo habiera sido mayusculo.
--Diga-- escucho al otro lado de la linea telefonica.
--Carmen, soy Xus. He estado en tu casa. En el quinto cuarta del doscientos cuarenta y ahi no hay nadie--, le miento.
--¡Estas tonto o que!. Te he dicho el cuarto cuarta, el quinto piso si subias a pie.
--Ah, pues eso me ha liado, Habia apuntado quinto, cuarta. En dos minutos estoy ahi. Te estoy llamando desde la cabina de la esquina.
Esta visto que algo agresiva si que es la chica esta, habra que tomarselo con filosofia, pienso mientras llego frente al cuarto cuarta. Tras unos segundos despues de haber tocado el timbre se abre la puerta y aparece Carmen.
Me hace pasar, al tiempo que comenta el que me halla equivocado de piso y si he dicho algo de a quien buscaba. Realmente no se ha arreglado para salir. Lleva puesto una especie de vestido de una pieza de esos de estar por casa. Le entrego la botella de cava y a modo de justificacion le digo.
--No sabia que traer, asi que he pensado en que no iria mal un poco de cava, lo unico que lo tendras que poner en el congelador para que se enfrie.
--Desde luego vaya mania que teneis los hombres con el cava, al final voy a tener que poner una tienda.
Me contesta, al tiempo que la lleva a la cocina y la mete en la nevera diciendome que como ya tiene otras frescas pues que nos bebamos esas si nos apetece.
Me quedo en medio del comedor sin saber muy bien que contestarle y simplemente medio asiento, como aquel que esta de acuerdo con todo.
Mientras recoge unos papeles de encima de lamesa y los mete en un cajon, me dice que se va a cambiar y que nos iremos al bar de abajo a tomar algo y que si acaso despues ya veremos que hacemos.
Se interna en el pasillo camino de la habitacion mientras que al ritmo que va caminando se despoja del vestido que llevaba puesto. Llega a la habitacion mientras yo la estoy observando simplemente con las bragas puestas y el vestido en la mano.
Entra en la habitacion y tira el vestido encima de la cama y poneindose de frente a la cama, que yo no veo, o sea de costado a mi, se quita las bragas. La veo desnuda totalmente, y dandome la sensacion de que la estoy espiando, me siento en el sofa, distridamente cojo una revista. Mil ideas me pasan por la cabeza. No se si me quiere provocar y lo que le gustaria es que fuera donde ella y la atacara, o bien es que me esta calentando para mas tarde, para que entienda que la cosa no es tan dificil y que sepa lo que me puedo encontrar si entramos en guerra o lo que me puedo perder si abandono,o es qu simplemente es una mujer sin perjuicios que lo ve todo muy natural.
Ella sigue hablandome y yo contestandole, hasta que una de las veces tengo que hacer que me repita lo que me ha dicho que no le he oido, entonces me dice.
--¿Pero, que hace ahi?, ¿que quieres?, ¿que me ponga a gritar y se enteren todos los vecinos?.
Me levanto, y me dirigo a la habitacion, por la cual ella sigue desnuda dando vueltas como buscando miles de cosas.
Me siento en el borde de la cama, y ahora sin ningun rubor, la miro detenidamente de arriba abajo, concentrandome en las partes que en breves momentos seran ocultadas.
Plantandose delante de mi, mientras busca algo en el cajon de la mesilla, me pregunta.
--¿Crees que tengo una piernas bonitas?,
--Si, -le contesto haciendo ver que me las miro detenidamente-.
--¿Y mi culito que te parece?, ¿no crees que es un poco gordo?.
¡Joder!, ¿pero que busca esta tia?, como sea lo que pienso, lo tiene claro que no va a tener ningun problema, pienso para mi, al tiempo que le digo.
--No, esta muy bien, muy en su sitio, --y diciendo esto mi mano lo palpa como resaltando lo que estoy diciendo--.
Ella sin moverse del sitio, y sin decir nada sobre mi mano, sigue buscando en el cajon, mientras yo en vista de lo cual deslizo mi mano por su pierna, al tiempo que voy comentando lo suave y tersa que es su piel para seguir por la entrepierna.
