El vagón oscuro de Madrid

Pepa

Nos disponíamos a coger el metro para ir a una Expo en el Museo Thyssen, como siempre sucede estaba llenísimo vamos hasta los topes. Entramos como pudimos y nos pusimos en un rincón del vagón ya que nuestra parada final estaba bastante lejos. La gente iba saliendo, pero entraban todavía más. Era increíble ver como podía aglomerarse tanta gente en hora punta, sábado noche. Nos sentíamos de lo más incómodos, a nuestra espalda la pared del vagón y delante, codazos y gente yendo y viniendo.... No todo podía ser malo, puesto que mi mente ya comenzaba a pensar como liarla contigo, quería que una vez más fueras mi  cómplice.


Yo llevaba un conjunto muy sexy, una blusa de raso rosa que marcaba muy bien mi precioso busto y una falda negra muy ajustada a mi culito repignón. Mi cuerpo quedaba realzado con unos botines preciosos que me convertían en una diosa muy muy follable.


En ese momento me alegré de estar a tu lado. Salió mi vena más morbosa y como no, me pegué bien a ti. Con las manos en alto los dos, cogiendo la barra del metro, pegué bien mi cuerpo a tu pene. Tú no te habías  percatado de nada todavía. Total, con tanta gente cualquier apretón entraba dentro de lo posible y normal.


Estábamos dentro del túnel más largo de Madrid que conecta Plaza de Castilla con Atocha y que dura varios minutos. La luz desapareció de repente y decidí una vez más volverte loco.


Cogí tu mano, me puse mas pegadita a ti, sintiendo tu miembro ya bastante excitado y la lleve con disimulo acariciar mi entrepierna derecha, noté como tu miembro cada vez se ponía más duro, no sé si por que estabas nervioso, por no liarla o por vergüenza, pero...no sabías dónde meterte. Mirabas a los lados e intentabas moverte, pero con tanta gente era imposible. Empecé a subir tu mano por mi pierna lentamente, metiéndola poco a poco debajo de mi corta falda, sobre mi vulva que ya estaba pidiendo tus manos a gritos. Notabas mi humedad, y pude intuir que cada vez te exitabas más. Metí con más descaro tu mano al ver que no te resistías, y yo sujetada otra vez hacia lo alto, subiendo y bajando sobre tus pantalones más húmedos que mis entrepiernas...


Madre mía!  Que morbo! 


Estabas calentándone a más no poder, mientras estabas quieto, vuelvo a tu bragueta y sin descaro bajo tu cierre del pantalón, muy sigilosamente y vuelvo a colocar mis brazos en la barra de arriba; tu sin dudar coges mis caderas y me colocas sobre tu bello pene y mueves mis caderas...de arriba hacia abajo. Aquello parecía el gym del morbotunel. Te estabas poniendo durísimo...


 El túnel estaba casi por terminar y yo podía notar tu caliente y mojado sexo dentro de mi, estábamos en la gloria! Pensaba gritar dame más...pero mi mente me obligaba a seguir en silencio... 


Me sorprendía verte tan deseoso por agarrar fuerte mis caderas, y moverme despacito, si señor empezaste despacio sin que nadie notará nada.
Tú estabas contra la pared del vagón quieto y yo me meneaba de arriba hacia abajo como quien hace sentadillas, bendita barra del vagón, por fin tenía un uso ideal en ese instante...


Me cogiste con firmeza tratando de calmar mi cuerpo tembloroso, como si yo fuera a caer allí mismo de un paro!


Se podía ver a lo lejos que el túnel estaba a punto de terminar.
En eso, sacas tus manos llenas de mi... Eso fue brutal!


Una vez que terminaste de darme tanto placer, me giraste, me comiste la boca como si te fuera la vida en ello y te dije: el metro de Madrid es un poco peligroso para un hombre tan atractivo y deseable como tú, sonreíste con una mueca amable, desbordado de gozo y morbo y me respondiste ...desde luego no sé si es peligroso pero excitante seguro😉...

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