Ahora son mis dos manos las que entran en accion, mientras la izquierda se queda magreandole el cu lo, la derecha sube por su pierna, pasa tocandole levemente el vello pu bico y sigue hasta alcanzar sus se nos, suavemente se los acaricio y vuelvo a bajar, mietnras sigo recalcando lo bien que lo tiene todo y hablando como si la cosa no fuera conmigo. Cuando llego otra vez a su entre pierna, ella sigue sin decir nada respecto al magreo al que ha sido sometida, Mentalmente me doy la razon sobre lo que quiere esta tia, que no es otra cosa que guerra, asi que mi mano entra entres uss muslos y empieza a acariciar su co nejo, poco a poco magreo sus labios hasta que mi dedo se introduce ligeramente en busca de su clit oris, Tras haberlo encontrado y suavemente friccionado, ella me dice.
--Tengo la regla, --al tiempo que habiendo encontrado unas braguitas en el cajon de la mesilla, se gira poniendose totalmente de frente a mi--.
Mientras pienso que a mi que me importa, que no tengo manias y que con un perservativo todo arreglado, sigo con mi faena manual al tiempo que mi boca, mi lengua se dirige a su teta, a su pezon. Entonces se retira bruscamente y medio gritandome me dice.
--¿Eres idi ota o que?, te he dicho que tengo la regla.
--No tengo manias en ese sentido, si tu no las tienes. -le contesto-.
--Sera mejor que me esperes en el comedor mientras me visto.
--Vale, --le contesto--, y me dirijo al comedor para volverme a sentar en el sofa, mientras pienso que la situacion no esta nada clara, no se si es que he ido demasiado deprisa, cosa que no creo, o por el contrario a sido eso, que he ido con demasiado tiento y quizas lo que ella queria es que la tirara sobre la cama y bruscamente nos pusieramos a follar.
Al cabo de unos minutos, aparece ante mi mas o menos ocn otro vestido como el que llevaba cuando llegue y se sienta junto a mi en el sofa,
--¿Te has enfadado por lo de antes?.
--No, pense que te gustaba y por eso seguia.
--Claro que me gustaba, pero es que tengo la regla, poca por que ya esta terminando pero todavia queda algo.
--Bueno, a mi no me daba mania.
Sin decirme nada mas, simplemente se inclina hacia mi, y me besa. Empezamos con un morreo, que poco a poco se va calentando. Ella se inclina en el sofa, medio tumbandose, mientras yo sigo besandola al tiempo que mis manos entran en accion. Vuelvo a buscar sus pechos, esta vez con mas impedimentos que la vez anterior, mis manos siguen recorriendo su cuero, llegan hasta sus muslos y en el camino de regreso arrastran consigo su vestido, dejando sus piernas al descubierto. Me pongo totalmente encima de ella al tiempo que bajandole uno de los tirantes hago salir uno de sus pe chos para palparlo en todo su esplendor mientras llevo mi boca a el, mi lengua empieza a jugar con su pe zon y entonces ella me dice.
--No quiero.
--¿El que no quieres?, -le pregunto, no sabiendo muy bien asi es que no le gusta lo que le estoy haciendo o a que se refiere-.
--Que no quiero que sigas.
--¿Porque?, ¿no te gusta?.
--¡Que pares', ¡Que no quiero follar!.
Y dicho esto me separo de ella, me siento correctamente en el sofa, pensando que no vale la pena forzar la situacion, que de todas maneras esta tia no esta muy bien del tarro, y que en vista de como va, por que he podido palpar que va caliente, lo mejor sera irnos a cenar, y a la vuelta seguro que follamremos, y que sera ella la que no pondra obstaculos sino mas bien al contrario.
Se hace un gran silencio entre nosotros mientras yo me enciendo un cigarrillo y le ofrezco otro a ella.
Me levanto en busca de un cenicero aprovechando para ponerme bien los pantalones y esa cosa que ha crecido en su interior.
Me vuelvo a sentar junto a ella sabiendo que se ha percatado de ese bulto sospechoso.
Ella sigue en la misma postura, reclinada sobre el sofa, se ha vuelto a subir el tirante del vestido, pero no se ha bajado la falda, por lo que se le ven bien los muslos y parte del blanco de sus braguitas, seigue con las piernas medio abiertas.
Mirandola mientras mi mano se posa suavemente sobre su rodilla que acaricia, le pregunto si nos vamos a cenar.
Ella apaga el cigarrillo, y me responde.
--¿Quieres ir a cenar?.
--Si, claro, en eso habiamos quedado, ¿no?.
Pone su mano sobre la mia al tiempo que dice.
--Eres un buen tipo.
Me inclino hacia ella, y suavemente le pregunto.
--¿Que pasa?, ¿por que te enfadas conmigo?.
--No se, no se lo que me pasa.
Suavemente la beso en los labios, un beso de tranquilidad, de amistad, sin ningun tipo de carga sexual.
--Yo no te he hecho nada, si hay algun problema me lo puedes contar, -le digo con nuestras caras a centimetros una de la otra-.
--No se,-replica mientras estira sus labios en un intento de alcanzar los mios-.
Acerco los mios hasta que ambos se unen. Ese beso que yo pensaba de complicidad se vuelve mas se xual cuando ella abre sus labios y su lengua llega a mi garganta. Nuestras lenguas empiezan una batalla frenetica y mis manos no pierden el tiempo, esta claro que es lo que quiere.
Me tumbo encima de ella, La beso desesperadamente y mis manos no dan abasto acariciando su cuerpo, palpando sus pe chos, intentando entrar entre sus piernas.
Tras unos intensos minutos, me dice poniendome su mano en mi pecho y haciendo una leve presion.
--No, no quiero.
Eso ya me lo ha dicho antes, pienso para mi y sin hacerle caso sigo besandole el cuello.
--No, -vuelve a decir, poniendome la otra mano a modo de barrera entre ambos-.
Creo que esta ti lo que le va es el morbo. Es la tercera vez que me dice que no, para despues volver a empezar.
La cojo de las muñecas, llevando sus brazos por encima de su cabeza, al giempo que la vuelvo a besar, y poniendome bien encima de ella, le hago notar el bulto que hay entre mis piernas.
Con sus muñecas cogidas levemente por una de mis manos, sigo besandola sin que ella me rechace, por lo que mi otra mano baja hasta su entrepierna y mis dedos buscan su co ño, entro entre sus bragas y noto la humedad de su deseo.
Suelto sus muñecas y medio irgiendome con la intencion de poderle bajar las bragas, ella sin moverse y dejando sus brazos por encima de su cabeza, me dice, con toda la frialdad posible en ese momento.
--¿Me vas a vio lar?.
El colmo, ¿quien esta hablando de vio la cion?.
--No, no si tu no quieres, -le contesto-.
--Jugando, lo mismo que tu.
--Te he dicho que no.
Al oir esto, unos extraños pensamientos cruzan mi mente. Me imagino a un abogado preguntadome en un juicio.
'-¿Ella le dijo repetidamente que no queria?'
'-¿Ella le pregunto si usted la iba a vio lar?'.
'¿Ella le dijo, ¡No!, y aun asi usted siguio?'.
'Responda a lo que pregunto. Le recuerdo que si no contesta se considerara como afirmativa su respuesta, y asi mismo le hago saber que segun el nuevo codigo civil, no es necesario ofrecer resistencia fisica sino simplmente dejar claro que no se desea mantener relaciones sexu ales hay suficiente para que en caso de tenerlas haciendo uso de una fuerza fisica o psiquica se considere, ¡Vio la cion!.
Mi imaginacion sigue dando vueltas a esa palabra. Me veo entre dos policias nacionales en el cuartelillo tomandome declaracion mietnras el miembro femenino de la pareja me mira con repulsion y yo intento justificarme ante ella a lo que su respuesta siempre es la misma.
--Con decir, ¡No!, hay suficiente.
Vuelvo al juicio, se declara un descanso y mi abogado me informa que la parte contraria esta dispuesta a hacer un trato.
Un millon de pesetas y retiran la denuncia.
¡O sea, que era eso!.
Vuelvo a la realidad y me separo de ella. Tranquilamente me pongo en pie. Me desabrocho el pantalon ante la atenta mirada de ella.
Me pongo en su sitio mis atributos masculinos, me meto bien la camisa y me vuelvo a abrochar el pantalon. Una vez hecho esto, simplemente le digo.
--Creo que sera mejor que me vaya.
--Como tu quieras, -me contesta-.
Se levant y ambos nos dirigimos hacia la puerta. La abro y diciendole adios salgo como alma que lleva el diablo, ni siquiera espero el ascensor, sin importarme que sea un cuarto piso empiezo a bajar las escaleras.
¡Joper!, que situacion mas kafkiana, no tengo nada claro de que iba todo este asunto, pero lo que esta claro es que no voy a ser yo el que lo averigue.
Subo a mi coche y dandole vueltas a todo lo que ha pasado, huyo de aquel barrio, no sin antes acordarme de la madre que la pa rio, y de una docena de parientes mas.